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Alice Havers: María ponderaba todas esas cosas en su corazón, 1888. |
III Cantiga
Eres madre del pan, eres un cuenco
de leche hospitalaria, bien caliente;
eres humildemente la cerilla
que alumbra un apagón
de cuatro siglos;
eres la venda justa, eres paisana
de todo lo que amo.
La caricia
candeal de tus manos disuade cada lágrima
que congelada baja pecho adentro.
No me niegues a mí tu voz, la chimenea
de todos los viajeros del invierno.
Miguel d'Ors