miércoles, 31 de diciembre de 2014

Burrito santo

Joseph Brickey: Camino de Belén.

Borriquito blando de la Virgen María,
manso borriquito que llevó a Jesús
con su Santa Madre que al Egipto huía
una noche negra sin astros ni luz.

Tiziano: Huída a Egipto, 1507. Museo Hermitage.
 
¡Lindo borriquito de luciente lomo!:
hasta el niño mío te venera ya,
y dice, mirando tu imagen en cromo:
–¿Es el de la Virgen que hacia Egipto va?
¡Dulce borriquito, todo mansedumbre!:
nunca a tus pupilas asomó el vislumbre
más fugaz y leve del orgullo atroz;
y eso que una noche sin luna ni estrellas 
por largos caminos dejaste tus huellas, 
¡llevando la carga sagrada de un Dios! 

(Juana de Ibarbourou, 1892-1979)

Domenico Fetti (1589-1623): Huida a Egipto.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Glosa



Sin arrimo y con arrimo,
sin luz y a oscuras viviendo,
todo me voy consumiendo.

1. Mi alma está desasida
de toda cosa criada,
y sobre sí levantada,
y en una sabrosa vida
sólo en su Dios arrimada.
Por eso ya se dirá
la cosa que más estimo,
que mi alma se ve ya
sin arrimo y con arrimo.

2. Y, aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal,
no es tan crecido mi mal,
porque, si de luz carezco,
tengo vida celestial;
porque el amor da tal vida,
cuando más ciego va siendo,
que tiene al alma rendida,
sin luz y a oscuras viviendo.

3. Hace tal obra el amor 
después que le conocí, 
que, si hay bien o mal en mí, 
todo lo hace de un sabor, 
y al alma transforma en sí; 
y así, en su llama sabrosa, 
la cual en mí estoy sintiendo, 
apriesa, sin quedar cosa, 
todo me voy consumiendo. 

San Juan de la Cruz

 

viernes, 5 de diciembre de 2014

Suave coloquio



Había muerto yo por la Belleza;
me cercaban silencio y soledad,
cuando dejaron cerca de mi huesa
a alguno que murió por la Verdad.

En el suave coloquio que entablamos,
vecinos en la lúgubre heredad,
me dijo y comprendí: somos hermanos
una son la Belleza y la Verdad.

Y así, bajo la noche, tras la piedra, 
dialogó nuestra diáfana hermandad 
hasta que el rostro nos cubrió la yedra 
y los nombres borró la eternidad.

Emily Dickinson
 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Vuestra soy, para vos nací



Vuestra soy, para Vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?
Soberana Majestad, eterna Sabiduría, 
bondad buena al alma mía; 
Dios, Alteza, un Ser, Bondad: 
la gran vileza mirad, 
que hoy os canta amor así: 

 ¿Qué mandáis hacer de mí? 
Vuestra soy, pues me criastes, 
vuestra, pues me redimistes, 
vuestra, pues que me sufristes, 
vuestra, pues que me llamastes. 
Vuestra, porque me esperastes, 
vuestra, pues no me perdí: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
¿Qué mandáis, pues, buen Señor, 
que haga tan vil criado? 
¿Cuál oficio le habéis dado 
a este esclavo pecador? 
Veisme aquí, mi dulce amor, 
amor dulce, veisme aquí: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Veis aquí mi corazón, 
yo le pongo en vuestra palma: 
mi cuerpo, mi vida y alma, 
mis entrañas y afición. 
Dulce Esposo y Redención 
pues por vuestra me ofrecí: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Dadme muerte, dadme vida; 
dad salud o enfermedad, 
honra o deshonra me da; 
dadme guerra o paz crecida, 
flaqueza o fuerza cumplida, 
que a todo digo que sí. 

¿Qué queréis hacer de mí? 
Dadme riqueza o pobreza, 
dad consuelo o desconsuelo, 
dadme alegría o tristeza, 
dadme infierno o dadme cielo, 
vida dulce, sol sin velo: 
pues del todo me rendí, 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Si queréis, dadme oración; 
si no, dadme sequedad, 
si abundancia y devoción, 
y si no esterilidad. 
Soberana Majestad, 
sólo hallo paz aquí: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Dadme, pues, sabiduría, 
o, por amor, ignorancia; 
dadme años de abundancia, 
o de hambre y carestía. 
Dad tiniebla o claro día, 
revolvedme aquí y allí: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Si queréis que esté holgando 
quiero por amor holgar; 
si me mandáis trabajar, 
morir quiero trabajando: 
decid dónde, cómo y cuándo, 
decid dulce Amor, decid: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Dadme Calvario o Tabor, 
desierto o tierra abundosa; 
sea Job en el dolor, 
o Juan que al pecho reposa; 
sea viña fructuosa, 
o estéril, si cumple así: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Sea José puesto en cadena, 
o de Egipto adelantado, 
o David sufriendo pena, 
o ya David encumbrado. 
Sea Jonás anegado, 
o libertado de allí: 

¿Qué mandáis hacer de mí? 
Haga fruto o no lo haga, 
esté callando o hablando, 
muéstrame la ley mi llaga, 
goce de Evangelio blando; 
esté penando o gozando, 
sólo Vos en mí vivid. 

¿Qué mandáis hacer de mi? 
Vuestra soy, para Vos nací: 
¿Qué mandáis hacer de mí?

Santa Teresa de Jesús

viernes, 3 de octubre de 2014

Otoño


Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.


Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!


¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!


En una decadencia de hermosura, 
la vida se desnuda, y resplandece 
la excelsitud de su verdad divina.

(Juan Ramón Jiménez).


lunes, 15 de septiembre de 2014

Basado en hechos "reales"

De paseo tranquilo, se aproxima un rebaño de adolescentes con lorzas al aire y cara de nada. Al pasar a nuestro lado escucho: “lo dijo Isabel II”. 

La palabras Isabel II en boca de una quinceañera gregaria provocan en mí un subidón anímico. Me digo que nada está perdido; que mientras hay vida, hay esperanza. Así que transmito mi entusiasmo a mi acompañante: 

- Iban hablando de Isabel II. 

- ¿Qué? 

- Esas crías, hablaban de Isabel II, “La de los tristes destinos”

- ¿? 

- Isabel II, la hija de Fernando VII, hermana de Luisa Fernanda. La de la "Pragmática Sanción". Aquella a quien casaron con su primo Francisco de Asís, (“Paquita natillas”, para los maledicentes cortesanos). Sí hombre, la madre de Alfonso XII y de un montón de "muñoces". Suegra de María de las Mercedesnotevayasdesevilla. La de "la Gloriosa"; la que acabó sus días en el parisino Palacio de Castilla. 

- No

- Que sí, que hablaban de Isabel II de España. 

- No, queridaEsa niñas hablaban de Chabelita.

-  ¿Vargas?
 
Y mientras las veo alejarse con sus cachetes asomando por sus shorts-braga y sus caras de nada, me aclara: 

- No, se referían a Isabel II de Cantora. Hija de Isabel Pantoja. Adolescente madre un bebé, hijo de otro adolescente sin oficio ni beneficio. Hermana de Paquirrín, hijo de Paquirri; Dj y padre del hijo de una modelo liada con un futbolista. Isabel II, sin estudios ni trabajo conocido, pero presente en toda la telebasura y revistas adyacentes

Aquí se me caen las genealogías. Aún así, sigo manteniendo la esperanza.

La auténtica Isabel II retratada por Madrazo.

viernes, 15 de agosto de 2014

martes, 5 de agosto de 2014

viernes, 25 de julio de 2014

A solas, frente a un mar de Sorolla

Por Eva Fernández en alfayomega.es

Si sabes escuchar, los cuadros te susurran. En más de una ocasión habrás sentido la experiencia de dejarte atrapar por una pintura, que te obliga a guardar silencio para que ningún ruido exterior entorpezca esa emoción única que produce el encuentro fortuito con una obra de arte. 

Mirar el mar a través de los ojos de Sorolla significa sentir el movimiento de las olas, escuchar el chapoteo de los niños en la orilla, tocar las redes de los pescadores, rozar el blanco de las damas paseando por la arena y hasta oler la sal que parece envolver la espuma que sube y baja con las mareas. 

   

El mar, siempre el mar. Un tema esencial en la pintura de este pintor valenciano, cuya obra se expone ahora en Caixa Forum Barcelona, hasta el próximo 14 de septiembre. La muestra se titula Sorolla, el color del mar, y refleja la historia de la pasión que el pintor siempre sintió por la paleta de colores que la luz despliega en las playas mediterráneas, o cantábricas, a distintas horas del día.

La contemplación de cualquiera de las marinas de Sorolla ha de ser necesariamente lenta, para que dé tiempo a sentir todo lo que su autor quería contarnos en sus pinceladas. Sólo así descubriremos que la belleza toca nuestra alma y la engrandece. Imposible no quedar enganchado ante ese azul del mar y no pensar en el Misterio. En ese momento, se descubre que una obra de arte tiene algo de sagrado. La belleza conmociona y trasciende. Alegra y eleva el corazón. Transforma el ánimo y facilita la oración.


Corriendo por la playa, 1908

En 1900, Joaquín Sorolla se encontraba en el apogeo de su carrera. En la Exposición Universal de París, recibió el premio más codiciado para los artistas de la época: el Grand Prix. Claude Monet fue el elegido para entregarle el galardón y, ante todos los impresionistas del momento, lo situó entre los grandes: «Es el maestro de la luz».

Niña en un mar de plata, 1909

Quien visite esta exposición -que viajará próximamente a Palma de Mallorca y a Zaragoza- podrá descubrir que no existe un solo reflejo de los tonos que la luz vuelca sobre el mar, que no haya sido recogido por el pincel de Sorolla. Para conseguirlo, se fijó en el agua, un elemento muy difícil de observar y de reproducir, porque siempre está cambiando, y puso todo su empeño en mostrar una imagen del mar que se aproximara al máximo a la impresión que tiene el ojo humano, incluyendo los reflejos, las transparencias y la distorsión que sufren los cuerpos dentro del agua.

Clotilde y Elena en las rocas de Javea, 1905

En contraste con el mar, el ropaje blanco de su mujer, protagonista de muchas de sus pinturas, nos revela otra de las pasiones de Sorolla: su familia. Cuando viajaba, escribía a su casa hasta dos veces al día. En una carta a su mujer, Clotilde García del Castillo, mientras se encontraba en Sevilla, le decía:
«Ya te he contado mi vida de hoy, es monótona, pero qué hacerle, siempre te digo lo mismo, pintar y amarte, eso es todo, ¿te parece poco?» 
La frase resume de alguna manera la biografía de Sorolla, un artista familiar, entregado a su trabajo apasionadamente. El mar, el sol, la luz... Seguro que algún día de este verano tendrás la oportunidad de sentarte frente al mar y comprobarás que sana, restaura el ánimo y nos abraza en su inmensidad. Como la vida. Como un cuadro de Sorolla.

Clotilde en la playa, 1903

viernes, 13 de junio de 2014

A vueltas con la vida

Fuente: María Martínez López en Alfayomega.es

Uno de los argumentos más recurrentes de quienes defienden el aborto y lo practican es que su objetivo es que el aborto sea legal, seguro, y poco frecuente. 
Aseguran, también, que la forma de conseguirlo es facilitar lo más posible el acceso a los métodos anticonceptivos. 
Las entidades provida llevan años denunciando, por el contrario, que un mayor uso de anticonceptivos no hace que descienda el número de embarazos no deseados y de abortos, sino que aumente, por el sentimiento de falsa seguridad que generan en las personas que los usan. 


Esta mentira podría atribuirse a la buena intención y la mala información de los abortistas. Sin embargo, algunos han reconocido ya que eran perfectamente conscientes de que la promoción de la promiscuidad sexual y los anticonceptivos entre los jóvenes terminaría provocando más abortos. De hecho, eso es precisamente lo que buscan: más abortos, más dinero. 

Una de las personas que lleva años denunciando esta estrategia es Carol Everett, que entre 1977 y 1983 dirigió una cadena de cuatro centros abortistas en Texas (Estados Unidos), y fue responsable del aborto de unos 35.000 niños no nacidos. 
Unos años después, se arrepintió y abandonó el negocio del aborto. El pasado 9 de mayo, compartió su testimonio durante un acto benéfico después de la Marcha por la Vida en Ottawa (Canadá), que fue recogido por la agencia provida canadiense Lifesitenews.com. 

Everett explicó que su equipo trabajaba por comisión, así que a más abortos, más ingresos. «Teníamos el objetivo de que cada chica abortara entre tres y cinco veces de los 13 a los 18 años»; pero, para eso, no bastaba sólo con satisfacer una necesidad. Había que crearla, y la forma de hacerlo era la forma que tenían los jóvenes de ver la sexualidad. 

Desde la guardería 

«Empezábamos en la guardería. Pones a los niños en un círculo, y recorres la sala preguntándoles a todos la misma pregunta: ¿Cómo llaman tus padres a tus partes íntimas? Vosotros y yo sabemos que cada familia usa una palabra diferente. Así que, cuando llegas al tercer o cuarto niño, les queda claro que los padres no saben qué tienen. Pero nosotros lo sabíamos. Les decíamos: Niños, esto es lo que tenéis vosotros; y niñas, esto es lo que tenéis vosotras». Estas actitudes tenían como objetivo erosionar en los niños el sentido de pudor natural. Todo estaba pensado para «separar a los niños de sus valores y de sus padres». Después, en Primaria, empezaba un ataque más directo: en tercer grado, se enseñaba a los niños diagramas explícitos del coito. En cuarto, se les animaba a masturbarse, solos o en grupos del mismo sexo. Durante quinto y sexto, se daba el paso de la educación sexual al aborto

En este momento, Everett se implicaba personalmente: «Mi meta era conseguir que fueran sexualmente activos tomando una píldora anticonceptiva de baja dosis que, para proporcionar un nivel de protección, se tiene que tomar cada día exactamente a la misma hora. Y vosotros y yo sabemos que no hay ningún adolescente en el mundo que haga todo a la misma hora cada día». 

En Estados Unidos, muchas centros que practican abortos son también clínicas de atención a la mujer: distribuyen anticonceptivos y realizan tareas informativas sobre salud sexual y reproductiva. 

Un equipo de teleoperadores 

Aquí entraba en juego el efecto paraguas, por el cual una persona que toma la píldora piensa que está a salvo de un embarazo no deseado, por lo que tendrá relaciones con más frecuencia que las que no toman la píldora. 

Lo que es novedoso es que se reconozca que los abortistas distribuían a propósito un tipo de píldoras que sabían que fallarían con más facilidad. Y, gracias a la educación sexual que habían recibido, cuando esa chica se quedara embarazada, creerá que su única opción es el aborto. «Así, conseguiríamos nuestra meta de entre tres y cinco abortos entre los 13 y los 18 años». De hecho, una chica acudió a su centro para abortar por novena vez. 

Cuando se ponía en contacto con el centro abortista, se encontraba con empleados entrenados para dirigirla hacia el aborto. «Cuando sonaba el teléfono, estábamos listos. Habíamos entrenado a la gente para responder al teléfono como teleoperadores. Vendían el aborto por teléfono. Pero no podíamos llamarlos teleoperadores, eso es muy duro. Les llamábamos consejeros telefónicos. Les entrenábamos con un guión diseñado para superar todas y cada una de las objeciones al aborto. En esos consisten las ventas, ¿no? En superar las objeciones y conseguir el encargo; en este caso, el aborto». 

La conferencia de Everett acabó con la recomendación de que cada persona esté pendiente de la educación sexual que sus hijos y nietos reciben en el colegio. «Es fundamental que lo sepamos, porque ellos avergüenzan a los niños, y si están avergonzados por lo que oyen, no van a llegar a casa y contarte lo que han oído. Os animo a que vayáis a vuestra biblioteca pública y a vuestros colegios y preguntéis que se usa para la educación sexual».


lunes, 26 de mayo de 2014

Contemplación y creatividad

Rembrandt: Aristóteles.

"(...) Al ponernos en comunión con Dios, la oración nos hace participar de la creatividad de Dios. La contemplación alimenta nuestras facultades creativas y nuestra inventiva. En particular el dominio de la belleza. 
El arte contemporáneo está falto cruelmente de inspiración, produce con frecuencia obras de penosa fealdad, teniendo el hombre sed de belleza.
Solo una renovación de fe y oración podrá permitir a los artistas reencontrar las fuentes de la verdadera creatividad para estar en condiciones de proporcionar al hombre la belleza que tanto necesita, como hicieran un Fra Angélico, un Rembrandt, un Juan Sebastian Bach".

Jacques Philippe; La oración, camino de amor. Ed. Rialp.

Rembrandt: El filósofo meditando, 1632.

Fra Angélico: Virgen María anunciada, 1433.

Fra Angélico: El juicio final, 1431

Fra Angélico: La conversión de san Agustín

viernes, 2 de mayo de 2014

Juan Pablo II y Floribeth

Floribeth Mora en la canonización de Juan Pablo II

En este programa, Floribeth Mora y los médicos que la trataron cuentan la enfermedad que sufrió y cómo Dios le concedió la curación a través de la intercesión de San Juan Pablo II

domingo, 27 de abril de 2014

domingo, 20 de abril de 2014

Sé que estás conmigo

Jan Wildens: Jesús con los discípulos de Emaús

Yo sé que estás conmigo, porque todas
las cosas se me han vuelto claridad:
porque tengo la sed y el agua juntas
en el jardín de mi sereno afán.

Yo sé que estás conmigo, porque he visto
en las cosas tu sombra, que es la paz;
y se me han aclarado las razones
de los hechos humildes, y el andar
por el camino blanco, se me ha hecho
un ejercicio de felicidad.

No he sido arrebatado sobre nubes
ni he sentido tu voz, ni me he salido
del prado verde donde suelo andar... 

¡Otra vez, como ayer, te he conocido 
por la manera de partir el pan!

José María Pemán

Henry Osawa Tanner (Pittsburg 1859 - Paris 1937): Emaús

Joseph Brickey: Resurrección

jueves, 17 de abril de 2014

Mujer

Jacob C. van Oostsanen: La Virgen y san Juan, 1520

Mujer llama a su Madre cuando expira, 
porque el nombre de madre regalado 
no la añada un puñal, viendo clavado 
a su Hijo, y de Dios, por quien suspira. 

Crucificado en sus tormentos, mira 
su Primo, a quien llamó siempre «el Amado»,
y el nombre de su Madre, que ha guardado, 
se le dice con voz que el Cielo admira. 

 Eva, siendo mujer que no había sido 
madre, su muerte ocasionó en pecado, 
y en el árbol el leño a que está asido. 

Y porque la mujer ha restaurado 
lo que sólo mujer había perdido, 
mujer la llama, y Madre la ha prestado. 

Francisco de Quevedo
 -
Adam Elsheimer: Pietà, 1603

domingo, 6 de abril de 2014

Ahí va la loca soñando

Nicolae Vermont (1866–1932): Soñando

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, 
ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, 
lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, 
de mí murmuran y exclaman:
 —Ahí va la loca soñando 
con la eterna primavera de la vida y de los campos,
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, 
y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado. 


Nicolae Vermont (1886-1932): La ventana

Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha, 
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, 
con la eterna primavera de la vida que se apaga 
y la perenne frescura de los campos y las almas, 
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan. 

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, 
sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos? 

Rosalia de Castro (1837-1885), A orillas del Sar.

Ipolit Strâmbu (1871-1934): Visare

viernes, 4 de abril de 2014

Como en el XX... en todas las cosas



La segunda mitad del siglo xx
era más pertinaz que una sequía
de los años cuarenta.

Tenían -¿como no?-las Cinco Vías
de Tomás, el inmenso aventurero,
tenían los ocasos de Granada, el acorde
de octubre en los hayedos de Zuriza,
tenían a Audrey Hepburn (y a Raquel Welch), tenían
el Cervino, Florencia,
la Sexta Sinfonía de Beethoven,
el cielo azul -que es cielo y es azul-,
el silencioso grito de un minuto cualquiera
de la Madre Teresa de Calcuta...

Tropezaban con Dios en cada cosa:
un niño: Dios; una gaviota: Dios;
una mujer que dice «yo también»:
Dios; un buen verso: Dios. Pero eran ciegos,
sordos, inexplicables, y negaron a Dios como quien niega
el mar o las manzanas.

Miguel d'Ors. 


martes, 25 de marzo de 2014

Asombro de María en la Anunciación


James Tissot: La anunciación

Estaba María santa
contemplando las grandezas
de la que de Dios sería
Madre santa y Virgen bella
el libro en la mano hermosa,
que escribieron los profetas,
cuanto dicen de la Virgen.
¡Oh qué bien que lo contempla!
Madre de Dios y virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.

El Greco: La Anunciación

Bajó del cielo un arcángel,
y haciéndole reverencia,
Dios te salve, le decía,
María, de gracia llena.
Admirada está la Virgen
cuando al Sí de su respuesta
tomó el Verbo carne humana,
y salió el sol de la estrella.
Madre de Dios y virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.

Félix Lope de Vega

Giovanni Battista Tiepolo: La Anunciación, 1725

martes, 11 de marzo de 2014

Así viví el 11M

Nada hacía presagiar que aquel 11 de marzo de 2004 cambiaría la vida de Fernando. Este padre de familia tomó el tren en Santa Eugenia, una ciudad dormitorio a las afueras de Madrid, camino de su trabajo. Media hora después explosionaron dos bombas en ese tren, y otras en varios trenes que se dirigían a la madrileña estación de Atocha. Milagrosamente resultó ileso. El protagonista relata cómo ve la protección de Dios en este suceso.

jueves, 20 de febrero de 2014

Los médicos y el concebido

Fuente: alfaymoega.es
María Rosario Bachiller Luque, Presidenta de la Federación RedMadre de Castilla y León

Los médicos ejercemos para curar; para restablecer a la normalidad orgánica y funcional al cuerpo enfermo. Y, si no es posible, acompañar y aliviar el dolor, tanto físico como psíquico. Ésa es nuestra función social en unas brevísimas palabras. Y para eso elegimos esta profesión. 

Y, sin embargo, la sensibilidad de la profesión médica hacia los derechos del concebido,
en los últimos treinta años, ha disminuido enormemente, a pesar de los vientres de cristal que suponen las ecografías de última generación. En la sociedad y en la práctica médica, se ha institucionalizado que los derechos de la gestante prevalecen sobre los del no nacido, asumiéndose el aborto como un mal necesario, fruto de situaciones sociales desfavorables y de la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo. El actuar médico se ha impregnado, en este campo, de un gran indiferentismo. Se sabe lo que es un embarazo, pero el relativismo imperante hace que, en la práctica diaria, se olvide la incontestable realidad biológica del inicio de la vida humana en la fecundación. Es más fácil indicar un aborto que ayudar a la mujer. Ocupa menos tiempo asistencial en nuestras saturadas consultas médicas. 

El pasado sábado 15 de febrero, la Asamblea General del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos hizo una declaración institucional sobre el anteproyecto de Ley orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada, que refleja este estado de insensibilidad de la profesión ante los derechos del concebido. Se aconseja que, tal y como refleja la primera conclusión de esta Declaración, «los poderes públicos concilien sensibilidades diferentes», consensuando voluntades... Es decir..., «según se piense y se sienta». Es curioso que, sin embargo, el texto se inicie recordando el art 51.1 del Código de Deontología Médica, que expresa que «el ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases del ciclo biológico, desde la concepción hasta la muerte. El médico está obligado, en cualquiera de sus actuaciones, a
salvaguardar la dignidad e integridad de las personas bajo sus cuidados». Esto se olvida en los párrafos siguientes.

Soy pediatra. Y no concibo que un niño enfermo, aunque esté fatalmente enfermo y abocado a la muerte, deba ser eliminado por medio de actos médicos, tal como se declara en el punto 4, en el que se aconseja la despenalización del aborto, en el supuesto de malformación grave o enfermedad incompatible con la vida del feto. No podemos ser ni los médicos, ni las mujeres, los que apretemos el gatillo contra el niño enfermo. ¿Para eso ejercemos? Apoyemos a la mujer. Aliviemos al enfermo. Y cuidemos al débil. 

¡Ojalá los médicos despertemos y logremos poner fin al mayor holocausto silencioso que se ha producido en la historia de la Humanidad! Y exijamos que se promuevan leyes que ayuden a la mujer embarazada. Sólo así lograremos cambiar esta sociedad que es insensible al débil, al concebido, que todavía no habla ni vota.

sábado, 15 de febrero de 2014

Huyendo de Herodes

Hoy es el Día mundial del niño con cáncer. Suerte, hijo mío, de haber nacido y vivir en España, porque en Bélgica te matan...


Una niña canadiense de tan solo cuatro años pide al rey de Bélgica que no firme la ley de la eutanasia pediátrica... pero no le han hecho caso:

lunes, 10 de febrero de 2014

¿Marcando estilo?

Me gusta la moda. Si bien me interesa sobre todo desde un punto de vista antropológico,
invierto parte de mi tiempo en estar al día en tendencias. Para ello, consulto blogs y webs de moda.

Muchos comienzan colgando su fotos con modelitos que les gustan, por lo general, chicas monísimas a las que todo queda bien. Algunas han despuntado, marcan tendencia; incluso acaban haciendo de esto su profesión: “bloggers de moda”. Diseñadores y revistas femeninas cuentan con ellas y ellos como colaboradores, para que luzcan palmito en los front row de los desfiles, o para decorar sus photocalls. También son vía indiscutible para que firmas incipientes se abran paso en el mercado. A sus blogs todo el mundo acude para saber “qué se lleva”. 

Ya os digo que frecuento estas páginas porque me gusta hacerlo, y sobre todo, ver cómo algunas han ido perfeccionando su estilo. Pero me llama poderosamente la atención que así como estas webs tienen una estética bonita, las fotos suelen ser buenas, y las propuestas también... ¡la mayoría de estos blogs están plagados de incorrecciones ortográficas! Me pregunto porqué si se cuida tanto la imagen personal, no se cuida la corrección de estilo. Estilo ortográfico, se entiende. Animo a todos esos bloggers, ideales y divinos, a leer un poco, a preocuparse también por su estilo interior. Puestos a marcar tendencia, ¿por qué no hacerlo en todos los sentidos? No es difícil.