Inefable.
Mostrando entradas con la etiqueta Madrid JMJ 2011. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Madrid JMJ 2011. Mostrar todas las entradas
martes, 23 de agosto de 2011
viernes, 19 de agosto de 2011
Discurso de Benedicto XVI en el Vía Crucis con los jóvenes en la Plaza de Cibeles

Queridos jóvenes:
Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte. Los comentarios de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19). También nos ha ayudado en este itinerario hacia el Calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas.
Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión. Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón, como sucedió a Santa Teresa de Jesús al contemplar una imagen de Cristo muy llagado (cf. Libro de la vida, 9,1).
Mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora:
- ¿Qué haremos nosotros por él?
- ¿Qué respuesta le daremos?
San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la consolatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).
Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación.
«Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (ibid.).
Que sepamos acoger estas lecciones y llevarlas a la práctica. Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe esta sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo.
Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz.
jueves, 18 de agosto de 2011
martes, 16 de agosto de 2011
¡Fiesta!

- ¡Felicidades!
-¿Por...?
- Porque hoy hay fiesta en el Cielo. Cada vez que una persona se confiesa, en el Cielo hay fiesta.
Es lo que el sacerdote le dijo a Marta el día de su primera confesión. Han pasado muchos años, y cada vez que acude a contarle a Jesús como le ha ido en los últimos días, a pedirle perdón, y a decirle que quiere recomenzar - en definitiva, en eso consiste el sacramento de la confesión- imagina la escena en el Cielo.
Una pandilla de ángeles, con su ángel de la guarda a la cabeza, avisando al resto de la corte celestial:
"ya viene, ya viene", mientras Marta se acerca al confesionario. Su ángel le va soplando, para que no olvide nada de lo que había visto hace un rato, mientras hacía su examen de conciencia.
Cuando el sacerdote, que en ese momento es el mismo Dios, va a darle la absolución, después de unos cuantos consejos para ir luchando hasta la próxima confesión, su ángel vuelva a avisar al resto: "ya", y tocan campanas. Para que todos se enteren allí arriba, que Jesús está de fiesta, porque una de sus ovejas, vuelve o quiere seguir en el redil.
Marta piensa en la fiesta del perdón JMJ, ¿cómo será la fiesta en el cielo? ¿Te imaginas al ángel de cada una de las miles de personas que pasarán por los confesionarios del Parque del Retiro avisando a todos. ¡¡¡Cómo será la hipermegafiesta en el Cielo!!! Cuantas historias de amor entre Dios y cada uno de esos penitentes. Y habrá ángeles diciéndole a los demás, que su custodiado viene de lejos, de hace años, o que es la primera vez que.
Y Marta da gracias a Dios, porque Madrid es una fiesta. Y cuanta razón tuvo el primero que dijo que "de Madrid al Cielo".
martes, 17 de mayo de 2011
¡La Cruz y el Icono de la JMJ han llegado a Almería!

Esta mañana desembarcaba en el puerto de Almería la Cruz y el Icono de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Arropados por numerosos alumnos de los colegios de la capital, la Cruz de los jóvenes ha llegado hasta la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, donde ha sido recibida por el obispo diocesano, monseñor Adolfo González Montes.
En su intervención, el prelado ha pedido a los jóvenes, que abarrotaban la Catedral, a que afianzaran sus raíces cristianas, en un momento de la historia donde la cruz de Cristo vuelve a ser rechazada tal y como sucediese hace veinte siglos.
Un acto emotivo que da el pistoletazo de salida al itinerario que seguirá la Cruz y el Icono de la JMJ por los distintos puntos de la geografía de la diócesis de Almería.
domingo, 15 de mayo de 2011
jueves, 10 de febrero de 2011
YOUCAT

Benedicto XVI envía un nuevo un mensaje a los jóvenes con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. En esta ocasión lo hace a través del prólogo al YouCat -Catecismo editado en lenguaje juvenil que se incluirá en la bolsa del peregrino-. En sus palabras, el Papa recuerda a los jóvenes la importancia de conocer en profundidad su Fe. “Debéis conocer aquello en lo que creéis, debéis conocer vuestra fe con la misma precisión con la que un especialista informático conoce el sistema operativo de un ordenador o el músico su partitura”.
“Estudiad el catecismo con pasión y perseverancia. Sacrificad vuestro tiempo en ello. Estudiadlo en silencio, compartidlo con amigos, formad grupos de oración y estudio, intercambiad impresiones por Internet”, exhorta Benedicto XVI a los jóvenes. A la vez les advierte de la necesidad que tienen de “estar más fuertemente arraigados en la fe que la generación de vuestros padres, para poder resistir con fuerza y decisión las tentaciones de este tiempo. Necesitáis la ayuda divina, si vuestra fe no quiere secarse como una gota de rocío al sol, si no queréis sucumbir a la tentación del consumismo, si no queréis que vuestro amor se ahogue en la pornografía, si no queréis traicionar a los débiles y a las víctimas de abusos y de violencia”.
El último consejo que recoge el prólogo está directamente relacionado con los últimos sucesos ocurridos en el seno de la Iglesia y que han podido causar recelo y rechazo por parte de muchos jóvenes. “Sabéis todos cómo ha sido herida la comunidad de los creyentes por los ataques del mal en los últimos tiempos, por la penetración del pecado en el interior, incluso en el corazón de la Iglesia. No uséis esto como pretexto para huir de la mirada de Dios, ¡vosotros mismos sois el cuerpo de Cristo, la Iglesia! Llevad el fuego intacto de vuestro amor en esta Iglesia cada vez que los hombres le han oscurecido el rostro”.
Para poner de manifiesto la importancia de los más jóvenes dentro de la comunidad de creyentes, Benedicto XVI recuerda cómo, en uno de los momentos más bajos de la historia del pueblo de Israel, Dios no llamó a un gran personaje sino a un joven llamado Jeremías. El joven, asustado por la importancia de la misión encomendada, se dirigió a Dios: “¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven”. (Jer 1,6). Pero Dios le dijo: “No digas: Soy demasiado joven, porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene” (Jer 1,7)”.
Traducido al lenguaje juvenil
Al inicio del prólogo, Benedicto XVI explica que este Catecismo traducido al lenguaje de los jóvenes es una síntesis del Catecismo de la Iglesia Católica impulsado por su predecesor, Juan Pablo II. “Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) y en un contexto cultural cambiante, muchas personas ya no sabían correctamente qué debían creer propiamente los cristianos, qué enseñaba la Iglesia, y cómo todo esto se podía adaptar al nuevo clima. Juan Pablo II decidió de un modo audaz que los obispos de todo el mundo escribieran un libro con el que responder a estas preguntas”.
La elaboración del YouCat ha sido una iniciativa de la Conferencia Episcopal Austriaca pensada para ser distribuida en las Jornadas Mundiales de la Juventud. Su elaboración ha sido encomendada a varios sacerdotes, teólogos y catequistas y en ella han participado también un número importante de jóvenes con la supervisión del Arzobispo de Viena, el Cardenal Schönborn. Las más de trescientas páginas de texto se editarán en al menos siete idiomas: alemán, inglés, francés, italiano, español, portugués y polaco. En la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid entre el 16 y el 21 de agosto se distribuirán al menos un millón de copias.
Al igual que el Catecismo de la Iglesia Católica que ha servido de base para su elaboración, el YouCat consta de cuatro apartados:
1. “En qué creemos”
2. “La celebración del misterio cristiano”
3. “La vida en Cristo” y
4. “La oración en la vida cristiana”.
Fuente: aceprensa.com
viernes, 4 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)