Mostrando entradas con la etiqueta Cuando la musa sopla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cuando la musa sopla. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de abril de 2010

Fue en otoño


Llegaste en primavera, y en otoño - de modo imperceptible- te habías ido. No sé como he podido crecer sin ti. Dicen que nos parecemos. Y es que no saben que me dajaste tu brújula.
Te imagino con la mejor paleta, ahora que conoces la fuente del color. Por favor, píntame Su  mirada y dile que me haga de faro. 
Cuando nazca a la Vida, sal con Ella a buscarme al puerto.


_

miércoles, 3 de marzo de 2010

Recuerdo infantil


La lluvia en el desierto desconcierta. Si es que existe, debe ser cosa del cambio climático.
Cierto que he pasado media vida dando tumbos por el mundo, pero al volver al sur no recordaba  tantas horas de lluvia incesante.

Recuerdo que en el colegio, un día lluvioso era un fenómeno extraño. Casi nadie iba a clase, y a las pocas que acudíamos, nos entrenían con juegos: la silla, las palabras, veo-veo… aún siendo adolescentes. Si la lluvia comenzaba cuando ya estábamos en el aula, sabíamos que vendrían en coche a recogernos, aunque viviésemos a tan sólo cinco minutos del cole. 
El atasco en la puerta del colegio era monumental. Nannys corriendo en nuestra búsqueda,  paraguas abiertos en mano para cubrirnos, mientras los padres aguantaban nerviosos dentro de los coches los claxons impacientes de los que esperaban en cola.

Por escasa, mejor era la lluvia en verano. ¡Cómo me gustaba después el olor a mojado! Y sobre todo que durante un rato desapareciese el vapor ardiente del asfalto.

Mágico aquel día, recuerdo que fue en cuarto, que en clase de lectura tocaba leer este poema de Antonio Machado. Atónitas contemplábamos, ajenas a Caín,  el agua resbalando tras los cristales blancos biselados.


RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección;
mil veces ciento, cien mil,
mil veces mil, un millón.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

viernes, 8 de enero de 2010

Verde alpino



La herida de belleza fue tan mortal
que se hizo eterna en tus hijos.
Aquella que el necio no entendió
y que promete feliz el futuro.

Tu verde alpino es
el que le pide prestado
al cielo la esperanza.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Suerte de no ser ciega en Granada


Coleccionista de rincones urbanitas, cielos multicolor y algún puente.
Fabrico un cielo con calles de Granada, parques de París y un puente madrileño.
En noviembre me gustan las alfombras de Granada. Esas que tejen las hojas de otoño en la Acera de san Ildefonso. Su olor me trae imágenes de otro tiempo: salgo de Arandas, cruzo por Gran Vía, subo Tinajilla. A la derecha, Puerta Elvira, sobreviviendo a caprichos arquitectónicos del entorno y escuchando un eco permanente:

Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira
hasta la de Vivarambla


… Antes de llegar al quinto verso -¡Ay, de mi Alhama!- tengo la alfombra a mis pies. Bajo el brazo, libros de Rosalía, de Mesoneros, alguno más para devolver a la biblioteca de la facultad.
Lo siento, chicos, que no habéis pisado estas hojas. Que no habéis habitado estas calles. Que no habéis pintado este cielo. Llora tu melancolía, la de Castro, que en el noviembre gallego, nunca se desangrará el sol como en Granada.

viernes, 23 de octubre de 2009

Se resiste

Se resiste el otoño en la ciudad.
El jardín japonés dice que la lluvia ventosa

de esta mañana era una broma.


sábado, 3 de octubre de 2009

Inscrito en el Cielo


Leía en la lectura del evangelio de san Lucas, correspondiente a la Misa de hoy el siguiente versículo: "Estad alegres, porque vuestros nombres están INSCRITOS en el Cielo". Y he caído en la cuenta de que no dice "escritos", sino "inscritos". Escribir es dejar una impresión gráfica. Inscribir es grabar. Aparentemente, pequeño matiz, pero de gran significado.

Si Jesús me dice: "tranquila, que tu nombre está inscrito en el Cielo", eso significa que no es sólo una impresión, sino que está llamado a echar raíces.

Entonces cambia la perspectiva del día, de la semana, del año, de la vida... puedo echar raíces en el Cielo. Y no porque yo lo valgo, sino porque Él lo quiere, (y yo también).

Sí, estoy alegre.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Noche estrellada

Por vivir rodeada de artistas,

me gustaría tener ojos de pintor.

Envidio que vean lo que no veo,

y cómo ven lo que todos vemos.

Quiero volver atrás

y rescatar una vida al tiempo.

(Dedicado a Domi, en el aniversario de su marcha al Cielo)




martes, 20 de enero de 2009

Certeza

En noviembre, a las 18.15, el sol se desangra sobre Granada. Desciendo por la cuesta de Cartuja. Se oculta el rojo detrás de los edificios de Real de Cartuja; así que me dirijo rápidemente hasta la avenida del Hospicio. De nuevo lo veo, herido, sobre el Hospital Real.

Ya, en los jardines del Triunfo, saludo a María: “qué guapa estás, te queda muy bien este fondo”. Sigo su rastro por san Juan de Dios, y Gran Capitán; que vuelvo a perder en el Carril del Picón, para aparecer en Obispo Hurtado. Cruzo Camino de Ronda, José Recuerda, hasta toparme en Arabial con la verja del Parque García Lorca. Ahí permanezco un rato, contemplando las últimas pinceladas de naranja, rosa, violeta. Cuando ya es azul, vuelvo a casa sobre mis pasos. Agradecida por Tu regalo.

Seguramante Dios existe. Me lo dice cada tarde con el cielo que pinta para mí.

Anticrisis

Esta mañana, la lavadora, en su incipiente adolescencia de 12 años, ha tenido el deseo irrefrenable de no centrifugar.
Ha querido ser manantial con vocación de río caudaloso, como un Nilo con tendencia a desbordarse.
La impresora se ha jubilado y el ordenador agotó su batería. Esa que ya no fabrican.


Menos mal que he encontrado la píldora anticrisis:




lunes, 19 de enero de 2009

Proceso creativo

Por fin he visto Copying Beethoven. He de reconocer que me ha subyugado. Creo que es el gran papel de Ed Harris, impecable, soberbio. Además he descubierto a Diane Kruger, que se revela como gran actriz.
Es mítica la escena en que los dos dirigen la orquesta. De las que quedan escritas en las grandes páginas de la historia del cine.

El film es divertido, dramático y profundo. Las reflexiones de Beethoven sobre la creación artística, entendida como reflejo de la creación divina, son inefables. El genial compositor se sabe elegido por Dios para “leer en sus labios y transmitir lo que escucha a la humanidad”.

Por otro lado, su joven ayudante, aunque en un principio no entienda el modo de hacer del maestro, se fía. Se esfuerza por comprender, por aprehender su creación. Convencida de que nada sucede por casualidad, ruega a Dios que le haga ver que es lo que quiere realmente de ella si ha de seguir con su carrera musical. Y bien que lo consigue.
La reflexión sobre el proceso creativo del artista, me lleva a la relectura de Filocalía, o amor a la belleza, de Pedro Antonio Urbina. Un libro que me marcó en su momento, y que se convirtió para mí en uno de los de cabecera.
Animo a su lectura a los amantes del arte
.

domingo, 18 de enero de 2009

In Memoriam

Luisa es una anciana de algodón a quién el paso del tiempo no le ha arrebatado ni un ápice de elegancia. Su demencia senil no le impide percibir cualquier manifestación de cariño, que ella agradece con sus sonrientes ojos azules.
A finales de noviembre su vida empezó a apagarse.
El 29 de diciembre se fue mientras dormía.

Ayer, en su funeral, el sacerdote agradecía a sus sobrinas el cariño y los desvelos que han tenido con ella hasta el último momento. Porque han ido contra corriente, como personas que aman la vida.

Año nuevo, blog nuevo.

Comienza un nuevo año, y con él mi propósito de sacar adelante un blog.
Lo considero como una oportunidad para plasmar por escrito mi interés y opinión sobre temas de actualidad, literatura. cina, música, viajes…
Al plantearme un título, pensé que Quartier Latin es el perfecto para definir todo lo que aquí quiero contar.


Quartier Latin, el “Barrio Latino” parisino es símbolo de la bohemia francesa, y seguramente, uno de los más atrayentes para los turistas junto con Montmartre y la inevitable visita y “escalada” a la Torre Eiffel.
Pero el Barrio Latino es mucho más. Es el barrio universitario por excelencia. En su corazón alberga la sede de la Universidad de la Sorbona.
Tuve la oportunidad complementar mis estudios universitarios con varias estancias para realizar distintos cursos en la Sorbona. Además de vivir en la emblemática Rue des Écoles, donde también se encuentra la Universidad.


Para una estudiante de letras, amante del arte en cualquiera de sus manifestaciones, conocer las entrañas del quartier es un acontecimiento inefable. Poder pasar horas recorriendo las numerosas librerías de viejo; pasear y descansar en los jardines de Luxemburgo; las escapadas nocturnas a algún club de jazz; o acabar una tarde en cualquiera de las pequeñas salas de cine que se agolpan en la rue des Écoles es todo un placer.
Definitivamente, el Barrio Latino es una especie de cajón de sastre que contiene retazos de la historia parisina desde los orígenes de la ciudad, de la cultura francesa, y por supuesto, de la europea.


París es la ciudad de la luz, y de los sentidos. Nada hay que deje impasible al visitante. Ofrece una frivolidad que en ocasiones resulta irresistible. Invita al consumo a todos los niveles.
Pero también a la contemplación de la belleza, que inevitablemente lleva a salir de uno mismo.
Sí, París es belleza, arte y cultura, pero es algo más, que viene de lejos. Antes del glamour de la Bruni; antes de Chanel; antes de mayo del 68; antes de Voltaire, Diderot, Rousseau.
Lo recordaba
Benedicto XVI el pasado 12 de septiembre en París ante los representantes del mundo de la cultura en el colegio de los Bernardinos. A partir del siglo XII un grupo de monjes convierten ese emblemático lugar, casi sin pretenderlo en foco de la cultura europea, que poco a poco irá dejando paso a las universidades. En palabras del santo Padre: “Su objetivo era Quaerere Deum, buscar a Dios. En la confusión de un tiempo en que nada parecía quedar en pie, los monjes querían dedicarse a lo esencial: trabajar con tesón por dar con lo que vale y permanece siempre, encontrar la misma Vida. buscaban a Dios. Querían pasar de los secundario a lo esencial, a lo que es solo verdaderamente importante y fiable.”


Hoy, a la vuelta de los siglos, y en medio del fragor humano, las palabras del Papa adquieren especial relevancia. Espoleada por ellas pretendo contar aquí mi visión del mundo que me rodea, la visión de una joven católica convencida de que la cultura sin Dios, supone la capitulación de la razón.