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lunes, 19 de septiembre de 2016

Sobre la felicidad

Huevo de pascua 

Por Enrique García-Máiquez en el Diario de Cádiz, 18.09.2016

En la última de Woody Allen, una glamurosa pareja es preguntada por el secreto de su felicidad. Contestan, entre las risas admirativas de todos: "Nos encantan los niños… de los demás". Se ve que es un clima de opinión, porque hace poco El Mundo titulaba un reportaje: "¿Por qué sin hijos serás más feliz?" El trabajo científico que le daba pie lo firmaban Blackstone y Stewart, sociólogos americanos, que entrevistaron a 21 mujeres y 10 hombres que habían decidido no tener hijos. El campo de estudio se parece mucho a una tertulia de amigotes después de una cena y, como se ciñe a quienes habían decidido no tener hijos, el resultado era previsible. 


Pero lo cierto es que la cuestión está aquí, y tenemos los datos de las ex pirámides de población, que mejor llamaríamos "huevos de pascua de población", por la forma que ya tienen y por la pascua que nos terminarán haciendo con las pensiones, la sanidad y hasta con la paz de las relaciones intergeneracionales. Sin embargo, insistir en la pascua es contraproducente. Estoy encantado con mis hijos, pero me entristece verlos como los solitarios sostenedores del futuro estado del bienestar. Si fuera para pagar pensiones, no los tendría. En Italia han hecho una polémica campaña que insta a las mujeres a no dormirse en los laureles: "La belleza no tiene edad, la fertilidad sí". Recordar el reloj biológico tampoco parece muy motivador. Los partidarios de la infertilidad aciertan al poner el punto de mira de su propaganda en la felicidad. 

Aunque una cosa es apuntar, y otra, dar en el blanco. Hablar de la felicidad, mientras no se invente un felicímetro (que iluminaría graves problemas filosóficos y existenciales) no deja de ser algo bastante subjetivo y presuntuoso. Yo no quiero presumir de mi felicidad ni echarla a pelear con la de nadie, pero desde que leí el articulo me obsesiona una idea. No se cuenta en esa felicidad que se propone la de los hijos, que yo sumaría. Quiero decir, la pareja sin hijos puede contar la suya, y me parece genial, y se la deseo inmensa. Lo justo es que a la de mi mujer y a la mía, que no son mancas, se sumen las de nuestros niños, que corretean alrededor de mi mesa mientras escribo esto, y, si ellos tienen hijos, que se sigan sumando felicidades, y, si no los tienen y son muy felices, que recuerden que lo son porque sus padres sí los tuvimos. La felicidad no es sólo la que se tiene, sino la que se da.


lunes, 12 de enero de 2015

Cómo ser una "mala" madre

(Artículo original en inglés: 12 ways to be the meanest mom in the world de Megan Wallgren). 

Cuando tus hijos te dicen que eres “mala”, debes de tomarlo como un cumplido. No cedas a los caprichos de tus hijos, pueden pensar lo peor de ti ahora, pero te lo agradecerán más tarde. 

Una vez, después de ir de compras, salí de la tienda sin ceder a la rabieta de mi hija por una galleta. Una mujer me detuvo en el aparcamiento y me dijo que era la mejor madre en el centro comercial. Mi hija definitivamente no pensaba lo mismo. Cuando tus hijos te dicen “mala” tómalo como un cumplido. 

La nueva generación ha sido considerada la de los niños más perezosos, más groseros, menos limitados y sin restricciones en la historia. Las cosas que se dicen sobre los niños malcriados y consentidos asustan a la mejor de las madres. La verdad es que: la culpa no es solo de los niños, sino también de los padres. Lo más fácil en la vida es ceder a todos los caprichos de nuestros hijos. Después de todo, ¿acaso no todas queremos ser la mamá molona? 

No cedas a los caprichos, tus hijos pueden pensar lo peor de ti ahora, pero te lo agradecerán más tarde. 

Aquí hay 12 maneras para que te asegures de ser la madre más mala del mundo: 

1. Asegúrate de que tus hijos se acuesten a dormir a una hora razonable.

¿Habrá alguien que no haya oído hablar de la importancia de una buena noche de sueño para la salud de un niño? Se una madre responsable y manda a tu hijo a la cama a su hora. Nadie dijo que el niño deba desear irse a dormir. Puede resistirse al principio, pero con constancia, va a saber que estás hablando en serio. Después de darle un beso de buenas noches, saborea la paz que trae el silencio o disfruta de tiempo de calidad con tu pareja. 

2. No les sirvas postre a tus hijos todos los días.

Las golosinas deben guardarse para ocasiones que lo merezcan. Esto es lo que las hace especiales. Si solo cedes a las demandas de tu hijo y le das caramelos todo el tiempo, no va a poder apreciar el gesto cuando alguien le ofrezca un regalo dulce de recompensa. Además, piensa en todas las facturas del dentista y del médico que pueden resultar por el exceso de esta indulgencia. 

3. Hazles pagar por sus propias cosas. 

Si quieres algo, tienes que pagarlo. Esa es la forma en que funciona la vida de los adultos. Para asegurarte de que tus hijos no vivan contigo para siempre, es necesario enseñarles hoy que los aparatos electrónicos, videojuegos, salidas al cine, uniformes y equipos deportivos de los que tanto gozan SI tienen un precio. Si tienen que pagar por todo o por parte de ese costo, van a apreciarlos todavía más. También puedes evitar pagar por algo que tu hijo realmente no deseaba. Si él no está dispuesto a pagar la mitad que le corresponde es muy probable que no lo quiera tanto. 

4. No les facilites la vida 

Algunos niños tienen un despertar muy difícil cuando consiguen un trabajo y se dan cuenta de que las reglas en realidad sí se aplican a ellos. Tienen que llegar a tiempo y hacer lo que el jefe les pide. Y, (¡oh no!) habrá muchos aspectos del trabajo que ni siquiera les gustan. 
Si no te agrada el profesor de tu hijo, su compañero de laboratorio, la posición asignada en el campo de fútbol o la ubicación de la parada de autobús, evita la tentación de hacer un escándalo o de mover palancas con tus contactos hasta arreglar la situación a su preferencia. Haciendo esto le estarás robando a tu hijo la oportunidad de aprender o sacar algo bueno de una situación difícil. Enfrentar circunstancias no ideales es algo que tendrán que hacer la mayor parte de su vida adulta. Si los niños no aprenden a manejar y sobrellevar la situación, estarán encaminados al fracaso. 

5. Hazlos hacer cosas difíciles. 

No asumas control automáticamente cuando las cosas se ponen difíciles. Nada les da a tus hijos un mayor impulso de autoconfianza que tomar las riendas de la situación y superar algo difícil para ellos. 

6. Dales un reloj y un despertador.

A tu hija le irá mucho mejor si aprende la responsabilidad de administrar su propio tiempo. No siempre vas a estar ahí para recordarle que apague el televisor y que debe prepararse para salir y llegar a su compromiso a tiempo. 

7. No te preocupes por comprarles el último modelo.

Enséñales a tus hijos a sentir gratitud y satisfacción con las cosas que tienen. Si siempre se preocupan por obtener el móvil más caro y más nuevo estando pendiente de quién ya lo tiene, vivirán encadenados a la deuda y a la infelicidad. 

8. Déjalos saborear las pérdidas.

Si tu niño rompe un juguete, no lo reemplaces. Él aprenderá una valiosa lección sobre el cuidado de sus cosas. Si tu hijo se olvida de entregar la tarea a tiempo, deja que se saque la mala nota que le corresponde o que se arregle con su maestro con una tarea adicional para compensar el crédito perdido. Estás enseñando a tus hijos el concepto de la responsabilidad – acaso no quieres criar hijos responsables? Seguro que ellos te recuerdan de las cosas que se te olvidan a ti. 

9. Toma control de la tecnología que usan. 

Si todos los demás padres dejan a sus hijos saltar de un puente, ¿tú también lo permitirías? No dejes que tus hijos vean un programa de televisión o jueguen videojuegos que no son apropiados para su edad sólo porque todos sus amigos lo han hacen. Si adoptas una postura firme en la educación de tus hijos, otros tal vez seguirán tu ejemplo. Se una influencia positiva en sus compañeros. 

10. Enséñales a que se disculpen 

Si tu hijo hace algo mal, enséñale a aceptar y confesar el error y a enfrentar las consecuencias. No escondas la grosería, la falta de honradez o el bullying bajo la alfombra. Si te equivocas, da el ejemplo y come un bocado de tu merecida torta de humildad. 

11. Cuida sus modales.

Incluso los niños pequeños pueden aprender los conceptos básicos de cómo tratar a otro ser humano con respeto y dignidad. Al hacer de la cortesía un hábito, les estarás haciendo un favor enorme. Los buenos modales pueden llevarte bastante lejos en la vida. Bien dice el dicho: “Se atrapan más moscas con miel que con vinagre.” 

12. Hazlos que trabajen de forma gratuita. 

Ya sea ayudando a la abuela en el jardín o como tutor voluntario para los niños más pequeños, asegúrate de que el prestar servicio sea una parte importante de la vida de tus hijos. Esto les enseña a mirar más allá de sí mismos y a darse cuenta de que otras personas tienen necesidades y problemas, y estos son — a veces más graves que los suyos. 

Y aún con todo el tiempo que pasarás siendo “la mala”, no olvides elogiar, alentar y recompensar a tus hijos por su buen comportamiento. Y también asegúrate siempre de que ellos sepan que los amas. Con un poco de guía y constancia de sus padres, tus niños pueden cambiar la historia y hacer de su generación una que se conozca por su buena voluntad y como una esperanza para el mundo.


viernes, 13 de junio de 2014

A vueltas con la vida

Fuente: María Martínez López en Alfayomega.es

Uno de los argumentos más recurrentes de quienes defienden el aborto y lo practican es que su objetivo es que el aborto sea legal, seguro, y poco frecuente. 
Aseguran, también, que la forma de conseguirlo es facilitar lo más posible el acceso a los métodos anticonceptivos. 
Las entidades provida llevan años denunciando, por el contrario, que un mayor uso de anticonceptivos no hace que descienda el número de embarazos no deseados y de abortos, sino que aumente, por el sentimiento de falsa seguridad que generan en las personas que los usan. 


Esta mentira podría atribuirse a la buena intención y la mala información de los abortistas. Sin embargo, algunos han reconocido ya que eran perfectamente conscientes de que la promoción de la promiscuidad sexual y los anticonceptivos entre los jóvenes terminaría provocando más abortos. De hecho, eso es precisamente lo que buscan: más abortos, más dinero. 

Una de las personas que lleva años denunciando esta estrategia es Carol Everett, que entre 1977 y 1983 dirigió una cadena de cuatro centros abortistas en Texas (Estados Unidos), y fue responsable del aborto de unos 35.000 niños no nacidos. 
Unos años después, se arrepintió y abandonó el negocio del aborto. El pasado 9 de mayo, compartió su testimonio durante un acto benéfico después de la Marcha por la Vida en Ottawa (Canadá), que fue recogido por la agencia provida canadiense Lifesitenews.com. 

Everett explicó que su equipo trabajaba por comisión, así que a más abortos, más ingresos. «Teníamos el objetivo de que cada chica abortara entre tres y cinco veces de los 13 a los 18 años»; pero, para eso, no bastaba sólo con satisfacer una necesidad. Había que crearla, y la forma de hacerlo era la forma que tenían los jóvenes de ver la sexualidad. 

Desde la guardería 

«Empezábamos en la guardería. Pones a los niños en un círculo, y recorres la sala preguntándoles a todos la misma pregunta: ¿Cómo llaman tus padres a tus partes íntimas? Vosotros y yo sabemos que cada familia usa una palabra diferente. Así que, cuando llegas al tercer o cuarto niño, les queda claro que los padres no saben qué tienen. Pero nosotros lo sabíamos. Les decíamos: Niños, esto es lo que tenéis vosotros; y niñas, esto es lo que tenéis vosotras». Estas actitudes tenían como objetivo erosionar en los niños el sentido de pudor natural. Todo estaba pensado para «separar a los niños de sus valores y de sus padres». Después, en Primaria, empezaba un ataque más directo: en tercer grado, se enseñaba a los niños diagramas explícitos del coito. En cuarto, se les animaba a masturbarse, solos o en grupos del mismo sexo. Durante quinto y sexto, se daba el paso de la educación sexual al aborto

En este momento, Everett se implicaba personalmente: «Mi meta era conseguir que fueran sexualmente activos tomando una píldora anticonceptiva de baja dosis que, para proporcionar un nivel de protección, se tiene que tomar cada día exactamente a la misma hora. Y vosotros y yo sabemos que no hay ningún adolescente en el mundo que haga todo a la misma hora cada día». 

En Estados Unidos, muchas centros que practican abortos son también clínicas de atención a la mujer: distribuyen anticonceptivos y realizan tareas informativas sobre salud sexual y reproductiva. 

Un equipo de teleoperadores 

Aquí entraba en juego el efecto paraguas, por el cual una persona que toma la píldora piensa que está a salvo de un embarazo no deseado, por lo que tendrá relaciones con más frecuencia que las que no toman la píldora. 

Lo que es novedoso es que se reconozca que los abortistas distribuían a propósito un tipo de píldoras que sabían que fallarían con más facilidad. Y, gracias a la educación sexual que habían recibido, cuando esa chica se quedara embarazada, creerá que su única opción es el aborto. «Así, conseguiríamos nuestra meta de entre tres y cinco abortos entre los 13 y los 18 años». De hecho, una chica acudió a su centro para abortar por novena vez. 

Cuando se ponía en contacto con el centro abortista, se encontraba con empleados entrenados para dirigirla hacia el aborto. «Cuando sonaba el teléfono, estábamos listos. Habíamos entrenado a la gente para responder al teléfono como teleoperadores. Vendían el aborto por teléfono. Pero no podíamos llamarlos teleoperadores, eso es muy duro. Les llamábamos consejeros telefónicos. Les entrenábamos con un guión diseñado para superar todas y cada una de las objeciones al aborto. En esos consisten las ventas, ¿no? En superar las objeciones y conseguir el encargo; en este caso, el aborto». 

La conferencia de Everett acabó con la recomendación de que cada persona esté pendiente de la educación sexual que sus hijos y nietos reciben en el colegio. «Es fundamental que lo sepamos, porque ellos avergüenzan a los niños, y si están avergonzados por lo que oyen, no van a llegar a casa y contarte lo que han oído. Os animo a que vayáis a vuestra biblioteca pública y a vuestros colegios y preguntéis que se usa para la educación sexual».


viernes, 20 de septiembre de 2013

El cuerpo, imagen de Dios

El cuerpo es el lugar natural de la vida y del amor. Recibimos el cuerpo como un don, y en él recibimos también nuestra identidad sexuada y nuestra singularidad personal. Somos masculinos y femeninos en todo; también en nuestro modo de ser imagen de Dios

La diferencia sexual es un don, pero también una tarea. No se trata sólo de un dato biológico; es, sobre todo, una realidad personal, la vocación propia de todo hombre. Ni la masculinidad ni la feminidad se entienden o se realizan de forma aislada, autónoma o individualista, y mucho menos en oposición, sino siempre en mutua relación. El Génesis afirma que el varón y la mujer fueron creados como ayuda semejante: ayuda mutua en el orden del ser y no tanto en el orden del actuar. 

En la lógica de la fecundidad humana, es propio del varón ser origen y principio de la vida para la mujer y, a través de ella, para el hijo. El varón posee este principio de fecundidad no para sí, pues nunca llega a ser padre en sí mismo, sino siempre en relación a la mujer y al hijo. El varón nunca es principio de fecundidad sin la mediación de la mujer y sin la perfección del hijo. 

Desconozco autoría y fecha de la pintura, pero no deja de ser toda una catequesis sobre el aspecto trinitario de la unión conyugal, donde reside su fundamento. La Santísima Trinidad es Familia.

Ser padre es ser en total donación a la mujer y, a través de ella, al hijo. Que el esposo llega a ser padre significa que existe referido del todo a la esposa y, a través de ella, al hijo. Es padre en cuanto lo da todo a ellos. Su paternidad es a imagen y semejanza de la paternidad de Dios Padre, que en la Trinidad es aquel que posee la vida divina de modo fontal y originario. El Padre la posee siempre dándola a las otras dos personas divinas, y nunca recibiéndola, siempre en relación al Hijo y al Espíritu Santo, y nunca sin ellos. Y así, el Padre nunca es principio de todo sin el Hijo y sin el Espíritu Santo. El Padre nunca es en sí mismo, sino que siempre es en relación con las otras dos personas divinas. Así pues, es propio de lo masculino y del esposo llegar a ser padre, es decir, llegar a ser origen de la vida para la esposa y para el hijo, en modo análogo a como Dios Padre es origen de la vida para el Hijo y el Espíritu Santo

Lo propio de la maternidad es hacer fecunda la masculinidad y hacer padre al varón. La mujer es madre porque acoge y recibe como un don la vida de los dos, del padre y del hijo, en modo análogo a como el Espíritu Santo recibe el don del Padre y del Hijo

En todas las dimensiones de su ser, la mujer está hecha para acoger la vida del otro; pero no la acoge para sí, sino para entregarla hacia fuera, al modo como el Espíritu Santo acoge la vida del Padre y del Hijo para comunicarla en la Trinidad económica hacia fuera, a los hombres. 

La fuerza espiritual de la mujer radica precisamente en su maternidad: en la vida que recibe y en la vida que, a su vez, ella da a los demás. Por eso, su vocación singular está especialmente orientada hacia la cultura de la vida y la civilización del amor.  

Por Carmen Álvarez Alonso, profesora de la Universidad San Dámaso. Participante en la XV Semana de Teología de Asidonia-Jerez, cuyo tema ha sido La familia tiene futuro.
Publicado en alfayomega.es.
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El cuerpo humano, como don de Dios, y templo de la Santísima Trinidad, merecen todo el respeto. Es ahí cuando adquieren sentido el pudor y la modestia.

domingo, 17 de febrero de 2013

Cinco cosas que una hija necesita escuchar de su padre

Daniel Darling, (pastor evangélico en Chicago y autor de diversos libros sobre cuestiones familiares)  es un "repetidor" en lo de tener hijas: de sus cuatro retoños, tres son niñas: "La mayor tiene ocho años y cada año que pasa desde que nació me hago más conservador en todo lo que se refiere a mis chicas. No soy un entusiasta de las armas, pero podría serlo si se trata de sentarme en el porche esperando al primero que se atreva a pedir una cita a mis hijas", bromea. Añade, "ya en serio": "Me gusta tener hijas. Hay algo en tener una niña que suaviza al hombre y añade a su alma una cierta ternura". Y es "en ese espíritu" con el cual señala en su blog "cinco cosas que toda hija necesita escuchar de su padre":

1. Eres guapa y te quiero. 
"Esto es algo que deberías decirle a tu hija al menos una vez al día y probablemente más. No soy psicólogo, pero las niñas que saben que sus padres les quieren crecen con mayor confianza y evitar buscar el amor en el lugar equivocado. Oír que son hermosas es un balón de oxígeno para el alma de tu hija. Hazlo a menudo de formas distintas y creativas".

2. Tu madre es guapa y la quiero
"El mejor regalo que le puedes hacer a tu hija es mostrarle cómo debe un hombre tratar a una mujer. Que vea en ti un modelo, aunque sea imperfecto, del amor que Dios hace nacer entre un hombre y una mujer. Dile a tu mujer todos los días que es hermosa, que la quieres y que te alegras de haberte casado con ella. Dile que te comprometes con ella para toda la vida. Y dile estas cosas de vez en cuando delante de tus hijos".

3. Perteneces a Dios y has sido creada para Su gloria
"A menudo las niñas sienten inseguridad sobre muchas cuestiones: su peso, su apariencia, sus amigos... En ocasiones pueden sentirse poco importantes o poco apreciadas, incluso en un hogar donde reina el amor. Por eso tú, como padre, tienes que recordarle a menudo que son criaturas especiales formadas amorosamente por el Creador a Su imagen y semejanza". 
Darling invita a que tengan siempre en cuenta al salmista ("Te doy gracias por tan grandes maravillas: prodigio soy, prodigio son tus obras", Sal 139, 14) para que esa idea "esté interiorizada por tus hijas cuando lleguen los momentos de duda". 
  
4. Eres perdonada. 
"Tu hija desordenará su vida, pecará, te disgustará... Y si no sitúas la buena nueva del Evangelio como centro de tu familia, puede crecer pensando sin saber qué hacer con sus pecados. Instrúyela en la práctica del arrepentimiento y el perdón: el arrepentimiento de sus pecados y el perdón de los ajenos. Que sepa que Jesús siempre está dispuesto a ofrecer su gracia y debe estar dispuesta a recibirla y a aplicarla a quienes le hagan mal a ella". 

5. Vales mucho. 
"No dejes que tu hija consuma el veneno de la cultura que mide el valor de una mujer por su independencia o su habilidad para deshacerse libremente de su pureza. Que ni por un momento se trague la mentira de que la libertad sexual es algo distinto a una esclavitud de la peor especie, el instrumento del enemigo para arrebatarle la creatividad, la belleza y la finalidad para la que fue creada. Enséñale qué buscar en un hombre (una pista: no lo que se ve en la tele). Asegúrate de que es consciente de la hermosura de la imagen pintada por el Creador. Su autoestima y el sentido de su propio valor están ligados a su llamada especial a ser hija de Dios".

viernes, 8 de febrero de 2013

Carta abierta a Rajoy

Por Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia, en ABC (5 de febrero).

Querido Presidente: te escribo con la seguridad de que te preocupas de verdad por las cosas importantes que caen bajo tu responsabilidad. El motivo es la reciente STC sobre la ley de 2005 que suprimió el matrimonio, para equipararlo a las uniones de personas del mismo sexo. Como sabes, esta sentencia afirma que la opción legislativa de 2005 es constitucional, pero tan constitucional como la vigente hasta ese año. Es decir, según el TC, corresponde al legislador decidir en esta materia.

Sé, porque tú lo has dicho públicamente, que en tu opinión la mejor opción normativa, la más justa, es reservar el matrimonio para la unión hombre-mujer, regulando en paralelo las situaciones creadas al margen de la específica estructura matrimonial. Sé que das tanta importancia a esta cuestión que visitaste a Zapatero para proponerle esta solución. Sé que apoyaste el recurso de inconstitucionalidad contra la ley de 2005 en plena coherencia con tus convicciones personales. 

(...) Te escribo porque, atendidos tus pronunciamientos públicos previos en la materia y la postura del PP en el Parlamento en 2005, conociendo el sentir de esa mayoría social que está comprometida con el matrimonio y creía de buena fe que el PP representaba políticamente esta opinión favorable al matrimonio, me siento -nos sentimos muchos- profundamente desconcertado y decepcionado por la postura inicialmente expresada por tu Gobierno de dar por intocable la ley de 2005 una vez que el TC se ha pronunciado. (...) Me parece poco responsable escudarse en el TC para no mojarse en tema tan importante, cuando éste lo que ha dicho es que quienes tienen que decidir son los legisladores.

(...) En otras áreas de gobierno estás demostrando una admirable independencia de criterio frente a los grupos de presión y un encomiable compromiso con el interés general al margen de cálculos cortoplacistas sobre el impacto de tus decisiones en la opinión publicada y en los resultados electorales. Por eso, no entiendo que en el tema del matrimonio, y sin explicación alguna, abanderes ahora las posiciones de Zapatero que tanto criticaste hace muy poco tiempo.

(...) Por todo lo anterior, te escribo esta carta pública: para pedirte que seas leal a tus convicciones públicamente manifestadas en diversas ocasiones y promuevas el restablecimiento del matrimonio en nuestras leyes.

(...) En caso de no atender mi petición porque hayas cambiado de opinión sobre estas cuestiones, te solicito que nos expliques a todos públicamente las razones de tu cambio de criterio para que podamos valorar tus motivaciones. Creo que lo que te pido entra dentro de la más elemental lealtad entre gobernantes y gobernados, entre electores y elegidos; y por ello estoy seguro de que atenderás mi petición.

Con el afecto de siempre, recibe un abrazo.

jueves, 24 de enero de 2013

Uno de nosotros


La Iniciativa Ciudadana Europea contraria al aborto One of us era recientemente legitimada por la Comisión Europea. De la misma manera, el pasado viernes, 18 de enero, se presentaba en la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid la rama española de Uno de nosotros.

El objetivo principal de esta iniciativa es la defensa de la vida y la dignidad de todo ser humano ya desde su etapa vital como embrión. "No hay otra iniciativa ahora más importante y necesaria", aseguró en la presentación Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida.

Para conseguirlo, se trabaja activamente para conseguir la recogida de al menos un millón de firmas en Europa para reclamar a la Unión Europea esa defensa de la dignidad, el derecho a la vida y la integridad de todo ser humano.

De hecho, ya hay comités de Uno de Nosotros organizando la recogida en 25 de los 27 países de la Unión Europea, y pronto los habrá en todos ellos.

La Iniciativa Ciudadana es un instrumento legislativo novedoso en la Unión Europea. En la actualidad hay siete "iniciativas ciudadanas europeas" en marcha en el continente, sobre temas muy diversos, y una de ellas es Uno de nosotros.

El plazo para la recogida de firmas se extiende hasta el 1 de noviembre de 2013 y se puede firmar a través de la propia web en internet. Sólo pueden firmar ciudadanos de la Unión Europea mayores de 18 años.

jueves, 2 de agosto de 2012

Historia de tres fetos

Por Alfonso Ussía en la Razón. 23/07/12

 El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha anunciado que en la próxima reforma de la Ley del Aborto se suprimirá el supuesto de la malformación del feto para solicitar la interrupción del embarazo. Hoy, cuando escribo, leo en LA RAZÓN diferentes casos protagonizados por matrimonios admirables que se opusieron al aborto a pesar de las recomendaciones de sus ginecólogos y respetaron el derecho a la vida de «los monstruos» que iban a nacer. Las voces de las izquierdas han llamado retrógado y cavernícola al ministro, lo cual carece de importancia.

 Hace años, una mujer embarazada fue informada de que era portadora de un ser deforme y monstruoso en sus entrañas. Esa mujer, y espero que me disculpe si hago pública su identidad, se llama Beatriz Ramírez de Haro. Es hermana de Fernando Ramírez de Haro, y por ende, cuñada de Esperanza Aguirre. «Un feto deforme y sin posibilidad de sobrevivir». Pero ella siguió adelante. Su marido apoyó su decisión. Las mujeres bien educadas y con valores y principios no matan a los indefensos. Además, Beatriz contaba con el apoyo de su formación cristiana, y decidió que si Dios le ponía esa terrible prueba, ella tenía que superarla.
 Se acercaba la fecha límite aprobada por la entonces vigente Ley, y Beatriz había recorrido la mitad de España y una cuarta parte del mundo visitando ginecólogos. Todos coincidían en el diagnóstico primario. Su única salida era la interrupción inmediata del embarazo y prescindir de la vida de la deforme masa de carne que crecía en su cuerpo. Pero Beatriz es muy tozuda, y se mantuvo en sus trece. «Lo que Dios me ha enviado, que sea bienvenido». Una postura imbécil e irresponsable para las defensoras de las trituradoras del doctor Morín y las clínicas en las que se practican diariamente miles de abortos de seres humanos no deseados. Todavía recuerdo la científica precisión de Bibiana Aído. Un feto, hasta que no alcance determinados meses de crecimiento, no es un ser humano. Se le preguntó cuándo comenzaba a ser una jirafa el feto de una jirafa y no supo responder. Es lógico, porque la ministra se dedicaba a enseñar a bailar sevillanas.

 Con la lógica preocupación, abrumada por su futuro, le llegó a Beatriz la hora de su alumbramiento. Todo preparado en el quirófano para permitir el nacimiento de un ser deforme y sin porvenir. El ser deforme, con la luz de la vida a su alcance, se dividió en tres cuerpos. Y nació la primera de esas partes escindidas del horror, y era un ser perfecto. Y apareció la cabeza de la segunda parte, y era un niño perfecto. Y para no ser menos que sus compañeros de aventura, sus hermanos, nació el tercero de los trillizos, estallante de salud. Hoy, los tres, que ya no son tan niños, mirarán a sus padres con la admiración y gratitud que merecen por su coraje, su valor y su defensa de la vida.

 La historia del «ser deforme y monstruoso» que se empeñó su madre que naciera, no es la única. Ahora son tres historias diferentes, tres vidas distintas y tres rumbos elegidos desde la libertad. La sabiduría del hombre y los adelantos técnicos y científicos se han desarrollado en las últimas décadas. Pero esa sabiduría y esos adelantos tienen la obligación de estar al servicio de la vida, no sometidos al negocio de la muerte. Comprendo y entiendo, aunque no comparta el procedimiento, las situaciones límite que llevan a muchas mujeres a abortar. Pero no por capricho. No por desentenderse de una vida que ellas han creado con otro ser humano. En España, últimamente, no se ha abortado con rigor científico. Se ha asesinado con violencia a centenares de miles de inocentes. Por eso me ha parecido agradable contar esta historia monstruosa.

jueves, 12 de julio de 2012

Generosidad


Hace unos días conocíamos la historia de Bárbara Castro, periodista de 31 años que perdía la vida a causa de un cáncer. Hasta aquí, algo desgraciadamente habitual; no es la primera vida joven que se va a causa de la fatal enfermedad.
Pero la decisión de Bárbara ha hecho que su caso sea conocido a nivel nacional.

Bárbara y su pequeña
Casada con Ignacio, a los 5 meses de embarazo se entera de que sufre un cáncer de lengua. Ante la disyuntiva de adelantar el parto de su hija para así poder recibir ella el tratamiento para su enfemedad (con el consiguiente riesgo para la vida de su hija), decidió que el embarazo siguiese su ritmo natural, y posponer su tratamiento al parto.
La pequeña Bárbara nació, y su madre, tras dos años tratándose, "nació a la vida" el pasado miércoles.

Ha sido una difícil decisión, supongo que no exenta de polémica. Seguro que cuando su hija crezca y sea consciente de la decisión de amor de su madre, será la niña más orgullosa del mundo.

Desde aquí, mi reconocimiento a Bárbara y a su familia, todo un ejemplo de generosidad y amor. Le pido que desde el cielo, nos envía a todos un poquito de su valentía para luchar por la vida.

miércoles, 11 de julio de 2012

La verdad del amor humano

La Conferencia Episcopal Española (CEE) acaba de publicar el documento La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar. Los obispos explican a fondo la vocación al amor conyugal, oscurecida a veces por ideologías que convierten el subjetivismo en el único criterio para valorar la realidad.

En la primera parte del documento (capítulos 1 a 3), los obispos presentan el fundamento de la verdad del amor humano: “El origen del amor no se encuentra en el hombre mismo, sino que la fuente originaria del amor es el misterio de Dios mismo, que se revela y sale al encuentro del hombre. Esa es la razón de que el hombre no cese de buscar con ardor esa fuente escondida”.

Descubrir un amor que nos precede ayuda a entender, entre otras cosas, “que la medida y la verdad del amor no puede ser exclusivamente el deseo humano. Ha de buscarse sobre todo en el origen del que procede”. Este amor originario previene así “contra toda concepción voluntarista o emotiva del amor”.

La verdad de este amor más grande que nosotros mismos está inscrita en la dimensión sexuada –“varón y mujer los creó” (Gen 1, 27)– de la persona humana. Asimismo, caracteriza el amor conyugal: un amor comprometido, que crea plena comunión de vida entre un hombre y una mujer; es fiel y exclusivo, fecundo y para siempre.

Dos ideologías antifamiliares

El cuarto capítulo analiza dos corrientes de pensamiento “que distorsionan la consideración del hombre hecho a imagen de Dios y, derivadamente, las imágenes del matrimonio y de la familia. Una y otra parten de un mismo principio: una injusta valoración de la corporalidad”.

La primera es una forma de espiritualismo puritano que trata la corporeidad como un obstáculo para el amor espiritual. Según este modo de pensar, el papel que la sexualidad desempeña en el amor comprometería “la trascendencia y la gratuidad de las formas más elevadas de amor”.

La segunda corriente de pensamiento –a la que el documento dedica más atención– es la ideología de género. Ésta pretende “desvincular la sexualidad de las determinaciones naturales del cuerpo, hasta el punto de disolver el significado objetivo de la diferencia sexual entre hombre y mujer”. El cuerpo queda así reducido a materia manipulable para obtener cualquier forma de placer.

La banalización de la sexualidad a que conducen ambas corrientes de pensamiento impide percibir, al menos de manera completa, la realidad del matrimonio y de la familia. En su lugar, se nos propone “la absolutización subjetivista de una libertad que, desvinculada de la verdad, termina por hacer de las emociones parciales la norma del bien y de la moralidad”.

Cuatro líneas de acción

El quinto capítulo reivindica el matrimonio como un bien social de primer orden: custodia el amor de las personas y se constituye en valioso “capital social”. Frente a quienes consideran que el matrimonio es simplemente un acuerdo privado que no afecta al resto de la sociedad, los obispos recuerdan que el matrimonio y la familia son elementos esenciales del bien común.

Considerar el matrimonio y la familia como un capital social de la mayor importancia requiere, entre otras cosas, que sea promovido política y culturalmente. Asimismo, el legislador habrá de tener en cuenta que “realidades diferentes no pueden ser tratadas como si fueran iguales. Reconocer la diferencia no es discriminación, sino justicia. A distintas realidades, distintos bienes y distintos reconocimientos, distintos deberes y distintos derechos”.

En este sentido, los obispos denuncian que la reforma legal de 2005 haya transformado la institución del matrimonio hasta convertirla en un arreglo de la convivencia entre dos personas de cualquier sexo, con la posibilidad de ser disuelto unilateralmente por alguna de ellas, solo con que hayan transcurrido tres meses después de la boda.

Finalmente, el sexto capítulo reúne unas propuestas para construir una nueva cultura del matrimonio y de la familia. Los obispos proponen cuatro grandes líneas de acción: 
a) la educación afectivo-sexual; 
b) la preparación al matrimonio; 
c) políticas familiares justas y adecuadas; 
d) la promoción de relaciones humanas donde cada persona sea querida por sí misma.

Aceprensa.com

sábado, 5 de mayo de 2012

La maternidad embellece

Frederic Leighton. Madre e hija (1865)

Cuando nos encontramos próximos a la celebración del día de la Madre, con frecuencia me vienen a la cabeza unas palabras que San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, solía repetir cuando alguna madre de familia numerosa se dirigía a él en los encuentros catequéticos que mantuvo por España y Latinoamérica hacia el final de su vida. Antes de responderle, recordaba con gracia a todos los presentes el dicho de que «la maternidad embellece». 

Esta realidad que comporta la maternidad contrasta hoy con la abundancia de tantos centros de estética, algunos de ellos muy especializados. La proliferación de este tipo de establecimientos es señal de que existe una creciente valoración por la imagen que uno da.

Y bien mirado, podemos decir que una madre tiene algo especial. Es algo que le confiere una belleza peculiar y única. No se trata solamente de una cuestión hormonal o física. Se trata de algo más profundo. La relación que se establece entre una madre y sus hijos la transforma, y ese cambio, que es interior y trasciende fuera, la embellece.

No es difícil ver que las madres tienen un papel insustituible en la vida de sus hijos. Escribía el Dr. Nagai, médico japonés que trabajó mucho tiempo en un orfanato, que «nuestra infancia es feliz porque podemos llorar. Sabemos que si lloramos nuestra madre vendrá y nos consolará. Una persona mayor no puede llorar a gritos, sólo un niño que tiene madre puede hacerlo». Había observado que si un huérfano llora, los demás se reían de él. Entonces éste aprende a la fuerza la astucia de contener las lágrimas. Probablemente no haya peor mal para una persona que sentirse solo y poco comprendido.

Además de saber consolar a sus hijos, la madre también les ofrece algo impagable: una sonrisa sincera. Trabajar o convivir con una persona que sonríe habitualmente tiene un influjo en el resto de la gente, que se aprecia cuando esa persona se marcha o se ausenta. Así, cualquiera que haya visto a una madre jugar y divertirse con sus hijos habrá tenido un comprensible deseo de ser capaz de mirar igual que ella. Los ojos de la madre revelan que algo se ha encendido por dentro. Y esa sonrisa todavía es más preciosa cuanto más dependiente sea el hijo. Es el caso, por ejemplo, de un bebé o de un hijo que sufra una discapacidad.

¿Qué le pasa a una mujer cuando corresponde al don de la maternidad? Le pasa lo más grande que le puede ocurrir a una persona: aprende a querer con toda su interioridad. Una madre vive para su hijo. Casi sería más preciso decir que se desvive por él. Habrá días luminosos y otros días más nublados, o incluso con tormentas; podrá haber bonanza económica o quizá se vivan momentos de recorte presupuestario en casa. Pero toda madre sabe que es capaz de sonreír y de consolar a su hijo, aunque las circunstancias no acompañen o se encuentre rota por dentro. Es capaz de elevarse por encima de sus capacidades con tal de ayudar a sus hijos. A partir de entonces, el bien de los hijos es fuente de alegría para una madre.

Hoy más que nunca esta relación puede aparecérsenos como difícil o utópica. Parece que los valores actuales apuntan en otra dirección. Estamos acostumbrados a medir la eficacia de nuestras acciones en función de nuestro interés o en términos económicos. Quizá por eso a muchos la maternidad les parezca una carga incomprensible. Y en cierto modo tienen razón. Porque la maternidad es un misterio. A una madre se le ha confiado algo único: cada hijo es irrepetible y portador de una esperanza. El vínculo que se genera lanza a los padres, y en particular a la madre, a una aventura diaria con cada hijo. Y en un mundo como el nuestro que busca seguridades y teme comprometerse, la madre generosa goza de un gran atractivo por cuanto ha asumido el riesgo de la auténtica hazaña: la entrega abnegada por el bien del otro.

La relación de una madre con sus hijos llega muy hondo. Romano Guardini reflexionó sobre este misterio: 
«¿Cómo ama la madre a su hijo? ¿Cómo nace ese amor? La madre ama ya, por su disponibilidad para concebirlo, al que no existe todavía pero se formará un día con su propia sangre. Más tarde, siente agitarse dentro de sí algo viviente, y su amor crece a medida que se desarrolla ese cuerpo distinto al suyo. Y ella, la madre, tiene conciencia de ese amor y cree en el sentido y cumplimiento de la existencia de ese hijo. Y cuando éste nace y lo mira en sus brazos, sus ojos se tornan capaces de una clarividencia más profunda, pues su corazón ha hecho ya un largo aprendizaje en la escuela de la paciencia y del amor».
La maternidad embellece porque enriquece el corazón. Lo que hace grande a una persona no es su sueldo o el poder que haya acumulado, sino su capacidad de amor. El amor de una madre por su hijo poco tendrá de romántico y mucho de sacrificado y desinteresado. El auténtico amor es el que lleva a entregarse y desvivirse por el bien del otro. Toda madre lo sabe. Y todos —puesto que todos somos hijos— las admiramos.

(Por Tomás Baviera Puig en almudi.org)