viernes, 8 de abril de 2011

Via Crucis

“El Vía Crucis no es un ejercicio triste. Muchas veces enseñó Mons. Escrivá de Balaguer que la alegría cristiana tiene sus raíces en forma de cruz. Si la Pasión de Cristo es camino de dolor, también es la ruta de la esperanza y de la victoria segura”.

(Mons. Alvaro del Portillo, Prólogo del libro Via Crucis , de san Josemaría.)


El Via Crucis consiste en considerar 14 momentos del camino de Jesús hacia el Calvario el primer Viernes Santo, para meditar los sufrimientos de Jesucristo y unirse interiormente a Él. San Josemaría tenía mucha devoción a esta práctica de piedad, como recuerda Mons. Javier Echevarría.

Tenía devoción al Via Crucis. Nos pareció muy lógico que un año, con ocasión de la fiesta de la Epifanía, pidiese como regalo uno portátil, con el fin de tenerlo a mano y poder contemplar esas escenas de la Pasión que tanto amaba.

He rezado muchas veces las estaciones con él —también se hallaba presente Mons. Álvaro del Portillo—, y he podido observar la piedad con que se arrodillaba después de la enunciación de cada una. Solía considerar esas escenas camino del Calvario todos los viernes, y de modo muy especial los días de la Cuaresma.

Nos incitaba a tener en nuestra mente, como en una película, aquellos momentos en los que se cumple la salvación de la humanidad: de manera que en cualquier coyuntura pudiésemos meternos como un protagonista más en la escena, para arrepentirnos de nuestras faltas, para acompañar a Jesús, para sentir la obligación de ser corredentores.

El 14 de septiembre de 1969, mientras nos mostraba —lleno de sumo respeto— un relicario de la Santa Cruz, nos habló largamente de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. Recogeré unos párrafos de aquella conversación:
«nosotros amamos —debemos amar— sinceramente la Cruz, porque donde está la Cruz está Cristo con su Amor, con su presencia que lo llena todo... Por eso, hijos, con el espíritu de la Obra, jamás podemos huir de la Cruz, de esta Cruz Santa en la que se encuentra la paz, la alegría, la serenidad, la fortaleza... En este relicario que conservamos aquí, se venera un trozo del Lignum Crucis que se guarda en Santo Toribio de Liébana. Me lo regaló hace muchísimos años el Obispo de León. A mí me molesta que se hable de Cruz como sinónimo de contradicción, de mortificación. La Cruz es algo positivo, desde que Dios quiso entregarnos la verdadera vida por medio de la Cruz... Después de que nos den la bendición, vamos a besar la Cruz, pero diciendo sinceramente que la amamos, porque ya no vemos en la Cruz lo que nos cuesta o lo que nos pueda costar, sino la alegría de poder darnos, despojándonos de todo para encontrar todo el amor de Dios... Debajo de este relicario hice poner: iudaeis quidem scandalum, gentibus autem stultitiam! ["para los judíos, escándalo; para los gentiles, locura": 1 Corintios 1,23], porque para los incapacitados, la Cruz es escandalosa e incomprensible».
En 1970, nos empujaba:
«sólo si nos unimos continuamente a la Pasión de Jesucristo, sabremos ser instrumentos útiles en la tierra, aunque estemos llenos de miserias».
Es imposible agotar las múltiples y numerosísimas consideraciones que hizo; pero pienso que, de algún modo, resume su unión al Sacrificio de la Cruz lo que le oí en la Semana Santa de aquel año:
«la Pasión del Señor: de ahí nos viene toda la fuerza. Cuando pienso en la Pasión de Jesucristo, me viene enseguida a la cabeza lo que he hecho yo en estos cuarenta y dos años de mi vida en el Opus Dei, y en aquellos otros en los que Él me preparaba antes de comenzar. Y me veo nada, y menos que nada: sólo he sido un estorbo. Por eso, cada día siento la necesidad de hacerme pequeño, muy pequeño en las manos de Dios. De este modo me consuelo con lo que he escrito tantas veces: ¿qué hace un pequeño? Entrega a su padre un soldado descabezado, un carrete viejo, una bola de cristal de botella. Pues yo lo mismo: lo poco que tengo quiero darlo enteramente y de verdad. Así, mi poquedad, fundida con la Pasión de Cristo, tiene toda la eficacia redentora y salvadora: ¡nada se pierde!»
(Javier Echevarría y Salvador Bernal, Memoria del Beato Josemaría Escrivá, Madrid 2000)

lunes, 28 de marzo de 2011

Habla el asesor de Encontrarás Dragones



Por Pablo J. Ginés en www.larazon.es

El padre John Wauck es sacerdote de la prelatura del Opus Dei. Nació en Chicago, estudió Historia de la Literatura en la Universidad de Harvard y trabaja como profesor de literatura y comunicación de la fe en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma.

Pero de junio a octubre de 2009 pudo vivir una experiencia inusual: fue asesor en Argentina del rodaje de Encontrarás Dragones, la película de Roland Joffé ambientada en la Guerra Civil española en torno a la figura de San Josemaría Escrivá de Balaguer.

- ¿Cómo es que Roland Joffé le reclutó para el rodaje?

- Cuando filmó La Misión tuvo dos asesores jesuitas y le fue bien. Creo que incluso se llevaron a Jeremy Irons de retiro. Para esta película necesitaba alguien del Opus Dei. Después de escribir el guión, Roland pasó por Roma, nos conocimos, me invitó a ayudarle en el rodaje en Argentina, y allí estuve todas mis vacaciones de verano.

- ¿Cuál era su función?

- En la película aparecen bastantes sacerdotes: un oficial vaticano, un obispo de los años 30, curas... Interpretar una misa requiere hacer una serie de gestos concretos, no vale cualquier gesto. También confesar lo requiere. El guión sólo recoge diálogos, no describe los gestos. Eso es lo que yo explicaba. Los decorados, poner una Virgen del Pilar, por ejemplo, no era cosa mía. Pero sí las palabras, los gestos del clero, la forma de ser... Por ejemplo, pasé una semana viviendo con Charlie Cox, que interpreta a San Josemaría. Es algo que Roland ya probó con éxito con Jeremy Irons en La Misión, ponerlo a vivir con los jesuitas.

- ¿Sabía Charlie Cox de cosas de la fe?

- Charlie es católico, aunque él mismo se define como "no especialmente practicante". Es una persona muy abierta. Es curioso que se le da muy bien llevar una sotana, le salió bien a la primera. ¡No es tan fácil!

- ¿Presidió alguna misa en el set de rodaje?

- Sí, algunas, en los camiones, esos que se ven en la película, cuando rodábamos en zonas de campo remotas, lejos de todo. Una vez vino Wes Bentley, que es hijo de ministros protestantes, con curiosidad, muy abierto. Y nuestro experto en acentos, que es judío. También fuimos a misa al Santuario de Luján, importantísimo en Argentina. Para mí era raro estar en un rodaje, y para ellos era inusual tener un cura alrededor.

- ¿No le parece curioso que con 7.000 mártires españoles de esa época, la primera película sobre la persecución de los años 30 la protagonice un cura que no fue martirizado?

- Bueno, no es una película sobre los mártires de la época. Es una historia moral sobre los dragones, los de nuestro interior, que quizá son los peores, pero también los exteriores. Hay una apuesta: ¿tiene el dolor, el mal, un significado? Pero lo curioso es que esta película la haga un inglés ex-trostkysta, no creyente y de izquierdas como Roland Joffé.

- Y judío.

- No es judío. Ya sé que alguna prensa española lo ha dicho. Creció en la familia de Jakob Epstein, que era judío, pero era su abuelo adoptivo, no de sangre. Roland no tuvo ninguna formación en la fe cristiana ni tampoco en la judía.

- Así que el tema clave ¿es el misterio del mal?

- Fijémonos en cómo empieza: con la muerte en las familias, las hermanas de Josemaría, su padre, el padre de Manolo... La reacción de ambos huérfanos ante la pérdida es distinta. El niño Josemaría cobra conciencia de Dios con las huellas del monje descalzo en la nieve. Otro tema es cómo gestionar la culpa. ¿Cómo enfrentan sus culpas la revolucionaria húngara Íldiko y el anarquista Oriol? Fuertes, generosos... pero acaban mal, pierden el sentido de la vida ante el dolor, no saben gestionar el reto del mal. San Josemaría, en cambio, puede responder al reto, mediante la penitencia, por ejemplo.

- ¿Y esa escena del anciano judío moribundo en Barbastro? El joven cura Josemaría ¿ni siquiera intenta predicarle a Cristo?

- Esa escena no es histórica. La película no pretende ser un documental histórico. Y si nos fijamos, San Josemaría empieza a hablarle de Cristo pero el anciano le interrumpe. Dice: "Dios no me rechazará, ¿no?" Y luego rezan juntos. Es una escena imaginaria, aunque, claro, queda la pregunta de cómo un santo debe tratar a un judío agonizante. Es un tema delicado y aún no me habían preguntado por él. El actor es Derek Jacobi, el que protagonizó, Yo Claudio, un gran actor shakespeariano.

- ¿Habló de cosas espirituales con Olga Kurylenko, la guapa protagonista?

- No mucho. Ella es ucraniana y creo que ortodoxa, pero no practicante. Me contó que el cura católico de su pueblo, en Ucrania, cuando supo que iba a rodar la película, le regaló un ejemplar en polaco de Camino, el libro de San Josemaría.

- ¿Cree que alguien creció espiritualmente en el rodaje?

- Sin duda. Charlie Cox y Wes Bentley ya lo han dicho públicamente. Charlie ya afirmó en agosto de 2009, al acabar el rodaje, que le acercó a la fe y a la Iglesia. Y Wes dirá que vino en un momento duro de su vida. Si lees el New York Times verás sus años de problemas con las drogas. Ha explicado que el guión, la historia que cuenta y la gente que ha tratado han impactado positivamente en su vida. El rodaje le ha ido muy bien.

- Al final, la película es una historia de un padre y un hijo distanciados. Como sacerdote, ¿diría que es un problema de nuestra época?

- Sí, muy común. Hasta el cine lo recoge: en El Origen, la película de Chris Nolan y De Caprio, esa de sueños dentro de sueños, todo es un asunto de padre-hijo. Me pareció muy relacionada con Encontrarás Dragones. Padres ausentes... Mi padre es psicólogo. Hay muchos casos. Un amigo mío escribió un libro titulado El dios de los sin padre. Explica que en una sociedad de padres ausentes, sin padres, se genera un tipo de ateos a los que lo que les cuesta es concebir a Dios como Padre. ¿Cuántas veces se usa la palabra "padre" y en cuantos sentidos en esta película? En ella se ve cómo uno de los primeros miembros del Opus Dei, Isidoro Zorzano, que había sido compañero de clase de Josemaría, de su misma edad, joven, le llamaba "padre", no sólo como sacerdote, sino como fundador, padre espiritual. Y tanto Josemaría como el otro protagonista, Manolo, han tenido padres ausentes o distantes, y serán padres, ellos mismos, de distinta forma.

- ¿Qué reacciones ha suscitado la película?

- En Roma la gente dice: "no es lo que yo esperaba". No es que pensaran en una película como las italianas de LuxVide, pero les sorprende. Mucha gente dice que quiere verla otra vez para entenderla mejor, porque hasta el final no sabes adónde va. Eso es saludable.Es un film muy rico, con muchas ideas y personajes.

jueves, 24 de marzo de 2011

Encontrarás dragones. Una crítica

El escándalo del perdón

Por Juan Orellana en www.alfayomega.es

Roland Joffé, consagrado por películas como La Misión, Los gritos del silencio, Vatel o La ciudad de la alegría, estrena su última gran producción, ambientada en la Guerra Civil española y con san Josemaría Escrivá como uno de sus personajes principales. Ambos elementos, en manos de este guionista y director londinense, que no es creyente ni español, hacen del film una propuesta interesante, singular y desde luego atípica.


El argumento entrelaza dos historias: una real, relativa a la juventud de Josemaría, y la creación del primer grupo de amigos que dieron lugar al Opus Dei; la otra, ficticia, sobre un supuesto amigo de la infancia de Escrivá, Manolo, que pierde su fe, abandona el seminario y se infiltra como espía nacional en el bando republicano. Ambas historias discurren en paralelo, cruzándose en determinados momentos. La trama de Manolo llega hasta 2002. Su hijo Robert, periodista, prepara un reportaje por la inminente canonización de Escrivá. Descubre que su padre fue amigo del Beato Josemaría, y acude a él, ya enfermo y anciano, para obtener información. Entre ellos late un profundo desafecto. Hace ocho años que no se hablan. Este desencuentro es el nudo gordiano de un film que gira sobre la cuestión del perdón y la reconciliación.
De hecho, son el perdón y la reconciliación las categorías que más subraya el film de la figura de Escrivá de Balaguer en los años de la guerra. Nunca se posiciona contra los milicianos, ni a favor de la venganza ante el asesinato de un sacerdote amigo suyo. Ni siquiera juzga a los que le agreden e insultan en el Metro de Madrid. Siempre trata de ponerse en la posición del otro, entenderle, y finalmente amarle y perdonarle, actitud que a menudo va a despertar la incomprensión e indignación de los suyos.
Este testimonio de paz en medio de la guerra es mostrado siempre como consecuencia de una mirada de fe.


Es interesante ver cómo el agnóstico Joffé presenta el cristianismo en el mundo contemporáneo de forma atractiva y a la vez sencilla. No se puede decir que el film sea un biopic al uso, sobre san Josemaría -además, muchas cosas son pura ficción-, sino que más bien se trata de una indagación sobre la santidad y un testimonio de la excepcionalidad del cristianismo. Aún menos puede decirse que la película trate sobre el Opus Dei, aunque se señalan con nitidez algunas de sus características principales: su modalidad laical, la valoración vocacional de la vida cotidiana y la santificación en el trabajo, mostrada a través de una visión mística que tuvo el santo y que quizá no encaja demasiado en la narración fílmica.

El reencuentro paterno-filial es quizás lo menos original. Lo que sí tiene de particular es que se presenta como efecto a posteriori de la obra de Escrivá sobre su amigo Manolo, treinta años después del fallecimiento del santo. Y sobre este fallecimiento hay que decir que el film nos lo cuenta en el arranque de una forma visualmente impactante y sugerente.

Estamos ante una película que reflexiona sobre la dualidad humana, aunque no en un sentido maniqueo. El camino del bien y del mal se entrelazan de forma misteriosa, vertiginosa; todos los personajes llevan dentro el deseo de bien y la tentación del rencor: Encontrarás dragones es el anuncio de esta paradoja. Pero al final vence el bien. El perdón es la bisagra que permite que el camino del amor inunde el camino del mal.

Lo discutible

Algunas escenas tienen una altura dramática notable, como la del asesinato del padre Lázaro, el ocultamiento de Escrivá en una bodeguilla, o la escena de la confesión, en el parque zoológico. El tratamiento de la guerra civil es lo más discutible, no sólo por su falta de contexto o por su inverosímil e inexacta recreación del frente de Madrid, sino sobre todo por la glorificación del idealismo frentepopulista y su caricaturización de los nacionales, cínicos y ávidos de poder. Una opción lógica en un director que flirteó con el trostkismo, pero inaceptable para cualquier historiador que haga una lectura justa de la guerra.

La película cuenta con un reparto muy heterogéneo. Josemaría está muy bien representado por el poco conocido Charlie Cox, así como Wes Bentley en el papel de Manolo o Dougray Scott como Robert. La presencia española más importante es la de Unax Ugalde, que interpreta a Pedro, uno de los amigos de Escrivá. Jordi Mollá y Ana Torrent, los padres del santo, han quedado con poco papel en el montaje final, que ha tenido que reducir las secuencias de la infancia por razones de equilibrio dramático y de metraje. Hay otros secundarios llenos de interés, como Honorio el chocolatero, un auténtico educador; o la novia de Robert, que como la protagonista de Love Story, gasta su energía en conseguir la reconciliación de su novio con su padre.

Aunque el film no llega a la altura y redondez de La Misión, su diseño de producción y la dirección artística son espectaculares. Eugenio Zanetti, ganador de un Óscar por Restauración, ha hecho un trabajo deslumbrante. También la diseñadora de vestuario Yvonne Blake tiene un Óscar en su haber. La fotografía del mejicano Gabriel Beristain es también meticulosa y manierista.


sábado, 19 de marzo de 2011

Siervo bueno y fiel


San José, Padre y Señor nuestro, castísimo, limpísimo, que has merecido llevar a Jesús Niño en tus brazos, y lavarle y abrazarle: enséñanos a tratar a nuestro Dios, a ser limpios, dignos de ser otros Cristos.

Y ayúdanos a hacer y a enseñar, como Cristo, los caminos divinos —ocultos y luminosos—, diciendo a los hombres que pueden, en la tierra, tener de continuo una eficacia espiritual extraordinaria.

(San Josemaría, Forja, 553)

jueves, 17 de marzo de 2011

Faceta provida de Jane Russell

Murió hace dos semanas y los periódicos se llenaron de obituarios recordando a aquella belleza morena de los cuarenta... Nadie habló de otra faceta suya, la de luchadora provida.


Tras su muerte, la familia pidió a los amigos y fans que no enviaran flores y que destinaran el dinero a los dos centros de acogida para menores y mujeres embarazadas que tenía la actriz.

Cuando contaba 18 años, ya metida en el mundo de la moda y justo cuando comenzaba a estudiar interpretación, se quedó embarazada. Pensó entonces que un embarazo cortaría su carrera. Aunque sabía -más bien sentía- que el aborto no era la solución, decidió acabar con la vida del niño que estaba en camino.

Porque, lejanos ya los años de celuloide y estrenos, para Jane Russell -compañera de Marilyn en la célebre película de Howard Hawks- el recuerdo más vivo de la actriz es su enorme labor por los niños desfavorecidos y el esfuerzo que hizo por encontrar una familia a más de 40.000 pequeños gracias a su fundación, Fondo Internacional de Adopción Mundial (WAIF por sus siglas en inglés).

La joven Russell se refugió entonces en los brazos de su madre. “Ella estuvo a su lado en todo momento; sabía que lo que había hecho su hija estaba mal, pero le dijo que, si dejaba a Dios actuar en su vida, Él convertiría lo malo en bueno".

Con la ayuda de su familia, la actriz continuó su carrera cinematográfica y con 34 años puso en marcha una organización dedicada a la adopción y centrada, sobre todo, en los niños mayores o con discapacidad. Gracias a ella, decenas de miles de niños encontraron una casa y tuvieron una vida normal.

Tres de esos niños sin hogar pasaron a formar parte de la familia de Jane y, cuando murió a los 89 años, tenía seis nietos y 10 bisnietos en su árbol genealógico. Desde aquel 1955 hasta su muerte dedicó gran parte de su tiempo a obras de caridad y, sobre todo, a la lucha provida, a la defensa del no nacido y a hablar de Dios a quien quisiera escuchar. “Le apasionaba usar su fama y el cariño que la gente le tenía para dar a conocer la fe”, declaró la familia tras su muerte.

¿Por qué esto no ha trascendido? “Porque no es políticamente correcto para los medios de comunicación, pero ella no dudaba en contar lo que hacía, no le asustaba en absoluto”, aseguran los suyos.

Deja la huella del amor incondicional a los inocentes y, sobre todo, el convencimiento de que de algo intrínsecamente malo pueden salir muchas cosas buenas, en este caso miles de niños con hogar, si se deja a Dios actuar.
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martes, 8 de marzo de 2011

Mujer


Adalbert Begas: Madonna.

Madre, hoy en la tierra se celebra el día internacional de la mujer.
Ya ves, cada día es el "día de algo". Hoy ha habido actos distintos (incluso absurdos) para conmemorarlo.
En este día, sólo te pido que todas nos parezcamos a Ti.

sábado, 5 de marzo de 2011

De dioses y hombres recibe el César


El pasado 25 de febrero se celebró en París la ceremonia de la 36 edición de los Premios César del cine francés. La película De dioses y hombres ha sido galardonada con el César al mejor film.
Michael Lonsdale recibió el premio al mejor actor secundario por su interpretación del monje Luc en el filme de Xavier Beauvois.

Me pregunto si una película de temática religiosa rodada en España con tanto rigor y respeto y con actores españoles, sería premiada por la ahora "descabezada" Academia del Cine. Es más ¿se habría rodado aquí una película sobre unos frailes católicos muertos por no renegar de se fe a manos de yihadistas islámicos en el Atlas argelino?

Sin duda, es una buena noticia que la laica Francia no tenga reparos en premiar arte que refleja la realidad espiritual con tanta veracidad.

domingo, 13 de febrero de 2011

Aborto "de saldo", prostitución y menores de edad

"Si la prostituta es de 14 años, el aborto es igual, pero más caro”. Dos vídeos secretos sobre Planned Parenthood revelan que la clínica aceptaba meretrices menores de edad y sin papeles. Ha recibido más de 1.000 millones de dólares públicos.

Artículo de Luis Rivas en el diario La Gaceta.

Un hombre entra en una consulta y se identifica como proxeneta. Le acompaña una de sus bisoñas empleadas, que acude en representación del gremio. Su propósito es desentrañar el procedimiento legal para obtener prescripciones de abortos, que, para su alborozo, no será tan escrupuloso como pensaban. “De acuerdo, no queremos que nadie tenga problemas”, asiente la directora de la clínica. Una de las nimias singularidades de las prostitutas, no obstante, es que tienen “en torno a 14 o 15 años”, susurra el patrón. “Yo nunca les he dicho esto”, responde su interlocutora: “Pero si tienen 14 años o menos y necesitan un aborto sólo pasen por ahí... sus protocolos son menos estrictos”. La orientadora busca un ejemplar de los derechos del menor y exclama: “¡Son como mi Biblia!”. Ríe con teatralidad. Sin embargo, surge otro inconveniente. “Algunas de mis chicas no hablan inglés...”, insinúa él. “Entiendo que no tienen papeles...”, confirma ella. La prostituta calla. “¡Inmigrantes bienvenidas!”, sentencia la gobernanta.

El vídeo, grabado de soslayo durante una consulta en un centro de Planned Parenthood (Paternidad Planificada) en Nueva Jersey, recoge, asimismo, que la empresa “quiere saber lo menos posible”, lo que no es óbice para que la directora de la clínica aconseje a las chicas que se hagan pasar por “estudiantes” para lograr “precios más baratos” y que, llegado el caso, no olviden indicar que “su pareja es de su misma edad o menor”. Será sencillo si cumplen una orden: “Sólo hablen conmigo o con mi cómplice”, en el ámbito oral, mientras que con los formularios la premisa es similar: “Dejen las casillas en blanco y digan que no entienden nada, que quieren ver a la enfermera”. La gobernanta, por último, advierte al proxeneta de que sus empleadas no podrán practicar sexo en dos semanas pero le asesora, acaso ruborizada: “¿Obtener dinero durante este tiempo? Seguirán activas de cintura para arriba”.



Los rutilantes papeles de proxeneta y prostitutas fueron desempeñados hace 10 días por activistas provida de la asociación Live Action. Según esta agrupación, “Planned Parenthood recibe más de 350 millones de dólares de las arcas públicas cada año”, cantidad que, no obstante, se queda corta apreciando otras estimaciones. El congresista republicano por Nueva York Chris Smith calcula que “practican 324.000 abortos cada año y han derivado ya más de 1.000 millones de dólares en honorarios pagados por nuestros Gobiernos”.

La previsible polémica, entretanto, ha abocado a la presidenta de Planned Parenthood, Cecile Richards, a enviar una carta al fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder. La misiva explica que el procedimiento de actuación en casos como el registrado consiste en alertar a las autoridades, pero que su equipo consideró que “se trataba de una broma de mal gusto”. No obstante la explicación, la protagonista de la mofa, Amy Woodruff, ha sido despedida con celeridad. Lila Rose, presidenta de Live Action, interpreta que “claramente no pensaron que era una broma si han echado a la implicada”. Pese a que el cese de la directora del centro de Nueva Jersey fue argumentado en una “política de tolerancia cero con este tipo de comportamientos”, una nueva grabación, difundida hace una semana, refleja un procedimiento similar en otra sucursal, aunque en esta caso en Virginia.

Estos documentos ilustran el prosaico debate surgido a raíz de la iniciativa republicana en el Congreso que pretende lograr que “ni un sólo dólar público sirva para financiar abortos”. La propuesta, introducida por el citado Smith como H.R. 3, será votada en el Capitolio en las próximas semanas. Esta legislación pretende reformar la ley reproductiva firmada por Richard Nixon en 1970, calificada de “pobre e insuficientemente explicativa” por el bloque conservador, y que financia en la actualidad, según datos del Departamento de Salud, la planificación sexual de 5 millones de mujeres en todo el país. Pese a que el Título X de la normativa prohíbe expresamente el empleo de fondos públicos en abortos, los supuestos y excepciones han convertido la ambigüedad en su ámbito de operaciones. “Se trata de personal de Planned Parenthood ayudando y alentando el tráfico sexual de menores. Este vídeo expone la duplicidad de discurso y una criminalidad potencial. Es una atrocidad”, señala Smith.

La iniciativa cuenta con el pertinaz apoyo de una decena de asociaciones ciudadanas. Las herramientas empleadas por estos contribuyentes anónimos para difundir sus acusaciones se asemejan a las del Tea Party. Sirva de ejemplo Live Action, que insta a sus miembros a realizar “una labor de lobby con familiares, amigos y vecinos a través del correo electrónico, enviar cartas al director a los diarios y dirigirse a las oficinas locales de los congresistas”. Para Rose, “estamos ante un problema institucional muy grave y la gente está empezando a prestar atención”. Evidentemente, su percepción es antitética a la de Planned Parenthood, que ha indicado que “lo que los americanos quieren es que el Congreso se centre en arreglar la economía y crear empleos”.

jueves, 10 de febrero de 2011

YOUCAT

Benedicto XVI envía un nuevo un mensaje a los jóvenes con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. En esta ocasión lo hace a través del prólogo al YouCat -Catecismo editado en lenguaje juvenil que se incluirá en la bolsa del peregrino-. En sus palabras, el Papa recuerda a los jóvenes la importancia de conocer en profundidad su Fe. “Debéis conocer aquello en lo que creéis, debéis conocer vuestra fe con la misma precisión con la que un especialista informático conoce el sistema operativo de un ordenador o el músico su partitura”.

Estudiad el catecismo con pasión y perseverancia. Sacrificad vuestro tiempo en ello. Estudiadlo en silencio, compartidlo con amigos, formad grupos de oración y estudio, intercambiad impresiones por Internet”, exhorta Benedicto XVI a los jóvenes. A la vez les advierte de la necesidad que tienen de “estar más fuertemente arraigados en la fe que la generación de vuestros padres, para poder resistir con fuerza y decisión las tentaciones de este tiempo. Necesitáis la ayuda divina, si vuestra fe no quiere secarse como una gota de rocío al sol, si no queréis sucumbir a la tentación del consumismo, si no queréis que vuestro amor se ahogue en la pornografía, si no queréis traicionar a los débiles y a las víctimas de abusos y de violencia”.

El último consejo que recoge el prólogo está directamente relacionado con los últimos sucesos ocurridos en el seno de la Iglesia y que han podido causar recelo y rechazo por parte de muchos jóvenes. “Sabéis todos cómo ha sido herida la comunidad de los creyentes por los ataques del mal en los últimos tiempos, por la penetración del pecado en el interior, incluso en el corazón de la Iglesia. No uséis esto como pretexto para huir de la mirada de Dios, ¡vosotros mismos sois el cuerpo de Cristo, la Iglesia! Llevad el fuego intacto de vuestro amor en esta Iglesia cada vez que los hombres le han oscurecido el rostro”.

Para poner de manifiesto la importancia de los más jóvenes dentro de la comunidad de creyentes, Benedicto XVI recuerda cómo, en uno de los momentos más bajos de la historia del pueblo de Israel, Dios no llamó a un gran personaje sino a un joven llamado Jeremías. El joven, asustado por la importancia de la misión encomendada, se dirigió a Dios: “¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven”. (Jer 1,6). Pero Dios le dijo: “No digas: Soy demasiado joven, porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene” (Jer 1,7)”.

Traducido al lenguaje juvenil

Al inicio del prólogo, Benedicto XVI explica que este Catecismo traducido al lenguaje de los jóvenes es una síntesis del Catecismo de la Iglesia Católica impulsado por su predecesor, Juan Pablo II. “Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) y en un contexto cultural cambiante, muchas personas ya no sabían correctamente qué debían creer propiamente los cristianos, qué enseñaba la Iglesia, y cómo todo esto se podía adaptar al nuevo clima. Juan Pablo II decidió de un modo audaz que los obispos de todo el mundo escribieran un libro con el que responder a estas preguntas”.

La elaboración del YouCat ha sido una iniciativa de la Conferencia Episcopal Austriaca pensada para ser distribuida en las Jornadas Mundiales de la Juventud. Su elaboración ha sido encomendada a varios sacerdotes, teólogos y catequistas y en ella han participado también un número importante de jóvenes con la supervisión del Arzobispo de Viena, el Cardenal Schönborn. Las más de trescientas páginas de texto se editarán en al menos siete idiomas: alemán, inglés, francés, italiano, español, portugués y polaco. En la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid entre el 16 y el 21 de agosto se distribuirán al menos un millón de copias.

Al igual que el Catecismo de la Iglesia Católica que ha servido de base para su elaboración, el YouCat consta de cuatro apartados:
1. “En qué creemos”
2. “La celebración del misterio cristiano”
3. “La vida en Cristo” y
4. “La oración en la vida cristiana”.

Fuente: aceprensa.com

miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Niña o mujer?

El Gobierno español se plantea elevar de los 14 a los 16 años la edad mínima para contraer matrimonio. Las Naciones Unidas y otros organismos internacionales recomiendan esta edad y los expertos que trabajan en la reforma de la Ley de Protección de la Infancia están de acuerdo con esa posibilidad. A pesar de que ve con buenos ojos este cambio, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha señalado que descarta que se vaya a recoger en esta legislatura.

España es el país que fija la edad más baja para poder casarse junto con Uruguay, aunque en el caso del país latinoamericano las chicas pueden hacerlo a los 12 años. México fija la edad de las chicas a los 14 y la de los chicos a los 16. En Yemen, tanto ellos como ellas pueden contraer matrimonio a los 15. En el resto de países, los chicos al menos, tienen que haber cumplido los 18 años.

El Instituto Nacional de Estadística ofrece algunos datos sobre el número de matrimonios celebrados en España en los que al menos un contrayente es menor de 16 años. En la primera década del siglo XXI contrajeron matrimonio 342 adolescentes de 14 y 15 años. En 2009 hubo 6 de tales matrimonios: tres chicas tenían 14 años y las otras tres, 15; y de lo chicos, dos tenían 15 años.
Las cifras no parecen preocupantes y los casos que se dan se reducen casi solo a gitanos o inmigrantes en cuyas culturas son normales los casamientos en la adolescencia. Siempre existe el temor de que este tipo de compromisos sean forzados, pero no hay pruebas.

Al hilo de este debate, vuelve a ponerse de manifiesto que lo que preocupa a algunas organizaciones como Save the Children o el Foro Español de la Familia es la edad de consentimiento de las relaciones sexuales, que en España está fijada en los 13 años. La diferencia de criterio para fijar una edad mínima u otra según el aspecto que se legisle pone de manifiesto la dificultad para discernir cuándo un niño alcanza la madurez suficiente para tomar algunas decisiones. En asuntos que tienen que ver con la seguridad y la salud, la ley es cada vez más protectora y eleva la edad, por ejemplo, para consumir tabaco o alcohol. En cambio, la rebaja para la autonomía sexual, como si los jóvenes fueran más maduros en este campo.

Los niños y niñas con 14 años tienen que ser niños y niñas”, argumentan desde el Ministerio de Sanidad. Nada que objetar. Pero da la impresión de que las féminas de la misma edad son niñas o mujeres, según lo que se pretenda. Para el matrimonio, niñas; para el sexo, mujeres.

Según la legislación auspiciada por este Gobierno, pueden mantener relaciones sexuales consentidas ya a los 13; tienen acceso libre a la píldora del día después sin receta y sin límite de edad; e incluso pueden abortar a los 16 sin permiso de sus padres de acuerdo con la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Ley que, según recuerda Santiago González en El Mundo, “contiene 60 veces el término mujer, ninguna el de niña y una sola adolescente”.

Fuente: www.aceprensa.com

lunes, 7 de febrero de 2011

El legado


Por Leopoldo Abadía
Economista, profesor del IESE, analista financiero

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que «Dios les coja confesados».

Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.

En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?» Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya está crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?»

Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: «¡y a mí, ¿qué me importa?!» Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.

Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz…y me exigieron mucho.

Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales, …Lo que por ahí se llama «buena gente».

Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)

Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos… En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.

Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.

A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.

Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.

Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

P.S.

1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.
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lunes, 24 de enero de 2011

Cominicador católico


Entrevista a Jack Valero, impulsor de «Catholic Voices» en el Reino Unido.

Por Samuel Gutiérrez // Catalunya Cristiana

Con apenas 17 años, Jack Valero (Barcelona, 1959) se fue a estudiar Ingeniería a Inglaterra, país en el que acabaría estableciendo su residencia definitiva. Hoy es una de las voces católicas más representativas del país. Desde el año 2006 es el director de Comunicación del Opus Dei en el Reino Unido. También ha sido recientemente el responsable de prensa de la beatificación del cardenal Newman y uno de los impulsores del proyecto «Catholic Voices», un atrevido programa de formación de laicos católicos para su intervención sin complejos en los medios de comunicación.

¿Cómo surgió la idea de «Catholic Voices» y cuáles eran sus pretensiones?
Poco antes de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido, en una conversación informal entre amigos, surgió el tema de la pobre imagen comunicativa que ofrece muchas veces la Iglesia a pesar de contar con el mejor de los mensajes posible.

Esta constatación nos llevó a concebir la posibilidad de lanzar «Catholic Voices». Se trataba de una iniciativa cuyo principal objetivo era la formación de laicos, gente de a pie, con sus trabajos y sus familias, que con motivo de la visita papal pudieran hacerse presente en los medios y explicar la postura católica.

Pese al ambiente enrarecido que se estaba viviendo, a causa sobre todo de los casos de abusos sexuales en todo el mundo, estábamos convencidos de que la presencia histórica de Benedicto XVI en nuestro país era una oportunidad única para poner a la Iglesia en el foro público y poder ofrecer una imagen distinta a la que generalmente se daba de ella, vinculada básicamente a cuestiones negativas.

¿Se lograron los objetivos?
En apenas una semana, coincidiendo con la visita del Papa al Reino Unido en septiembre de 2010, se produjeron casi cien intervenciones de miembros de «Catholic Voices» en los medios de comunicación británicos. Desde entonces hemos entrado en la agenda de los medios y cada vez que se producen noticias importantes vinculadas a la Iglesia nos llaman para intervenir y explicar de manera positiva, con respeto pero sin complejos, la postura católica.

Hoy podemos decir que la aparición de «Catholic Voices» en la escena pública ha significado un gran éxito y los obispos en el Reino Unido han quedado realmente contentos. Cabe decir, sin embargo, que se trata de un proyecto privado, no vinculado jurídicamente a los obispos ni a la diócesis, porque hemos creído que así puede tener más fuerza y credibilidad ante la opinión pública.

Ahora el objetivo es seguir formando gente e incluso apoyar proyectos como éste en otros países. Ya me he reunido con gente interesada en Irlanda, Holanda y España. Nuestro sueño es crear el movimiento mundial de Catholic Voices, cuya misión principal sería la promoción de la vocación del comunicador católico.

¿Cuáles son las claves del éxito de esta iniciativa?
Hay básicamente tres:
- la formación de alta calidad, tanto en lo que se refiere a contenidos como a la forma de expresarlos, porque esto te permite tener una gran confianza;
- la actitud positiva respecto a los medios y respecto al mundo,
- y finalmente, los contactos con los medios que te permiten entrar en ellos y poder explicar la razonabilidad, a pesar de que no siempre se entienda, del mensaje de la Iglesia.

¿Qué quiere decir cuando habla de actitud positiva ante los medios?
Sobre todo que los medios no son nuestros enemigos, sino una oportunidad. Son un campo abierto en el que tenemos la oportunidad de expresar nuestras convicciones, aunque eso sí, es importante tener muy claro qué quieres decir y cómo lo quieres decir.

Los medios tienen sus reglas y hay que aprender a jugar con ellas. De ahí la importancia de aprender a comunicar bien, de manera clara y directa. La comunicación en la Iglesia no es un extra, sino que forma parte de su misma esencia, de su misión.

Lo que hay que evitar a toda costa es el enfrentamiento o el sentirse ofendido por la negatividad que pueda existir. No se trata de ganar ninguna batalla, simplemente de ofrecer nuestra postura. Nuestro lema era: «Light, not heat.» Tenemos que dar mucha luz, y menos calor. En torno a la Iglesia hay muchos temas polémicos, que generan mucho calor, mucho apasionamiento, y por eso nuestro objetivo es bajar la temperatura como consecuencia de una mayor luz, es decir, de una mejor comprensión de la postura de la Iglesia.

sábado, 22 de enero de 2011

De dioses y hombres

«Claro que hay que perdonar, Dios nos lo pide»
En 1996, la comunidad de monjes trapenses del monasterio de Thibirine (Argelia) sufrió el ataque de varios fundamentalistas islámicos. Secuestraron a siete hermanos, y pocos días después, los decapitaron. La película De dioses y hombres, que reconstruye aquellos sucesos. A continuación pueden leer una entrevista a uno de los supervivientes de aquel martirio, el Hermano Jean Pierre Schümacher, quien hoy es uno de los monjes trapenses de la comunidad de Nuestra Señora del Atlas (Marruecos)

¿Dónde estaba usted cuando pasó todo?
Estaba en la puerta. Era el portero y responsable de la puerta principal. Ellos entraron por la puerta de abajo, cogieron al guardia del monasterio y le obligaron a llevarlos a todos a las celdas de los Hermanos.

¿Cómo era su vida antes de los asesinatos?
Éramos una comunidad contemplativa. Teníamos poca vida social, trabajábamos en el campo y en la huerta. Teníamos un Hermano médico, muy mayor, que llevaba un pequeño dispensario. Celebrábamos los oficios...

¿Cómo era su relación con los musulmanes que vivían aquí?
Había gente que vivía en casas alrededor de nosotros; estábamos en la montaña y las relaciones con ellos eran muy buenas, muy fraternales. Éramos como una familia. El monasterio era de clausura, pero había un portero que recibía a la gente. Asistíamos a actos religiosos y entierros, lo que quería la gente. Teníamos muy buenas relaciones con ellos.
En nuestra comunidad, el Prior nos daba una exhortación todos los días; nos hablaba de la Regla de san Benito, nuestro fundador. Había otro Hermano encargado de la liturgia, de las oraciones y los cantos. Otro se ocupaba del trabajo. Teníamos una pequeña asociación para cultivar la huerta junto a cuatro padres de familia que trabajaban con nosotros. Cada uno tenía un pequeño terreno asignado y vendía sus productos. Al final del año, repartíamos los beneficios. Era una bonita forma de vivir juntos formando una familia. No hablábamos mucho de religión, pero teníamos entre nosotros muy buenas relaciones y, a través de ellos, nos comunicábamos con sus familias.

¿Había musulmanes fundamentalistas en su entorno?
No creo que los hubiera alrededor de nosotros, entre nuestro vecindario... Pero estábamos en plena montaña y la montaña estaba ocupada por los islamistas. Por eso estábamos indefensos.

Cuando se volvió la situación peligrosa, ¿por qué no se fueron?
Porque escogimos estar allí, de acuerdo con nuestra comunidad de origen en Francia. Escogimos estar con ellos y compartir su vida... Ésa era nuestra vocación. Para aprender a conocer a la gente, hay que vivir entre ellos y compartir su vida. Ir hacia Dios, guardando nuestra propia religión. Era nuestra vocación. Además, el peligro era el mismo tanto para nuestros vecinos como para nosotros. Al quedarse con nosotros, se sentían seguros. Éramos como un matrimonio: vivíamos juntos para lo bueno y para lo malo.

El padre Christian, su Superior, antes de morir, se refirió a su asesino como mi amigo del último minuto. ¿Siguen siendo los islamistas sus amigos hoy?
Lo que había era una buena relación entre cristianos y musulmanes. Si hay una dificultad entre diferentes culturas y religiones es porque no nos conocemos bastante. Cuando nos conocemos mutuamente, somos como hermanos.

¿Y rezan todavía por ellos, por los asesinos?
Sí, rezo para que el espíritu de Dios actúe en ellos. Para que evolucionen hacia la fraternidad universal; para que, a pesar de las diferencias entre las religiones, las nacionalidades y las culturas, aprendamos a conocernos y a ayudarnos mutuamente.

¿Cree que tiene sentido ser un mártir hoy?
¿Pregunta si deseo, si quiero ser mártir? No, para nada. Estamos aquí para vivir con la gente y no para ser asesinados.

¿Cree que es posible perdonar?
Claro que hay que perdonar. Dios nos pide amarnos los unos a los otros. Al leer el testamento del padre Christian, nuestro Prior, verá cómo termina, va muy lejos: perdonando al que le ha matado.

¿Qué le ha parecido la película De dioses y hombres?
Me ha gustado muchísimo. Expresa muy bien el mensaje de lo que hemos vivido.

M.M.L. y J.L.V.D-M en www.alfayomega.es nº 720
Traducción: Linita y Jorge Farnié

martes, 18 de enero de 2011

There be dragons se estrena en primavera

There be Dragons (de la antigua expresión cartográfica Here be Dragons - Hic sunt dracones) es un drama histórico escrito y dirigido por el director británico Roland Joffé, conocido por títulos como La Misión y Los Gritos del Silencio.

La película, habla de la investigación que Robert, periodista inglés, está realizando sobre una serie de acontecimientos acaecidos durante la Guerra Civil Española que tuvieron como protagonistas a su propio padre y a un joven sacerdote, Josemaría Escrivá (fundador del Opus Dei). A través del relato de su padre, Robert va a descubrir una terrible historia de traición, celos y muerte, pero también de redención, perdón y la búsqueda del sentido de la vida con el terrible trasfondo que supuso la guerra de un país enfrentado entre sí.

El estreno de esta historia épica está previsto para la primavera de 2011.

lunes, 17 de enero de 2011

Bichos

Esta mañana bien tempranito oigo al sacerdote que decía la Misa (tengo esa sana costumbre) que hoy es san Antón, el que bendice a los animales, y que pidamos a Dios que aprendamos de los animales.
"Ostras, Pedrín, -pensé- ¡con el asco que me dan los bichos! O no he oído bien o no me ha hecho efecto el café. ¿Pero el de los animales no era el de Asís? ¡¿Aprender de los animales?!"
Me he acordado ahora, al ver este vídeo. Oye, que lo mismo lleva razón el anciano sacerdote y tenemos que aprender algo de los animales...

jueves, 13 de enero de 2011

Beatificación de Juan Pablo II


La beatificación de Juan Pablo II podría ser el próximo uno de mayo, ha asegurado hoy el obispo polaco Tadeusz Pieronek, quien ha explicado que "lo único que queda en la decisión del Benedicto XVI es la fecha" del acontecimiento. En declaraciones a la radio pública polaca, ha apuntado a los meses de mayo y octubre como los escenarios de la esperada ceremonia, aunque ha precisado que "es más probable" que sea el primero de mayo.

Para el obispo, la beatificación de Juan Pablo II será una gran oportunidad de que Polonia pueda mostrar al mundo la importancia y el bien que el Papa polaco hizo durante los 26 años de su pontificado, el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica. La prensa italiana ha informado en los últimos días de que el proceso de beatificación del fallecido Papa se encuentra en su recta final, a pocos días de que se presenten las pruebas de sus milagros ante su sucesor, Benedicto XVI.

Fuente: EFE

jueves, 6 de enero de 2011

La adoración de los Reyes


La Sagrada Familia regresó a Belén. En los oídos de María y de José resonaban las palabras del anciano Simeón. A la memoria de la Virgen acudirían los textos de algunos profetas que, hablando del Mesías, su Hijo, afirman que no sólo sería Rey de Israel, sino que recibiría el homenaje de todos los pueblos de la tierra.

Con particular elocuencia lo había anunciado Isaías: Las naciones caminarán a tu luz, los reyes, al resplandor de tu aurora. Alza tus ojos y mira alrededor: todos ellos se congregan, vienen a ti (...). Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y de Efá, todos vendrán de Sabá cargados de oro e incienso, y pregonando las alabanzas del Señor (Is 60, 3-6).

Mientras tanto, el tiempo transcurría en la más absoluta normalidad. Nada hacía presagiar ningún acontecimiento fuera de lo común. Hasta que un día sucedió algo extraordinario.

Después de nacer Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de Oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle (Mt 2, 1-2). San Mateo anota que, al oír esa pregunta, el rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén (Mt 2, 3).

Sabemos muy poco de estos personajes. De todas formas, el texto evangélico ofrece algunas certezas: se trataba de unos viajeros procedentes de Oriente, donde habían descubierto una estrella de extraordinario fulgor, que les movió a dejar sus casas y marchar en busca del Rey de los judíos. Todo lo demás —su número, su país de origen, la naturaleza de la luz celestial, el camino que siguieron— no pasa de ser conjetura, más o menos fundada.


La tradición occidental habla de tres personajes, a los que da incluso un nombre —Melchor, Gaspar y Baltasar—, mientras otras tradiciones cristianas elevan su número hasta siete e incluso doce. El hecho de que procedieran de Oriente apunta a las lejanas regiones de allende el Jordán: el desierto sirio-arábigo, Mesopotamia, Persia. A favor del origen persa milita un episodio históricamente comprobado. Cuando, a principios del siglo VII, el rey persa Cosroes II invadió Palestina, destruyó las basílicas que la piedad cristiana había edificado en memoria del Salvador, excepto una: la Basílica de la Natividad, en Belén. Y esto por una sencilla razón: en su entrada figuraba la representación de unos personajes vestidos con atuendo persa, en actitud de rendir homenaje a Jesús en brazos de su Madre.

La palabra magos, con que los designa el Evangelio, no tiene nada que ver con lo que hoy día se entiende por ese nombre. No eran personas dadas a la magia, sino hombres cultos, muy probablemente pertenecientes a una casta de estudiosos de los fenómenos celestes, discípulos de Zoroastro, ya conocidos por numerosos autores de la Grecia clásica. Por otra parte, es un hecho comprobado que la expectativa mesiánica de Israel era conocida en las regiones orientales del Imperio Romano, e incluso en la misma Roma. No es extraño, pues, que algunos sabios pertenecientes a la casta de los magos, al descubrir un astro de extraordinario fulgor, lo hubieran interpretado —iluminados interiormente por Dios— como un signo del nacimiento del esperado Rey de los Judíos.

Aunque la piedad popular une de modo casi inmediato el nacimiento de Jesús con la llegada de los Magos a Palestina, no se conoce con precisión la época en que tuvo lugar; sí sabemos que Herodes, sintiéndose amenazado, se informó cuidadosamente por ellos del tiempo en que había aparecido la estrella (Mt 2, 7). Luego preguntó a los doctores de la Ley por el lugar de nacimiento del Mesías, y los escribas respondieron citando al profeta Miqueas: tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo Israel (Mt 2, 6). Sirviéndose de un engaño, Herodes puso a los Magos camino de Belén: id e informaos bien acerca del niño; y cuando lo encontréis, avisadme para que también yo vaya a adorarle (Mt 2, 8). Su propósito era bien diverso, pues se proponía asesinar a todo los varones nacidos en la ciudad y su comarca, menores de dos años, para asegurarse así de la muerte del que —según su corto entender— venía a disputarle el trono. De estos datos se deduce que la llegada de los Magos tuvo lugar algún tiempo después del nacimiento de Jesús; quizá un año o año y medio.

Tras recibir esa información, los Magos se dirigieron con prisa a Belén, llenos de alegría al ver reaparecer la estrella, que había desaparecido misteriosamente en Jerusalén. Este mismo hecho aboga por la suposición de que el astro que los guiaba no era un fenómeno natural —un cometa, una conjunción sideral, etc., como se ha tratado muchas veces de demostrar—, sino un signo sobrenatural dado por Dios a esos hombres elegidos, y sólo a ellos.

Nada más salir de Jerusalén —prosigue San Mateo—, la estrella que habían visto en Oriente se colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el Niño. Y, entrando en la casa, vieron al Niño con María, su Madre; y postrándose le adoraron. Luego abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra (Mt 2, 9-11).

Los corazones de María y de José debieron de llenarse de alegría y gratitud. Gozo porque los anuncios proféticos sobre Jesús comenzaban a cumplirse; agradecimiento porque los presentes de aquellos hombres generosos —predecesores en la fe de los cristianos procedentes de la gentilidad— posiblemente contribuyeron a aliviar una situación económica precaria. José y María no pudieron corresponder a su generosidad. Ellos, sin embargo, se consideraron suficientemente recompensados por la mirada y la sonrisa de Jesús, que iluminó de nuevo sus almas, y por las dulces palabras de agradecimiento de su Madre, María.

J.A. Loarte