jueves, 10 de febrero de 2011

YOUCAT

Benedicto XVI envía un nuevo un mensaje a los jóvenes con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. En esta ocasión lo hace a través del prólogo al YouCat -Catecismo editado en lenguaje juvenil que se incluirá en la bolsa del peregrino-. En sus palabras, el Papa recuerda a los jóvenes la importancia de conocer en profundidad su Fe. “Debéis conocer aquello en lo que creéis, debéis conocer vuestra fe con la misma precisión con la que un especialista informático conoce el sistema operativo de un ordenador o el músico su partitura”.

Estudiad el catecismo con pasión y perseverancia. Sacrificad vuestro tiempo en ello. Estudiadlo en silencio, compartidlo con amigos, formad grupos de oración y estudio, intercambiad impresiones por Internet”, exhorta Benedicto XVI a los jóvenes. A la vez les advierte de la necesidad que tienen de “estar más fuertemente arraigados en la fe que la generación de vuestros padres, para poder resistir con fuerza y decisión las tentaciones de este tiempo. Necesitáis la ayuda divina, si vuestra fe no quiere secarse como una gota de rocío al sol, si no queréis sucumbir a la tentación del consumismo, si no queréis que vuestro amor se ahogue en la pornografía, si no queréis traicionar a los débiles y a las víctimas de abusos y de violencia”.

El último consejo que recoge el prólogo está directamente relacionado con los últimos sucesos ocurridos en el seno de la Iglesia y que han podido causar recelo y rechazo por parte de muchos jóvenes. “Sabéis todos cómo ha sido herida la comunidad de los creyentes por los ataques del mal en los últimos tiempos, por la penetración del pecado en el interior, incluso en el corazón de la Iglesia. No uséis esto como pretexto para huir de la mirada de Dios, ¡vosotros mismos sois el cuerpo de Cristo, la Iglesia! Llevad el fuego intacto de vuestro amor en esta Iglesia cada vez que los hombres le han oscurecido el rostro”.

Para poner de manifiesto la importancia de los más jóvenes dentro de la comunidad de creyentes, Benedicto XVI recuerda cómo, en uno de los momentos más bajos de la historia del pueblo de Israel, Dios no llamó a un gran personaje sino a un joven llamado Jeremías. El joven, asustado por la importancia de la misión encomendada, se dirigió a Dios: “¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven”. (Jer 1,6). Pero Dios le dijo: “No digas: Soy demasiado joven, porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene” (Jer 1,7)”.

Traducido al lenguaje juvenil

Al inicio del prólogo, Benedicto XVI explica que este Catecismo traducido al lenguaje de los jóvenes es una síntesis del Catecismo de la Iglesia Católica impulsado por su predecesor, Juan Pablo II. “Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) y en un contexto cultural cambiante, muchas personas ya no sabían correctamente qué debían creer propiamente los cristianos, qué enseñaba la Iglesia, y cómo todo esto se podía adaptar al nuevo clima. Juan Pablo II decidió de un modo audaz que los obispos de todo el mundo escribieran un libro con el que responder a estas preguntas”.

La elaboración del YouCat ha sido una iniciativa de la Conferencia Episcopal Austriaca pensada para ser distribuida en las Jornadas Mundiales de la Juventud. Su elaboración ha sido encomendada a varios sacerdotes, teólogos y catequistas y en ella han participado también un número importante de jóvenes con la supervisión del Arzobispo de Viena, el Cardenal Schönborn. Las más de trescientas páginas de texto se editarán en al menos siete idiomas: alemán, inglés, francés, italiano, español, portugués y polaco. En la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid entre el 16 y el 21 de agosto se distribuirán al menos un millón de copias.

Al igual que el Catecismo de la Iglesia Católica que ha servido de base para su elaboración, el YouCat consta de cuatro apartados:
1. “En qué creemos”
2. “La celebración del misterio cristiano”
3. “La vida en Cristo” y
4. “La oración en la vida cristiana”.

Fuente: aceprensa.com

miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Niña o mujer?

El Gobierno español se plantea elevar de los 14 a los 16 años la edad mínima para contraer matrimonio. Las Naciones Unidas y otros organismos internacionales recomiendan esta edad y los expertos que trabajan en la reforma de la Ley de Protección de la Infancia están de acuerdo con esa posibilidad. A pesar de que ve con buenos ojos este cambio, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha señalado que descarta que se vaya a recoger en esta legislatura.

España es el país que fija la edad más baja para poder casarse junto con Uruguay, aunque en el caso del país latinoamericano las chicas pueden hacerlo a los 12 años. México fija la edad de las chicas a los 14 y la de los chicos a los 16. En Yemen, tanto ellos como ellas pueden contraer matrimonio a los 15. En el resto de países, los chicos al menos, tienen que haber cumplido los 18 años.

El Instituto Nacional de Estadística ofrece algunos datos sobre el número de matrimonios celebrados en España en los que al menos un contrayente es menor de 16 años. En la primera década del siglo XXI contrajeron matrimonio 342 adolescentes de 14 y 15 años. En 2009 hubo 6 de tales matrimonios: tres chicas tenían 14 años y las otras tres, 15; y de lo chicos, dos tenían 15 años.
Las cifras no parecen preocupantes y los casos que se dan se reducen casi solo a gitanos o inmigrantes en cuyas culturas son normales los casamientos en la adolescencia. Siempre existe el temor de que este tipo de compromisos sean forzados, pero no hay pruebas.

Al hilo de este debate, vuelve a ponerse de manifiesto que lo que preocupa a algunas organizaciones como Save the Children o el Foro Español de la Familia es la edad de consentimiento de las relaciones sexuales, que en España está fijada en los 13 años. La diferencia de criterio para fijar una edad mínima u otra según el aspecto que se legisle pone de manifiesto la dificultad para discernir cuándo un niño alcanza la madurez suficiente para tomar algunas decisiones. En asuntos que tienen que ver con la seguridad y la salud, la ley es cada vez más protectora y eleva la edad, por ejemplo, para consumir tabaco o alcohol. En cambio, la rebaja para la autonomía sexual, como si los jóvenes fueran más maduros en este campo.

Los niños y niñas con 14 años tienen que ser niños y niñas”, argumentan desde el Ministerio de Sanidad. Nada que objetar. Pero da la impresión de que las féminas de la misma edad son niñas o mujeres, según lo que se pretenda. Para el matrimonio, niñas; para el sexo, mujeres.

Según la legislación auspiciada por este Gobierno, pueden mantener relaciones sexuales consentidas ya a los 13; tienen acceso libre a la píldora del día después sin receta y sin límite de edad; e incluso pueden abortar a los 16 sin permiso de sus padres de acuerdo con la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Ley que, según recuerda Santiago González en El Mundo, “contiene 60 veces el término mujer, ninguna el de niña y una sola adolescente”.

Fuente: www.aceprensa.com

lunes, 7 de febrero de 2011

El legado


Por Leopoldo Abadía
Economista, profesor del IESE, analista financiero

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que «Dios les coja confesados».

Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.

En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?» Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya está crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?»

Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: «¡y a mí, ¿qué me importa?!» Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.

Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz…y me exigieron mucho.

Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales, …Lo que por ahí se llama «buena gente».

Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)

Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos… En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.

Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.

A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.

Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.

Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

P.S.

1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.
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lunes, 24 de enero de 2011

Cominicador católico


Entrevista a Jack Valero, impulsor de «Catholic Voices» en el Reino Unido.

Por Samuel Gutiérrez // Catalunya Cristiana

Con apenas 17 años, Jack Valero (Barcelona, 1959) se fue a estudiar Ingeniería a Inglaterra, país en el que acabaría estableciendo su residencia definitiva. Hoy es una de las voces católicas más representativas del país. Desde el año 2006 es el director de Comunicación del Opus Dei en el Reino Unido. También ha sido recientemente el responsable de prensa de la beatificación del cardenal Newman y uno de los impulsores del proyecto «Catholic Voices», un atrevido programa de formación de laicos católicos para su intervención sin complejos en los medios de comunicación.

¿Cómo surgió la idea de «Catholic Voices» y cuáles eran sus pretensiones?
Poco antes de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido, en una conversación informal entre amigos, surgió el tema de la pobre imagen comunicativa que ofrece muchas veces la Iglesia a pesar de contar con el mejor de los mensajes posible.

Esta constatación nos llevó a concebir la posibilidad de lanzar «Catholic Voices». Se trataba de una iniciativa cuyo principal objetivo era la formación de laicos, gente de a pie, con sus trabajos y sus familias, que con motivo de la visita papal pudieran hacerse presente en los medios y explicar la postura católica.

Pese al ambiente enrarecido que se estaba viviendo, a causa sobre todo de los casos de abusos sexuales en todo el mundo, estábamos convencidos de que la presencia histórica de Benedicto XVI en nuestro país era una oportunidad única para poner a la Iglesia en el foro público y poder ofrecer una imagen distinta a la que generalmente se daba de ella, vinculada básicamente a cuestiones negativas.

¿Se lograron los objetivos?
En apenas una semana, coincidiendo con la visita del Papa al Reino Unido en septiembre de 2010, se produjeron casi cien intervenciones de miembros de «Catholic Voices» en los medios de comunicación británicos. Desde entonces hemos entrado en la agenda de los medios y cada vez que se producen noticias importantes vinculadas a la Iglesia nos llaman para intervenir y explicar de manera positiva, con respeto pero sin complejos, la postura católica.

Hoy podemos decir que la aparición de «Catholic Voices» en la escena pública ha significado un gran éxito y los obispos en el Reino Unido han quedado realmente contentos. Cabe decir, sin embargo, que se trata de un proyecto privado, no vinculado jurídicamente a los obispos ni a la diócesis, porque hemos creído que así puede tener más fuerza y credibilidad ante la opinión pública.

Ahora el objetivo es seguir formando gente e incluso apoyar proyectos como éste en otros países. Ya me he reunido con gente interesada en Irlanda, Holanda y España. Nuestro sueño es crear el movimiento mundial de Catholic Voices, cuya misión principal sería la promoción de la vocación del comunicador católico.

¿Cuáles son las claves del éxito de esta iniciativa?
Hay básicamente tres:
- la formación de alta calidad, tanto en lo que se refiere a contenidos como a la forma de expresarlos, porque esto te permite tener una gran confianza;
- la actitud positiva respecto a los medios y respecto al mundo,
- y finalmente, los contactos con los medios que te permiten entrar en ellos y poder explicar la razonabilidad, a pesar de que no siempre se entienda, del mensaje de la Iglesia.

¿Qué quiere decir cuando habla de actitud positiva ante los medios?
Sobre todo que los medios no son nuestros enemigos, sino una oportunidad. Son un campo abierto en el que tenemos la oportunidad de expresar nuestras convicciones, aunque eso sí, es importante tener muy claro qué quieres decir y cómo lo quieres decir.

Los medios tienen sus reglas y hay que aprender a jugar con ellas. De ahí la importancia de aprender a comunicar bien, de manera clara y directa. La comunicación en la Iglesia no es un extra, sino que forma parte de su misma esencia, de su misión.

Lo que hay que evitar a toda costa es el enfrentamiento o el sentirse ofendido por la negatividad que pueda existir. No se trata de ganar ninguna batalla, simplemente de ofrecer nuestra postura. Nuestro lema era: «Light, not heat.» Tenemos que dar mucha luz, y menos calor. En torno a la Iglesia hay muchos temas polémicos, que generan mucho calor, mucho apasionamiento, y por eso nuestro objetivo es bajar la temperatura como consecuencia de una mayor luz, es decir, de una mejor comprensión de la postura de la Iglesia.

sábado, 22 de enero de 2011

De dioses y hombres

«Claro que hay que perdonar, Dios nos lo pide»
En 1996, la comunidad de monjes trapenses del monasterio de Thibirine (Argelia) sufrió el ataque de varios fundamentalistas islámicos. Secuestraron a siete hermanos, y pocos días después, los decapitaron. La película De dioses y hombres, que reconstruye aquellos sucesos. A continuación pueden leer una entrevista a uno de los supervivientes de aquel martirio, el Hermano Jean Pierre Schümacher, quien hoy es uno de los monjes trapenses de la comunidad de Nuestra Señora del Atlas (Marruecos)

¿Dónde estaba usted cuando pasó todo?
Estaba en la puerta. Era el portero y responsable de la puerta principal. Ellos entraron por la puerta de abajo, cogieron al guardia del monasterio y le obligaron a llevarlos a todos a las celdas de los Hermanos.

¿Cómo era su vida antes de los asesinatos?
Éramos una comunidad contemplativa. Teníamos poca vida social, trabajábamos en el campo y en la huerta. Teníamos un Hermano médico, muy mayor, que llevaba un pequeño dispensario. Celebrábamos los oficios...

¿Cómo era su relación con los musulmanes que vivían aquí?
Había gente que vivía en casas alrededor de nosotros; estábamos en la montaña y las relaciones con ellos eran muy buenas, muy fraternales. Éramos como una familia. El monasterio era de clausura, pero había un portero que recibía a la gente. Asistíamos a actos religiosos y entierros, lo que quería la gente. Teníamos muy buenas relaciones con ellos.
En nuestra comunidad, el Prior nos daba una exhortación todos los días; nos hablaba de la Regla de san Benito, nuestro fundador. Había otro Hermano encargado de la liturgia, de las oraciones y los cantos. Otro se ocupaba del trabajo. Teníamos una pequeña asociación para cultivar la huerta junto a cuatro padres de familia que trabajaban con nosotros. Cada uno tenía un pequeño terreno asignado y vendía sus productos. Al final del año, repartíamos los beneficios. Era una bonita forma de vivir juntos formando una familia. No hablábamos mucho de religión, pero teníamos entre nosotros muy buenas relaciones y, a través de ellos, nos comunicábamos con sus familias.

¿Había musulmanes fundamentalistas en su entorno?
No creo que los hubiera alrededor de nosotros, entre nuestro vecindario... Pero estábamos en plena montaña y la montaña estaba ocupada por los islamistas. Por eso estábamos indefensos.

Cuando se volvió la situación peligrosa, ¿por qué no se fueron?
Porque escogimos estar allí, de acuerdo con nuestra comunidad de origen en Francia. Escogimos estar con ellos y compartir su vida... Ésa era nuestra vocación. Para aprender a conocer a la gente, hay que vivir entre ellos y compartir su vida. Ir hacia Dios, guardando nuestra propia religión. Era nuestra vocación. Además, el peligro era el mismo tanto para nuestros vecinos como para nosotros. Al quedarse con nosotros, se sentían seguros. Éramos como un matrimonio: vivíamos juntos para lo bueno y para lo malo.

El padre Christian, su Superior, antes de morir, se refirió a su asesino como mi amigo del último minuto. ¿Siguen siendo los islamistas sus amigos hoy?
Lo que había era una buena relación entre cristianos y musulmanes. Si hay una dificultad entre diferentes culturas y religiones es porque no nos conocemos bastante. Cuando nos conocemos mutuamente, somos como hermanos.

¿Y rezan todavía por ellos, por los asesinos?
Sí, rezo para que el espíritu de Dios actúe en ellos. Para que evolucionen hacia la fraternidad universal; para que, a pesar de las diferencias entre las religiones, las nacionalidades y las culturas, aprendamos a conocernos y a ayudarnos mutuamente.

¿Cree que tiene sentido ser un mártir hoy?
¿Pregunta si deseo, si quiero ser mártir? No, para nada. Estamos aquí para vivir con la gente y no para ser asesinados.

¿Cree que es posible perdonar?
Claro que hay que perdonar. Dios nos pide amarnos los unos a los otros. Al leer el testamento del padre Christian, nuestro Prior, verá cómo termina, va muy lejos: perdonando al que le ha matado.

¿Qué le ha parecido la película De dioses y hombres?
Me ha gustado muchísimo. Expresa muy bien el mensaje de lo que hemos vivido.

M.M.L. y J.L.V.D-M en www.alfayomega.es nº 720
Traducción: Linita y Jorge Farnié

martes, 18 de enero de 2011

There be dragons se estrena en primavera

There be Dragons (de la antigua expresión cartográfica Here be Dragons - Hic sunt dracones) es un drama histórico escrito y dirigido por el director británico Roland Joffé, conocido por títulos como La Misión y Los Gritos del Silencio.

La película, habla de la investigación que Robert, periodista inglés, está realizando sobre una serie de acontecimientos acaecidos durante la Guerra Civil Española que tuvieron como protagonistas a su propio padre y a un joven sacerdote, Josemaría Escrivá (fundador del Opus Dei). A través del relato de su padre, Robert va a descubrir una terrible historia de traición, celos y muerte, pero también de redención, perdón y la búsqueda del sentido de la vida con el terrible trasfondo que supuso la guerra de un país enfrentado entre sí.

El estreno de esta historia épica está previsto para la primavera de 2011.

lunes, 17 de enero de 2011

Bichos

Esta mañana bien tempranito oigo al sacerdote que decía la Misa (tengo esa sana costumbre) que hoy es san Antón, el que bendice a los animales, y que pidamos a Dios que aprendamos de los animales.
"Ostras, Pedrín, -pensé- ¡con el asco que me dan los bichos! O no he oído bien o no me ha hecho efecto el café. ¿Pero el de los animales no era el de Asís? ¡¿Aprender de los animales?!"
Me he acordado ahora, al ver este vídeo. Oye, que lo mismo lleva razón el anciano sacerdote y tenemos que aprender algo de los animales...

jueves, 13 de enero de 2011

Beatificación de Juan Pablo II


La beatificación de Juan Pablo II podría ser el próximo uno de mayo, ha asegurado hoy el obispo polaco Tadeusz Pieronek, quien ha explicado que "lo único que queda en la decisión del Benedicto XVI es la fecha" del acontecimiento. En declaraciones a la radio pública polaca, ha apuntado a los meses de mayo y octubre como los escenarios de la esperada ceremonia, aunque ha precisado que "es más probable" que sea el primero de mayo.

Para el obispo, la beatificación de Juan Pablo II será una gran oportunidad de que Polonia pueda mostrar al mundo la importancia y el bien que el Papa polaco hizo durante los 26 años de su pontificado, el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica. La prensa italiana ha informado en los últimos días de que el proceso de beatificación del fallecido Papa se encuentra en su recta final, a pocos días de que se presenten las pruebas de sus milagros ante su sucesor, Benedicto XVI.

Fuente: EFE

jueves, 6 de enero de 2011

La adoración de los Reyes


La Sagrada Familia regresó a Belén. En los oídos de María y de José resonaban las palabras del anciano Simeón. A la memoria de la Virgen acudirían los textos de algunos profetas que, hablando del Mesías, su Hijo, afirman que no sólo sería Rey de Israel, sino que recibiría el homenaje de todos los pueblos de la tierra.

Con particular elocuencia lo había anunciado Isaías: Las naciones caminarán a tu luz, los reyes, al resplandor de tu aurora. Alza tus ojos y mira alrededor: todos ellos se congregan, vienen a ti (...). Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y de Efá, todos vendrán de Sabá cargados de oro e incienso, y pregonando las alabanzas del Señor (Is 60, 3-6).

Mientras tanto, el tiempo transcurría en la más absoluta normalidad. Nada hacía presagiar ningún acontecimiento fuera de lo común. Hasta que un día sucedió algo extraordinario.

Después de nacer Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de Oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle (Mt 2, 1-2). San Mateo anota que, al oír esa pregunta, el rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén (Mt 2, 3).

Sabemos muy poco de estos personajes. De todas formas, el texto evangélico ofrece algunas certezas: se trataba de unos viajeros procedentes de Oriente, donde habían descubierto una estrella de extraordinario fulgor, que les movió a dejar sus casas y marchar en busca del Rey de los judíos. Todo lo demás —su número, su país de origen, la naturaleza de la luz celestial, el camino que siguieron— no pasa de ser conjetura, más o menos fundada.


La tradición occidental habla de tres personajes, a los que da incluso un nombre —Melchor, Gaspar y Baltasar—, mientras otras tradiciones cristianas elevan su número hasta siete e incluso doce. El hecho de que procedieran de Oriente apunta a las lejanas regiones de allende el Jordán: el desierto sirio-arábigo, Mesopotamia, Persia. A favor del origen persa milita un episodio históricamente comprobado. Cuando, a principios del siglo VII, el rey persa Cosroes II invadió Palestina, destruyó las basílicas que la piedad cristiana había edificado en memoria del Salvador, excepto una: la Basílica de la Natividad, en Belén. Y esto por una sencilla razón: en su entrada figuraba la representación de unos personajes vestidos con atuendo persa, en actitud de rendir homenaje a Jesús en brazos de su Madre.

La palabra magos, con que los designa el Evangelio, no tiene nada que ver con lo que hoy día se entiende por ese nombre. No eran personas dadas a la magia, sino hombres cultos, muy probablemente pertenecientes a una casta de estudiosos de los fenómenos celestes, discípulos de Zoroastro, ya conocidos por numerosos autores de la Grecia clásica. Por otra parte, es un hecho comprobado que la expectativa mesiánica de Israel era conocida en las regiones orientales del Imperio Romano, e incluso en la misma Roma. No es extraño, pues, que algunos sabios pertenecientes a la casta de los magos, al descubrir un astro de extraordinario fulgor, lo hubieran interpretado —iluminados interiormente por Dios— como un signo del nacimiento del esperado Rey de los Judíos.

Aunque la piedad popular une de modo casi inmediato el nacimiento de Jesús con la llegada de los Magos a Palestina, no se conoce con precisión la época en que tuvo lugar; sí sabemos que Herodes, sintiéndose amenazado, se informó cuidadosamente por ellos del tiempo en que había aparecido la estrella (Mt 2, 7). Luego preguntó a los doctores de la Ley por el lugar de nacimiento del Mesías, y los escribas respondieron citando al profeta Miqueas: tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo Israel (Mt 2, 6). Sirviéndose de un engaño, Herodes puso a los Magos camino de Belén: id e informaos bien acerca del niño; y cuando lo encontréis, avisadme para que también yo vaya a adorarle (Mt 2, 8). Su propósito era bien diverso, pues se proponía asesinar a todo los varones nacidos en la ciudad y su comarca, menores de dos años, para asegurarse así de la muerte del que —según su corto entender— venía a disputarle el trono. De estos datos se deduce que la llegada de los Magos tuvo lugar algún tiempo después del nacimiento de Jesús; quizá un año o año y medio.

Tras recibir esa información, los Magos se dirigieron con prisa a Belén, llenos de alegría al ver reaparecer la estrella, que había desaparecido misteriosamente en Jerusalén. Este mismo hecho aboga por la suposición de que el astro que los guiaba no era un fenómeno natural —un cometa, una conjunción sideral, etc., como se ha tratado muchas veces de demostrar—, sino un signo sobrenatural dado por Dios a esos hombres elegidos, y sólo a ellos.

Nada más salir de Jerusalén —prosigue San Mateo—, la estrella que habían visto en Oriente se colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el Niño. Y, entrando en la casa, vieron al Niño con María, su Madre; y postrándose le adoraron. Luego abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra (Mt 2, 9-11).

Los corazones de María y de José debieron de llenarse de alegría y gratitud. Gozo porque los anuncios proféticos sobre Jesús comenzaban a cumplirse; agradecimiento porque los presentes de aquellos hombres generosos —predecesores en la fe de los cristianos procedentes de la gentilidad— posiblemente contribuyeron a aliviar una situación económica precaria. José y María no pudieron corresponder a su generosidad. Ellos, sin embargo, se consideraron suficientemente recompensados por la mirada y la sonrisa de Jesús, que iluminó de nuevo sus almas, y por las dulces palabras de agradecimiento de su Madre, María.

J.A. Loarte

sábado, 25 de diciembre de 2010

Jesús, el dulce, viene


Jesús, el dulce, viene...
Las noches huelen a romero...
¡Oh, qué pureza tiene
la luna en el sendero!

Palacios, catedrales,
tienden la luz de sus cristales
insomnes en la sombra dura y fría...
Mas la celeste melodía
suena fuera...
Celeste primavera
que la nieve, al pasar, blanda, deshace,
y deja atrás eterna calma...

¡Señor del cielo, nace
esta vez en mi alma!

(Juan Ramón Jiménez)

viernes, 17 de diciembre de 2010

Motivos para no legalizar la eutanasia

1- La eutanasia legal favorece una "pendiente peligrosa" en contra del derecho a la vida en otros campos.

En Holanda la eutanasia se aplica no ya a enfermos, sino simplemente a gente que no quiere vivir, como el senador socialista octogenario Brongersma, que pidió y logró ser 'finalizado' no porque estuviese enfermo o deprimido, sino porque estaba cansado de vivir. Se calcula que en Holanda se dejan morir a unos 300 bebés al año por nacer con minusvalías y hay casos (en este país rico) de negar la implantación de marcapasos a mayores de 75 años; la eutanasia favorece otras actuaciones de "eliminación de los inútiles".

2- La eutanasia empeora la relación médico-paciente e incluso la relación paciente-familiares.

¿Queda algún margen para que los enfermos, ancianos o incapacitados, sigan manteniendo aquella plena confianza en quienes, hasta ahora, tenían por obligación -casi sagrada- procurar la sanación de sus dolencias? ¿Quién impondrá a la víctima potencial el deber de confiar en su verdugo? ¿Quién podrá devolver a los enfermos holandeses su sentimiento de fiducia en la clase
médica? ¿Y cómo confiar en que el médico va a esforzarse por mi vida si mis parientes presionan en un sentido contrario?

3- La eutanasia desincentiva la inversión en cuidados paliativos y en tratamientos para el dolor.

De 1995 a 1998 Holanda apenas invirtió en cuidados paliativos; sólo a partir de 1998 ha invertido en cuidados paliativos, pero presentados siempre como una alternativa más, siendo la eutanasia la más apoyada desde las instituciones e incluso por parte de la sociedad. Se tiende a pensar que si tratar el dolor con cuidados paliativos es caro, hay que fomentar la opción barata: matar el enfermo.

4- La eutanasia pervierte la ética médica que desde Hipócrates se ha centrado en eliminar el dolor, no en eliminar el enfermo.

Los médicos insisten en que la eutanasia, como el aborto, no son actos médicos, ya que el fin de la medicina es curar, y si no se puede curar al menos mitigar el dolor, y en todo caso atender y acompañar. La eutanasia no cura nada. Los médicos que entran en una mentalidad eutanásica la incorporan a toda su visión profesional y olvidan a Hipócrates.
Como han recordado políticos italianos al hablar de la eutanasia a niños en Holanda es significativo que el primer régimen que instaura la eutanasia desde del viejo paganismo romano es la Alemania nazi... y sólo dos estados por ahora se han apuntado a la eutanasia.

5- La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre por personas deprimidas, mental o emocionalmente transtornadas.

¿"Piden libremente" la eutanasia los niños 'eutanasiados' en Holanda? No tienen madurez para hacer este acto en libertad. Pero muchos adultos tampoco porque lo piden con enfermedades mentales o emocionales. Cuando uno está sólo, anciano, enfermo, paralítico tras un accidente... es fácil sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir.
En un país sin eutanasia, los médicos y terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las ganas de vivir y casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario, en un país con eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión se tiende a eliminar al deprimido "porque lo pide".



6- La eutanasia no es un derecho humano, no está recogido en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, por ejemplo.

Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso de Dianne Pretty en el año 2002, no existe el derecho a procurarse la muerte, ya sea de manos de un tercero o con asistencia de autoridades públicas. El derecho a la autonomía personal no es superior al deber de los Estados de amparar la vida de los individuos bajo su jurisdicción.

7- La eutanasia, como el suicidio, es contagiosa.

Una vez una persona deprimida se suicida, otras personas deprimidas de su entorno pueden copiar su comportamiento con más facilidad. Esto es así en suicidios con o sin asistencia, lo cual incluye la eutanasia.

8- La eutanasia dificulta el trabajo de los terapeutas que trabajan con minusválidos, deprimidos, enfermos...

Las personas que ayudan a otros a vivir con una grave minusvalía o en duras circunstancias ven su trabajo saboteado por la otra opción, la eutanasia, que legalizada aparece con atractiva insistencia como una salida fácil para el enfermo.

9- La eutanasia tenderá a eliminar a los más pobres y débiles.
Como el aborto, la eutanasia tenderá a hacerse especialmente accesible y promocionada entre las clases económicamente más débiles, los grupos étnicos desfavorecidos, etc... Al desatenderse la oferta en cuidados paliativos, éstos serán un lujo sólo para gente con medios adquisitivos.

10- La eutanasia legal no impedirá las eutanasias ilegales, sino que las potenciará.

Como en el caso del aborto, aprobar una ley que permite la eutanasia "con todos los controles que haga falta" no impedirá que se extienda el fraude de ley, los permisos escritos sin examinar al paciente, la laxitud en la aplicación de la ley y el fraude de ley generalizado. El caso de Holanda demuestra que no hay control de los 2.000 casos denunciados, como ha señalado con indignación el Comité de Derechos Humanos de la ONU.

Con todo, el mejor argumento contra la eutanasia siempre será el testimonio de miles de hombres y mujeres en circunstancias dificilísimas que, apoyándose mutuamente, con la ayuda de sus valores, su familia, amigos o profesionales demuestran día a día que la dignidad del hombre les lleva a vivir y enriquecer la vida de otros.

(Fuente: forumlibertas.com)

domingo, 12 de diciembre de 2010

Ave María, dulce María


Dios Omnipotente, Todopoderoso, Sapientísimo, tenía que escoger a su Madre.


¿Tú, qué habrías hecho, si hubieras tenido que escogerla? Pienso que tú y yo habríamos escogido la que tenemos, llenándola de todas las gracias. Eso hizo Dios. Por tanto, después de la Santísima Trinidad, está María.

—Los teólogos establecen un razonamiento lógico de ese cúmulo de gracias, de ese no poder estar sujeta a satanás: convenía, Dios lo podía hacer, luego lo hizo. Es la gran prueba. La prueba más clara de que Dios rodeó a su Madre de todos los privilegios, desde el primer instante. Y así es: ¡hermosa, y pura, y limpia en alma y cuerpo!

(San Josemaría, Forja, 482)





Ave, Maria,
Dolce Maria,
nelle tue mani
prende il cuore mio.
-

viernes, 10 de diciembre de 2010

Juegos de género

Por Juan Manuel de Prada en ABC, 2.11.10

Como todos los totalitarismos que en el mundo han sido, la aspiración primordial de la ideología de género es completar una ingeniería social; esto es, disolver los vínculos naturales que forman el tejido social para, una vez convertido ese tejido en una suerte de papilla informe, sustituir tales vínculos por creaciones artificiosas que conviertan a las personas en lacayos del poder establecido.

En su proceso de deconstrucción social, la ideología de género propugna que no existen ni el sexo ni la diferencia sexual como realidades innatas al ser humano; y que sólo existen "géneros", es decir, roles adquiridos, producto de una determinada práctica social. Para cambiar tales roles, la ideología de género ha declarado batalla sin cuartel a la institución familiar, que considera el último bastión de resistencia en su programa de ingeniería social.

Y, aplicando el esquema de la lucha de clases marxista a las relaciones familiares, las presenta como relaciones conflictivas: así, el amor entre los esposos se convierte en relación de dominio, en la que florecen todo tipo de violencias y alienaciones; y, una vez convertida la vida de pareja en campo de Agramante, se pueden desarrollar "políticas de igualdad" que finjan poner coto a las violencias en el ámbito familiar (cuando lo que en realidad pretenden es engendrar dichas violencias), a la vez que "salvan" a los hijos, otorgando al Estado un falso título de legitimidad para encargarse de su educación. Así, la ideología de género se asegura el adoctrinamiento de la sociedad desde la propia infancia.

La obsesión de la ideología de género por la sexualidad de los niños es comprensible. Puesto que la diferencia sexual se considera una "alienación" impuesta desde instancias sociales represoras, el objetivo primordial debe ser combatir todo lo que perpetúa tal "alienación".

Para acabar con la diferencia sexual entre hombres y mujeres, es preciso que el sexo de conciba no como algo determinado por el nacimiento, sino como una suerte de "asignatura de libre configuración", que cada quisque elige, según la "orientación sexual" que en cada momento de su vida le pete. Así, convirtiendo la práctica sexual en una actividad meramente lúdica, se construye una nueva utopía de hedonismo que preconiza la consecución de la felicidad a través de la exaltación del deseo sexual, sin límite moral, legal o corporal alguno.

Chesterton la vislumbró hace casi un siglo, cuando auguró que no tardaría en proclamarse una nueva religión que, a la vez que exaltase la lujuria, prohibiese la fecundidad. Tal religión ya ha sido instaurada; y toda la panoplia legal desplegada en los últimos tiempos —reconfiguración de la institución matrimonial, consagración del llamado "derecho a la salud reproductiva y sexual", educación para la ciudadanía y demás flores pútridas de la ideología de género— no tiene otro afán sino otorgar cobertura jurídica a una revolución ideológica que trata de cambiar radicalmente la sociedad, moldeando la esfera interior de las personas.

En esta estrategia revolucionaria debe enmarcarse esta nueva pretensión de controlar el recreo de los niños en las escuelas, mediante el establecimiento de centinelas de género que vigilen los "protocolos de juego" y transmitan "los valores y principios adecuados". Pura y dura ingeniería social que podemos despachar con cuatro risas y cuatro bromas chuscas; pero algún día, no tardando mucho, la risa se nos congelará en la boca, en un rictus de horror. Para entonces, ya será demasiado tarde.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Dios no manda nada que no podamos soportar

Hija biológica de madre adolescente, adoptada en una familia numerosa, retada cada día por sus piernas, que no la sostienen... Miriam Fernández, a los 20 años, ha hecho realidad su sueño de sacar un disco, que está por ahora en ITunes y en las librerías San Pablo.

En él canta a la esperanza, a su padre fallecido, a las embarazadas asustadas, a la vida. Le precede un dato: 1,6 millones de reproducciones en YouTube de la canción que interpretó la noche que ganó el concurso televisivo «Tú sí que vales». Miriam ha escrito todas las letras de «Bailando bajo la lluvia», un álbum que gustará mucho a las adolescentes, con unos textos que devolverán las ganas de vivir a más de una persona asustada o triste.

-Las estadísticas dicen que la mayoría de adolescentes pierden la fe, entre los 12 y 18 años. ¿Qué les dirías?

-Sólo puedo hablar de mi experiencia. En mi vida he pasado momentos duros, como la muerte de mi padre, la de mi hermano. Son momentos de preguntarle a Dios «¿por qué?» Pero al final de todas las oscuridades siempre he visto luz, he visto que todo sirve para algo, que Dios no manda nada que no podamos soportar. Todos tenemos dones para servir a los demás. En mi disco canto: «siempre hay algo mejor por llegar». Hay momentos en que digo; «Dios, este asunto lo pongo en tus manos», y eso me da fuerza. Dios está ahí, no quiere nada malo para nadie. En esta sociedad, y a estas edades, hay que seguir creyendo.

-¿Perteneces a algún movimiento católico?

-No, a ninguno. Estuve cuatro años en un colegio del Opus Dei, y algunas cosas que aprendí allí las he llevado a mi vida. Que el trabajo hace santo, es verdad. Que hay que ser constante. También estuve en colegios de monjas, y en ellos aprendí más cosas que me sirven.

-Dicen que los de tu edad son «la generación de la música de fondo». ¿Distrae la música de lo importante?

-Sí, pero no sólo a los jóvenes. Cierta música es sólo negocio. Quisiera que mi música, aunque es movida, sirviese también para hacer silencio y reflexionar. A veces se infravalora la música, sacan a la cantante con menos ropa y buscan llegar a los jóvenes sin decir nada. Eso es un error.

-¿Qué piensas del caso de Hannah Montana, ahora tan erotizada?

-Empezó en Disney, era un modelo para niños y niñas, y la quisieron cambiar, romper con el público infantil, y pasó de ser ejemplo para niñas a llevar un corsé negro enseñando lo que no hace falta para ser cantante. Como si eso fuera lo que vende en la sociedad. Yo he dicho a mis amigos que no dejen que se me suba nada a la cabeza. Si una discográfica me ofreciese triunfar, pero sin dejarme componer mis letras y cambiándome la imagen, les diría que no.

-¿Escuchas música cristiana?

- No, escucho pop. Pero de niña cantaba en el coro de la parroquia. La música fue mi salvación en una infancia dura, cuando otros niños se reían de mí. Seguí cantando y vi que no es lo mismo cantar porque sí que hacerlo sabiendo que así ayudas a los demás.

-Has apoyado las campañas pro vida del Foro de la Familia. ¿Te ha dado problemas?

- Comentarios negativos a mis canciones en las redes sociales. «No deberías estar tan posicionada», me dicen. Pero defender la vida es una cuestión humana, no política. Digo «no al aborto», pero más aún digo «sí a la vida». Eso me cerrará algunas puertas, y quizá abra otras. Si una embarazada escucha mis canciones y le dan esperanza y eso salva a su hijo, todas las críticas me habrán dado igual.

Piernas paralizadas, voz con alas

Su madre biológica, «sin nadie a su favor», la tuvo con 17 años, y la dio en adopción con 6 meses. Ella está agradecida de no haber sido abortada, aunque tuviese parálisis cerebral. «Los médicos decían que a los 15 años no caminaría, sólo me arrastraría, pero hoy camino con ayuda de un andador», explica. Ha crecido con cinco hermanos. La muerte reciente de su padre y de uno de sus hermanos ha supuesto una prueba, pero no se rinde. Canta desde niña, ganó el concurso «Tú sí que vales» en televisión y defiende la vida siempre.

Fuente: Pablo J. Ginés en www.larazon.es

Madre


"¡Qué alegría inmensa tener por madre a María Inmaculada! Cada vez que experimentamos nuestra fragilidad y la sugestión el mal, podemos dirigirnos a Ella, y nuestro corazón recibe luz y consuelo".

(Benedicto XVI)

lunes, 22 de noviembre de 2010

Llevar a Dios a todos los ambientes

Intervención del actor del actor Santi Rodríguez en el V Simposio San Josemaría celebrado el pasado fin de semana en Jaén.
Poco hay que añadir. ¡Ah!, sí, algo sí: ¡olé la gente que no se avergüenza de sus creencias!




domingo, 14 de noviembre de 2010

La naturalidad de lo natural

Que dos y dos son cuatro lo sabemos todos, aunque haya quienes quieran hacer creer que son 5 ó 3. Es lo que ocurre con la idea de que cualquier conjunto de seres vivos de origen humano, vegetal, animal o cibernético pueden ser una familia. Los mismos que lanzan esas proclamas en los medios se echan las manos a la cabeza cuando narran sin ningún tipo de pudor y a cualquier hora del día (aún en horario de protección infantil) aberrantes sucesos de violencia, crímenes, robos... La conclusión siempre comprende los mismos argumentos por parte de los "comunicadores": "Claro, era una familia desestructurada"; "... Es que una madre sola tiene difícil educar a un hijo", "Es que el ambiente de promiscuidad que había en la casa..."
Y es que, como decía el refrán, y no sin razón: "Lo que es, es". Y como es, sale a flote, a pesar de los pesares. Y la realidad es que la familia es la columna vertebral de la sociedad; y que los pretendidos sucedáneos artificiales y rocambolescos sólo llevan sino a al derrumbe de los cimientos sociales.

La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Proclamar la verdad integral de la familia, fundada en el matrimonio -indisoluble, entre un hombre y una mujer- como Iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de todos. Invito a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armonía aseguran al hombre, a la familia, centro neurálgico de la sociedad. Esto es una ayuda notable a la sociedad, de la cual no se puede privar, y para los pueblos es una salvaguarda y una purificación. Además, la familia es una escuela de humanización del hombre. La experiencia de ser amados por los padres lleva a los hijos a tener conciencia de su dignidad de hijos.

La fe no es una mera herencia cultural, sino una acción continua de la gracia de Dios que llama, y de la libertad humana que puede o no adherirse a esa llamada. Los padres cristianos han de procurar que la llamada de Dios y la Buena Nueva de Cristo lleguen a sus hijos con la mayor claridad y autenticidad. En la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él solo y se bastara a sí mismo, al margen de su relación con los demás y ajeno a su responsabilidad ante ellos. Se intenta organizar la vida social sólo a partir de deseos subjetivos y mudables, sin referencia a una verdad objetiva previa como son la dignidad de cada ser humano y sus deberes y derechos inalienables a cuyo servicio debe ponerse todo grupo social. La Iglesia no cesa de recordar que la verdadera libertad del ser humano proviene de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. Por ello, la educación cristiana es educación de la libertad y para la libertad.
Benedicto XVI, discurso y homilía: V Encuentro Mundial de las Familias.
Valencia, España (2006)

domingo, 7 de noviembre de 2010

Familia, salvación de la humanidad


Palabras pronunciadas por Benedicto XVI en la Misa de Consagración de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.
(...) Desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo. Los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret.
Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos.

Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar. (...)

sábado, 6 de noviembre de 2010

Benedicto XVI en Santiago de Compostela

"Es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios".