Mostrando entradas con la etiqueta Coherencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Coherencia. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de septiembre de 2016

Rafa

La partida de Rafa Lozano al Cielo tras una dolorosa enfermedad que ha sabido llevar de modo ejemplar, nos ha conmovido y removido a muchos. Tuve la suerte de conocele y tratarle. Lo definiría con cuatro palabras: generoso, alegre, piadoso y coherente. Era una persona acogedora, de esas que te reciben siempre con una sonrisa; una "persona-hogar". En él, la vida interior y el activismo provida iban de la mano, algo difícil de conseguir en estos días en los que todos vamos corriendo a todos sitios. Tengo la seguridad de que tenemos un intercesor en el Cielo.
Dicen que "se muere como se vive", y Rafa se ha ido  rodeado de los suyos, su familia y sus amigos, que han sido muchos y de todo tipo y condición, en un clima de Fe y de Alegría.
He leído mucho estos día sobre él, y me ha gustado especialmante este testimonio de Benigno Blanco, porque pienso que define a Rafa muy bien: 

"La muerte de Rafa Lozano deja en todos los que le tratamos –junto al dolor inevitable- la férrea convicción de que hemos tenido el privilegio de compartir la vida de un héroe, es decir, de alguien que ha mejorado el mundo en que vivió e influido positivamente en miles de personas, generando dinámicas de bien de amplia proyección en la historia futura, aunque nadie aquí pueda cuantificar ni conocer exactamente los frutos de su vida. Bastaba ver el martes pasado en el tanatorio de la M30 de Madrid a los cientos de personas que venían a despedirse de él y abrazar a su mujer e hijos, para percibir la estela de felicidad y vida que ha dejado Rafa en tantos: una pequeña multitud que rezumaba fe –en su mayoría-, dolor y lágrimas pero con una inmensa alegría. Fe y alegría a pesar del dolor por la separación eran el clima alrededor del cadáver de Rafa. Esa es la estela de su vida.
Cuando besé a Fani, su madre, le dije mientras recogía con mis dedos alguna de sus lágrimas silenciosas, que debía estar contenta por la vida de su hijo y porque había llegado a la meta; Fani me contestó: ¡pero si estoy contentísima! Quizá esto no lo entiendan quienes no tienen fe, pero es la marca de quienes como Rafa y Fani viven cara a Dios y, por amor a Él, entregados a hacer el bien a los demás. Fani apostó en circunstancias muy difíciles por la vida, la vida de aquel que crecía en su seno y se llamaría Rafa, y éste ha dedicado su vida a proteger la vida de tantos. El sí a la vida de una mujer provocó una cadena de otros sí con proyección en la historia y para la eternidad a través de la vida de Rafa.
He tenido la suerte de trabajar con Rafa Lozano durante muchos años, primero en el Foro de la Familia y después en Red Madre, entidades en las que Rafa desarrolló su actividad profesional durante la mayor parte de la última década con un breve intervalo entre ambos trabajos. Lo conocía de antiguo, pero nuestra relación se reforzó cuando se ofreció como voluntario en la organización de la ILP del Foro sobre el matrimonio en 2004 y en las primeras manifestaciones que desde el Foro se organizaron en 2005. Por eso, cuando quedó vacante poco después la dirección general del Foro, le ofrecí que se hiciese cargo de esa responsabilidad y él aceptó con la generosidad y el empuje que le caracterizaban. Durante aquellos años trabajamos mano a mano en las campañas del Foro en defensa del matrimonio, la libertad de educación y la vida (con la promoción de Red Madre, nombre que -por cierto- es invención de Rafa). Incluso en el breve periodo que se dedicó a otras actividades hasta su incorporación a Red Madre como director de la entidad en Madrid, siguió colaborando con nosotros como voluntario. Sé por tanto de quien hablo.
Rafa no era un hombre perfecto –¡buenas broncas le he echado en ocasiones!-, pero fue un héroe benefactor de la humanidad porque veía su vida con vocación de servicio, sabía que su misión era defender la vida en una época en que la cultura de la muerte contamina nuestro ambiente. Se comprometió con la causa de la vida en su juventud allá en las Islas Canarias y después como voluntario o profesionalmente hasta su fallecimiento. Y se comprometió con la vida junto a Lola su mujer recibiendo con alegría esos seis hijos –de Carlota a Jaime- que no podían contener las lágrimas mientras cantaban guitarra en mano con alegría cantos de vida y resurrección en el funeral celebrado en el tanatorio.
Rafa era generoso con su tiempo, estaba disponible las 24 horas (¡literalmente!) para quien lo necesitase; abrió junto con Lola las puertas de su casa a quienes necesitaban de su apoyo y compañía para superar dificultades matrimoniales o a causa de un embarazo o problemas de atracción sexual que les mortificaban. Su compromiso con la vida fue ampliando el abanico de sus dedicaciones: los no nacidos, las mujeres embarazadas, los matrimonios con dificultades, las personas con atracción por el mismo sexo …; según los años pasaban y los problemas se multiplicaban a su alrededor, Rafa y Lola (pues en esto iban siempre de la mano) ampliaban el abanico de sus intereses solidarios. Por eso tenía tantos amigos, por eso tanta gente le quiere, por eso la multitud que pasó por el tanatorio para darle su agradecido adiós.
Humanamente Rafa tenía una personalidad atractiva: sonreía siempre, era pausado, no perdía la calma, jamás hablaba mal de nadie, era muy divertido, le encantaba la gente, la calle, las masas, el megáfono y la pancarta. Era un buen amigo de sus amigos y los tenía, por eso, a miles. Era discreto, nada vanidoso, servicial y generoso con su tiempo (demasiado incluso: no sabía decir que no a nadie que le pidiese ayuda y eso a veces creaba problemas pues el día solo tiene 24 horas).
La raíz última de su personalidad y actividad –así lo percibía él- era su fe en
Dios y su amor a la Iglesia. Amaba a los hombres y los servía porque los veía a la luz de su fe como hijos de Dios. ¡Cómo me recuerda su forma de entender la historia y ver a los demás a la de la santa de Calcuta que era canonizada mientras él fallecía! En sus últimos años ese compromiso con su Dios se concretó de forma especial en la promoción de la devoción a la Virgen, especialmente en sus advocaciones de Guadalupe y Medjugorje. Y así de nuevo abrieron Lola y él su casa, ésta vez a grupos de oración vinculados a estas devociones. ¡Nunca estaban solos Rafa y Lola: las puertas de su casa y sus vidas siempre abiertas a los demás!
Sé útil, deja poso, ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor…” Esta recomendación del santo aragonés se hizo realidad en la vida -¡y en la muerte!- de Rafa. Y seguirá siendo realidad en los que le deben la vida: sus hijos, los que nacieron gracias a su apoyo, los matrimonios que superaron sus problemas con su ayuda, los que centraron su vida y su sexualidad con su consejo, … Esta imagen de continuidad de los frutos de la vida de Rafa se me hizo patente al ver salir del tanatorio rumbo al cementerio la “furgoneta de Rafa conducida por Carlota, su hija mayor, con todos los hermanos detrás. La vida sigue, la furgo la seguirán guiando otros y los frutos de esta vida generosa se multiplicarán hasta el fin de los tiempos. Así sucede con los héroes, aunque sean de aquellos que quizá no pasen a los libros de historia de los hombres".
Benigno Blanco Rodriguez

domingo, 28 de julio de 2013

Lo que nos dijo el Papa Francisco

Ante miles de jóvenes convocados para la vigilia de oración en el Paseo Marítimo de Copacabana, el Papa Francisco pronunció las siguientes palabras:

Queridos jóvenes Hemos recordado hace poco la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo

También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. ¿Cómo? ¿De qué manera? A partir del nombre del lugar donde nos encontramos, Campus Fidei, Campo de Fe, he pensado en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: 
- la primera, el campo como lugar donde se siembra; 
- la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; 
- y la tercera, el campo como obra en construcción. 

1. El campo como lugar donde se siembra. 

Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). 

Queridos jóvenes, eso significa que el verdadero Campus Fidei es el corazón de cada uno de ustedes, es su vida. Y es en la vida de ustedes donde Jesús pide entrar con su palabra, con su presencia. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca. Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto.
¿Qué terreno somos o queremos ser? Quizás somos a veces como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos; o como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y, ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente; o somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor (cf. Mt 13,18-22).
Hoy, sin embargo, estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes quieren ser buena tierra, no cristianos a tiempo parcial, no «almidonados», de fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido a la vida. Jesús es capaz de ofrecer esto. Él es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Confiemos en Él. Dejémonos guiar por Él


2. El campo como lugar de entrenamiento

Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». 
Creo que a la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional. Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Debe entrenarse y entrenarse mucho. Así es en nuestra vida de discípulos del Señor
San Pablo nos dice: «Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1 Co 9,25). 
¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna. Pero nos pide que entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. ¿Cómo?:
- A través del diálogo con Él: la oración, que es el coloquio cotidiano con Dios, que siempre nos escucha. 
- A través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia y nos configuran con Cristo
- A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. 

Queridos jóvenes, ¡sean auténticos «atletas de Cristo»


3. El campo como obra en construcción

Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia; más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia. 

San Pedro nos dice que somos piedras vivas que forman una casa espiritual (cf. 1 P 2,5). Y mirando este palco, vemos que tiene la forma de una iglesia construida con piedras, con ladrillos. En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros, y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia; y no como una pequeña capilla donde sólo cabe un grupito de personas. Nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. 
Jesús me dice a mí, a ti, a cada uno: «Vayan, y hagan discípulos a todas las naciones». Esta tarde, respondámosle: Sí, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Digamos juntos: Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. Su joven corazón alberga el deseo de construir un mundo mejor. 


He seguido atentamente las noticias sobre tantos jóvenes que, en muchas partes del mundo, han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezar? ¿Cuáles son los criterios para la construcción de una sociedad más justa? Cuando preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que debía cambiar en la Iglesia, respondió: Tú y yo

Queridos amigos, no se olviden: ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor. 

Levantemos nuestros ojos hacia la Virgen. Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su «» a Dios: «Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1,38). Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. 
Que así sea.

Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida. Proclamada oficialmente patrona de Brasil por un decreto de Pío XI el 16 de julio de 1930.

miércoles, 20 de junio de 2012

El "Sí" de una vida

Edward A. Fellowes-Prynne (1854 - 1921), "Ecce ancilla Domini"

"Es fácil ser coherente en la hora de la exaltación, difícil serlo en la hora de la tribulación. Y sólo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo largo de toda la vida. El "Fiat" de María en la anunciación encuentra su plenitud en el "Fiat" silencioso que repite al pie de la Cruz"

(Juan Pablo II, de la homilía pronunciada en la catedral de Méjico el 26-01-1979)

William-A. Bouguereau (1825-1905)
Pietà (1876)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Coherencia para educar


José María Contreras es biólogo, aunque ha dedicado su vida a las relaciones humanas, especialmente en el campo de la formación de directivos. En la actualidad es Director de Formación y Desarrollo en una multinacional farmacéutica. Está casado y tiene tres hijos. Ha impartido cientos de conferencias sobre el hombre y sus relaciones con los demás, tanto dentro como fuera de España y es autor de varios libros.

Fuente: arbil.org


¿Se piensa poco?


En muchos casos se evita pensar. Al hombre le cuesta enfrentarse a sí mismo. Ponerse delante de un espejo y "cantarse las cuarenta". Pero lo necesita para ser más feliz.


Existen dificultades, ¿verdad?


Es cierto. Hay dificultades objetivas. Pero para aquello que a uno de verdad le interesa siempre encuentra tiempo. Se evita mucho el pensar en los hijos porque los pensamientos que surgen suelen ser exigentes.


Y la prisa…


También. Pero algunas veces parece que nos guste que haya prisa. Evita otros compromisos. Por eso a la prisa se le ha dado un sentido positivo. No hace mucho, de una persona con mucha prisa se decía que era un atolondrado; ahora es una persona muy importante.


¿Que respondería a la pregunta de qué es lo primero que se necesita para educar a los hijos?


Coherencia. Hay que procurar vivir lo que uno dice. Si no la educación no vale para nada. Porque los hijos perciben inmediatamente que uno dice cosas en las que no cree porque si las creyera, las viviría.

¿Por qué parece que es más difícil educar hoy?

Podría haber muchas razones pero me gustaría centrarme en una. Estamos haciendo una sociedad en la que cada esfuerzo lo hacemos con vistas a un beneficio inmediato. En la educación no hay recompensa a corto plazo.


La sociedad tampoco es que ayude…


Es verdad, por eso hay que poner más exigencia personal: El ambiente exterior se contrarresta con presión interior; con exigencia personal.


Pero los padres no somos dioses…


Claro que no. Lo que educa no es vivir una serie de valores, sino el luchar por vivir esos valores; en eso es en lo que se fijan nuestros hijos. Nuestra intencionalidad. Ellos también saben que no somos dioses.


Es que los hijos lo ven todo.


Y nosotros tenemos que demostrarles con nuestra vida. El lenguaje de los hechos es el que más comunica. Que sepan claramente cuales son nuestras prioridades. Ellos tienen que saber las cosas por las que no pasaríamos nunca y por qué.


Muchos padres entienden por educar el dar estudios.


Es verdad. Educar no es dar una beca. Uno pone dinero y el niño estudia, pero si educar fuera sólo enseñar a los hijos a ganarse la vida, habría hijos que no haría falta educarlos ¡se la van a ganar mejor que nosotros!. Educar es algo más que dar conocimientos.


¿Qué más?


En última instancia educar es enseñar a querer. Por eso uno tiene que saber hacer atractivos los valores. Es una necesidad en la sociedad en la que vivimos. Tener referencias que nos hagan atractiva la verdad. En el caso de los hijos son los padres. Sin la ayuda de éstos lo que se haga en los colegios u otras instituciones formativas vale muy poco.


¿Cómo son las relaciones padres-hijos en la actualidad?


Como siempre, pero con algunos matices especiales y no precisamente pequeños. Hay miedo a los hijos. Miedo a exigir que en realidad es miedo a exigirme. Miedo a que se enfaden. Hay una especie de complejo de inferioridad con respecto a ellos que está haciendo mucho daño a la sociedad en general y a nuestros hijos en particular.


¿Por qué?


Porque una persona no exigida, es una persona no valorada. Uno puede dar lo mejor de uno mismo cuando es exigido: la peor venganza con una persona es no exigirle. Fracasará como persona aunque llegue a ser un brillante profesional. No se exige en muchas ocasiones en aras de la tranquilidad.


¿Y …?


Y se está confundiendo tranquilidad con paz. La paz es una consecuencia de una forma de vivir: hay paz cuando hay exigencia, cuando hay lucha por mejorar, cuando hay vida. La tranquilidad se consigue con tranquilizantes.


¿Y así no se consigue nada?


Pues siendo realistas, evitar un disgusto hoy para tenerlo mañana… y sin remedio. ¡Cuánta gente se está culpando de no haber exigido en su momento y quizás se hubieran evitado algunas situaciones posteriores! Tengamos en cuenta que una persona no educada, es decir no exigida, se convierte en una generadora de sufrimientos en el futuro. En el terreno de la educación hay mucho sufrimiento evitable.


Pero uno puede educar bien y luego "salirle mal".


Claro. Tengamos en cuenta que el hombre es libre. Podemos educar a una persona en el amor al trabajo y luego ella no trabajar porque no le da la gana. Los padres tienden a echarse todas las culpas en los temas de educación. En muchas ocasiones no llevan razón, para tener culpa hace falta intencionalidad. Si no hay intención, no hay culpa.


¿Un padre o una madre por el hecho de serlo ya son buenos educadores?


No. Además de la intencionalidad hay que formarse, conocer las etapas por las que pasa un hombre. Igual que un jefe tiene que formarse. Unos padres para educar bien deben formarse. Es fundamental. Si uno no se forma es difícil sortear la cantidad de obstáculos que nos pone la sociedad actual.


¿Por qué no se hace?


Algunos lo hacen. Otros no saben que hay que hacerlo. O no saben cómo hacerlo. Hay otros que sabiendo que hay que hacerlo y como hacerlo se dejan llevar por la comodidad. La raíz de la mayoría de los problemas que tiene la sociedad occidental es la comodidad.


¿Algo para terminar?


La educación de los hijos es de lo más gratificante que el ser humano puede experimentar. Merece la pena porque ahí se encuentra una gran parte del éxito como persona. Y depende de nosotros.

martes, 5 de enero de 2010

Abiertos a la verdad

"Lo que maravilla en la actitud de los Magos,es que se postraron en adoración ante un simple niño en brazos de su madre, no en el marco de un palacio real, sino en la pobreza de una cabaña en Belén (cfr. Mt 2, 11). ¿Cómo fue posible? ¿Qué convenció a los Magos de que aquel niño era "el rey de los judíos" y el rey de los pueblos? Ciertamente los persuadió la señal de la estrella, que habían visto "al salir", y que se había parado precisamente encima de donde estaba el Niño (cfr. Mt 2, 9). Pero tampoco habría bastado la estrella, si los Magos no hubieran sido personas íntimamente abiertas a la verdad. A diferencia del rey Herodes, obsesionado por sus deseos de poder y riqueza, los Magos se pusieron en camino hacia la meta de su búsqueda, y cuando la encontraron, aunque eran hombres cultos, se comportaron como los pastores de Belén: reconocieron la señal y adoraron al Niño, ofreciéndole los dones preciosos y simbólicos que habían llevado consigo."

(Benedicto XVI, Homilía en la solemnidad de la Epifanía, 6-I-2007)



domingo, 9 de agosto de 2009

La coherencia de un hombre público

Vivío a caballo entre los siglos XV y XVI, pero en la situación político-social que le tocó vivir podrían verse reflejados muchos hombres públicos de hoy en día.

Tomás Moro, de un profunda formación humanista y arraigada vida de piedad, fue nombrado por Enrique VIII "Lord Canciller". Además de contar con la amistad personal del monarca. Amistad que le llevó preso a la Torre de Londres, y de ahí al martirio.

Tomás Moro no cedió a las pretendiones del rey de querer divorciarse de Catalina de Aragón; y se negó a firmar el Acta de Sucesión y Supremacía por la que el rey se proclamaba cabeza de la Iglesia Anglicana. Por esta alta traición fue llevado a presidio y condenado a muerte.

Durante su presidio, varios emisarios -como su hija Meg o su mujer- fueron enviados para animarle a ceder ante el rey. Él siempre se negó a renunciar a su fe y ser desleal con Dios, aún cuando esta decisión le costase la vida.

No perdió el tiempo durante sus últimos días, manteniendo correspondencia con su hija Meg, con quien tenía gran confianza.

Finalmente, fue decapitado en 1535. Dirigió estas palabras a los que allí se encontraban presentes: "El buen servidor del rey, pero primero Dios"

En 1966 Fred Zinnemann dirige una película sobre su vida: Un hombre para la eternidad, que refleja muy bien la personalidad de este hombre santo, que nunca perdió el sentido del humor, aún a un paso de la muerte.





sábado, 9 de mayo de 2009

Coherencia

Dice el saber popular que si no vives como piensas, acabarás pensando como vives. Esta sabia frase, unida a la capacidad infinita que tenemos los seres humanos para justificar nuestras acciones puede dar lugar a actitudes, cuanto menos, desconcertantes.

De unos padres se espera fidelidad entre ellos y a los hijos; de un médico, que cure; de una enfermera, que cuide; de una señora de la limpieza, que limpie; de un maestro, que enseñe... Y así con todas las actividades que desarrollamos.

Cuando los esposos no son fieles; cuando un médico mata; cuando una enfermera maltrata; cuando la limpiadora mete la basura debajo de la alfombra; cuando el maestro deforma... algo está pasando. Pero se hace como si no pasase nada: se acaba pensando como se vive. Recuerdo a aquella "manceba" de un señor casado que se autoconvenció de que el hombre necesitaba ser polígamo para realizarse.

Que el Papa diga en África que los preservativos no son la solución al sida, es lo que se espera. Porque científicamente, así es. Y porque la Doctrina de la Iglesia también es la que es. Y estaría bueno que el Santo Padre, no fuese fiel a ella. Que parlamentos de distintos países se planteen reprobar a Benedicto XVI por decir y hacer lo que debe... es que algo está pasando.

Seguro que a Groucho Marx nunca le explicaron qué era la coherencia antes de afirmar: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".

Intento tomármelo con humor, pero lo que arrastra es lo auténtico. Y lo auténtico, siempre es lo coherente. Y no sólo a ratos y depende de qué o quién: