sábado, 19 de enero de 2013

10 frases reveladoras de médicos abortistas


Las 10 frases más reveladoras que se les escaparon a médicos abortistas
Fuente: Religionenlibertad.com

En España es famosa una frase que le dijo el dueño del abortorio Dator de Madrid, al doctor Jesús Poveda, veterano activista provida que a menudo la recuerda en público: "yo le pregunté cómo es que él, siendo médico, sabiendo lo que es de verdad un aborto, puede realizarlos", explica Poveda, "y él me respondió: ´Hasta yo me asombro de las cosas de que soy capaz por dinero".

En una sociedad de la comunicación, los técnicos y empresarios del aborto hablan (o escriben: en congresos, memorias, diarios...) y sus frases permanecen. 
En LiveActionNews.org han recopilado 10 frases reveladoras:

1. "A ellas no se les permite nunca mirar la pantalla de ultrasonidos, porque sabemos que si lo hacen y escuchan el latido del corazón, no querrían hacerse el aborto".
Dr. Randall, antiguo abortista

2. "Incluso hoy lo siento como algo un poco peculiar, porque como médico fui entrenado para conservar la vida, y aquí estoy, destruyéndola".
Dr. Nejamin Kalish, abortista.

3. "Tienes que llegar a ser un poco esquizofrénico. En una habitación, animas a una paciente y le dices que la ligera irregularidad cardíaca del feto no es importante, que tendrá un bebé bueno, sano. En la otra habitación, le aseguras a otra mujer, a la que le acabas de hacer un aborto salino, que es buena cosa que el latido del corazón sea ya irregular, que no se preocupe, que no tendrá un bebé vivo. De repente, uno se da cuenta de que en el momento de la infusión salina había mucha actividad en el útero. No eran corrientes de fluido. Era, obviamente, el feto dañado al tragar la solución de sal concentrada y pateando violentamente, y eso es en cualquier sentido el trauma de la muerte. Alguien tiene que hacerlo, y desafortunadamente somos los ejecutores de este acto.  
Dr. John Szenes, abortista.

4. "Decirle a esas mujeres que sus fetos sienten dolor es acumular tormento sobre tormento. Esas mujeres tienen un dolor real. No llegaron con facilidad a esta decisión. Crear otra barrera para ellas para alcanzar el cuidado médico que necesitan es realmente injusto". 
Dave Turok, abortista.



5. "Esta es la razón por la que odio el uso excesivo del forceps: las cosas se rompen. Sólo hay dos tipos de doctores que dicen nunca han perforado un útero, los que mienten y los que no hacen abortos".
Abortista anónimo.

6. "Me fui donde ya no tuviese que soportar ver cuerpecitos nunca más".
Dra. Beverly McMillan, antigua abortista.

7. "Creo que he sido afortunada por formar parte de esto. Si no me hubiera implicado, habría ido por la vida perfectamente satisfecha de acudir a fiestas de la sociedad médica y habría resultado muy, muy soso. Me habría aburrido como una tonta". 
Dra. Jane Hodgson, abortista pionera.

8. "La pena, bastante distinta al sentimiento de vergüenza, la exhiben de una forma u otra prácticamente cada una de las mujeres a las que les he practicado un aborto, y eso son unas 20.000 a fecha de 1995. La pena se revela en el hecho de que la mayoría de ellas lloran en algún momento durante la experiencia. El proceso de duelo puede durar unos pocos días o varios años. El duelo a veces se aplaza. El duelo puede yacer sublimado y dormido durante años". 
Dra. Susan Poppema, abortista.

9. "Si veo un caso, de más de 20 semanas, donde francamente eso es un niño, para mí, realmente me hace pensar y sufrir, porque ¡el potencial está aquí tan inminente! Por otro lado, tengo otra postura, que creo que es superior en la jerarquía de preguntas, y es esta; ¿quién posee ["owns"] a este niño? Tiene que ser la madre". 
Dr. James McMahon, abortista.

10. "Sabemos que es matar, pero el estado nos permite matar bajo ciertas circunstancias".
Dr. Neville Sender, abortista.

jueves, 17 de enero de 2013

Masonería, religión y política

El sacerdote don Manuel Guerra
es entrevistado en el programa Últimas preguntas de tve. Especialista en sectas, acaba de publicar su libro Masonería, religión y política, editado por Sekotia.

 


miércoles, 16 de enero de 2013

En la vieja casa



En la vieja casa, libre ante mí 
diviso Praga entera a la redonda;
al fondo, silencioso y quedo el paso, 
pasa de largo la hora honda del crepúsculo. 

La ciudad se desvanece como detrás de una luna. 
Alta sólo, al modo de un gigante empenachado, 
se alza ante mí la cúpula verdosa 
de la Torre de San Nicolás. 

Ya parpadea aquí y allá una luz 
lejana sobre el denso fragor ciudadano.
Para mí es como si en la vieja casa 
ahora una voz me dijera “Amén”.

Rainer María Rilke.
Ofrenda a los lares, 1895.

jueves, 10 de enero de 2013

Belleza en el horizonte

Fuente: Carlos Goñi en Arvo.net

No me extraña que para Alexander Blok el arte fuera «el presentimiento de la verdad» y para André Forssard, «una mentira que dice la verdad».

En la antigüedad, arte era sinónimo de técnica (tekne, en griego, y ars en latín) y comprendía todos los procedimientos llevados a cabo para conseguir un fin práctico, así se hablaba del arte de construir, de navegar, de escribir, del arte de la guerra, de la caza, etc. Nosotros, en cambio, reservamos el nombre de arte a la actividad técnica que busca la creación de belleza. Así, decimos que una obra de arte es un producto de la actividad humana con un carácter universal que tiene como valor principal la belleza. La búsqueda de la belleza hace que la obra producida por el artista supere su sentido meramente práctico y adquiera un carácter universal. Por ese motivo, la obra de arte propiamente no tiene ninguna utilidad práctica (como mucho, adorna) y puede ser disfrutada, en todo tiempo y lugar, por cualquier persona. A lo largo de la historia, el ser humano se ha servido de las creaciones artísticas como imprescindibles medios de comunicación. Siendo el arte un lenguaje universal, puede traspasar fronteras espacio temporales y llegar adonde no llegan otras manifestaciones culturales. Por eso, el bagaje artístico de un pueblo nos sirve para entender mejor su cultura, sus creencias, sus preocupaciones, sus proyectos, sus frustraciones, en fin, su forma de ver el mundo.


El arte es la capacidad que tiene el ser humano de crear obras bellas, que no solamente obedecen a leyes técnicas, sino, sobre todo, al genio creador del artista. La función del artista consiste en domesticar la materia para que en ella se exprese la belleza, para lo cual, muchas veces tendrá que dejar que la obra se desarrolle libremente, otras tendrá que asistir a la materia para que dé a luz la belleza que contiene en su interior. Miguel Ángel decía que cada trozo de mármol contiene una escultura y que el escultor sólo tiene que quitar la piedra sobrante. Esa domesticación de la materia quedó expresada en la inscripción que el ingeniero romano julio Cayo Lacer colocó en el puente de Alcántara: Ars ubi materia vincitur ipsa sua, es decir, artificio mediante el cual la materia se vence a sí misma.

La experiencia de muchos artistas pone de manifiesto que la obra de arte tiene una dinámica propia y que se asemeja a un ser vivo: nace y crece. El nacimiento se corresponde con la idea inicial (la inspiración) y el crecimiento con el trabajo del artista. Si resulta misteriosa la experiencia de la inspiración no lo es menos la del trabajo artístico. En lo más íntimo de su taller, el genio creador sabe que su trabajo consiste en dejarse sorprender por su propia creación. Así, cuando la obra adquiere independencia, ya no pertenece propiamente al artista y pasa a formar parte del universo de las creaciones artísticas.

El proceso creador culmina con una obra que será no sólo un producto material, sino también un vehículo de expresión de sentimientos y un medio de comunicación de ideas, de educación y conocimiento.

Una característica esencial de una obra de arte es que, al contemplarla, se produce un goce estético. Todos hemos tenido alguna vez esta experiencia en la que descubrimos, como pensaba Kant, la huella del espíritu humano en los objetos bellos; mediante ella salimos, como decía Schopenhauer, de nosotros mismos y quedamos como extasiados, o simplemente sentimos placer al contemplarla.

El carácter experiencial del juicio estético ha dado lugar a entenderlo como un juicio meramente subjetivo. Es el sentido del dicho: «sobre gustos no hay nada escrito». Sin embargo, aunque el juicio estético contenga una buena dosis de subjetividad, eso no significa que no existan criterios objetivos para determinar si una obra es artística o no. Quizá «sobre gustos» sí haya mucho escrito, lo que pasa es que no lo hemos leído. Probablemente, un joven prefiera escuchar la última canción de su grupo favorito antes que una sinfonía de Beethoven, entonces, ¿por qué esta última se considera una obra de arte y aquella no? Quizá porque el juicio estético, aunque es subjetivo, contiene una cierta dosis de objetividad otorgada por la belleza.

Los filósofos que se han dedicado a estudiar las condiciones de posibilidad de la obra artística como actividad humana, así como los problemas que se derivan de ella: la comunicación artística, su valor, los diferentes lenguajes artísticos, etc., se pueden agrupar en dos grandes tendencias que entienden el arte de forma distinta: 
- El arte como medio de expresión: mediante su obra, el artista comunica sentimientos, emociones, ideas, desacuerdos, etc. 
- El arte como realización bella: la obra de arte no pretende expresar nada, sino solamente provocar un goce estético en quien la contempla.

Konstantin Korovin: Dos mujeres en la terraza, 1911.
Seguramente las dos teorías son compatibles, ya que nuestra experiencia estética tiene en cuenta tanto el elemento expresivo como el puramente formal. Es decir, hay obras que nos gustan por lo que comunican y hay otras que nos gustan por su belleza intrínseca.

Todos disponemos de sensibilidad estética, pero no todos somos críticos de arte. Descalificar una escultura, un cuadro, un poema o un edificio porque no nos gustan, resulta a veces precipitado. Si están considerados como obras de arte, lo mejor es que nos dispongamos a escuchar a los entendidos y a dejarnos formar nuestro juicio estético.

La filosofía del arte nos ofrece algunos indicadores para determinar si estamos o no ante una auténtica obra de arte. Estos indicadores son cuatro:

Primero: la obra de arte supone un hecho comunicativo, donde los papeles de emisor (artista) y receptor (público) no son intercambiables como ocurre en la comunicación habitual. Además, el arte no tiene barreras idiomáticas ni espacio temporales, como ya hemos dicho.

Segundo: la obra de arte es original y como tal debe sorprender al espectador. Ser original no es fácil, porque se debe contar siempre con que el público entienda el mismo código que utiliza el artista y a la vez salirse de él.

Tercero: la obra de arte guarda un equilibrio formal, es decir, por muy libre que sea, está sometida a ciertas normas de composición que se conocen como canon artístico. Si el canon es muy estricto se puede caer en el academicismo, con el riesgo de perder la originalidad.

Cuarto: la obra de arte expresa el talento del artista. De aquí surge una pregunta que nos hemos hecho muchas veces: ¿una producción adquiere el rango de obra de arte porque está hecha por un artista, o alguien es un artista porque crea obras de arte?

Las extravagantes manifestaciones artísticas de las últimas décadas nos pueden llevar a pensar que estamos presenciando el final del arte, el fin de la belleza. (...)
Si en nuestros días el hombre se encuentra desorientado es debido a que ha dado la espalda al resplandor de la verdad que es la belleza. En su poema Los versos, José Manuel Gutiérrez escribe: «Tan pequeños, los versos / guardan la Luz en sus bolsillos». 

En la medida en que el hombre sea capaz de recuperar esa luz, podrá volver a orientarse. Una vez más, en el arte, en la belleza, radica nuestra esperanza.

martes, 8 de enero de 2013

Alhambra




Grata la voz del agua
a quien abrumaron negras arenas,
grato a la mano cóncava
el mármol circular de la columna,
gratos los finos laberintos del agua
entre los limoneros,
grata la música del zéjel,
grato el amor y grata la plegaria
dirigida a un Dios que está solo,
grato el jazmín.

Vano el alfanje
ante las largas lanzas de los muchos,
vano ser el mejor.
Grato sentir o presentir, rey doliente,
que tus dulzuras son adioses,
que te será negada la llave,
que la cruz del infiel borrará la luna,
que la tarde que miras es la última. 

Jorge Luis Borges, 1976

Manuel Gómez Moreno: Salida de la Alhambra de Boabdil, 1880.

Francisco Pradilla: El suspiro del moro.

Marcelino de Unceta: El suspiro del moro.

Alfred Dehodencq: El exilio de Boabdil.

domingo, 6 de enero de 2013

Donde lleva la estrella


Pues andáis en las palmas, 
ángeles santos, 
que se duerme mi Niño, 
tened los ramos. 

Palmas de Belén 
que mueven airados 
los furiosos vientos 
que suenan tanto: 
no le hagáis ruido, 
corred más paso, 
que se duerme mi Niño, 
tened los ramos. 

 El Niño divino 
que está cansado 
de llorar en la tierra 
por su descanso, 
sosegar quiere un poco 
del tierno llanto. 

 Que se duerme mi Niño, 
tened los ramos. 
Rigurosos hielos 
le están cercando; 
ya veis que no tengo 
con qué guardarlo. 

Ángeles divinos 
que vais volando, 
que se duerme mi Niño, 
tened los ramos. 

Lope de Vega


sábado, 5 de enero de 2013

¿Quiénes fueron los magos?

San Maeto presenta en su evangelio a los protagonistas del relato como «unos Magos que venían del Oriente». No dice cuántos eran, ni cómo se llamaban, ni de dónde procedían exactamente. 
Catacumba de Santa Domitila: "Reyes Magos".
En cuanto al número, los monumentos arqueológicos fluctúan considerablemente; un fresco del cementerio de S. Pedro y S. Marcelino en Roma representa a dos; tres muestra un sarcófago que se conserva en el Museo de Letrán; cuatro aparecen en el cementerio de Santa Domitila, y hasta ocho en un vaso del Museo Kircheriano


En las tradiciones orales sirias y armenias llega a hablarse de doce. Ha prevalecido, no obstante, el número de tres acaso por correlación con los tres dones que ofrecieron -oro incienso y mirra- o porque se los creyó representantes de las tres razas: Sem, Cam y Jafet. Los nombres que se les dan (Melchor, Gaspar, Baltasar) son relativamente recientes. Aparecen en un manuscrito anónimo italiano del s. IX, y poco antes, en otro parisino de fines del s. VII, bajo la forma de Bithisarea, Melichior y Guthaspa. En otros autores y regiones se los conoce con nombres totalmente distintos. 

Carlo Maratti
Su condición de reyes, que carece absolutamente de fundamento histórico, parece haberse introducido por una interpretación demasiado literal del Salmo 72,10: «Los reyes de Tarsis y las islas le ofrecerán dones; los reyes de Arabia y Sabá le traerán regalos». Nunca en las antiguas representaciones del arte cristiano aparecen con atributos regios, sino simplemente con gorro frigio y hábitos de nobles persas. 

También sobre el lugar de su origen discrepan los testimonios antiguos. Unos los hacen proceder de Persia, otros de Babilonia o de Arabia. Sin embargo, un precioso dato arqueológico del tiempo de Constantino muestra la antigüedad de la tradición que parece interpretar mejor la intención del evangelista, haciéndolos oriundos de Persia.

Refiere una carta sinodal del Concilio de Jerusalén del año 836 que en el 614, cuando los soldados persas de Cosroas II destruyeron todos los santuarios de Palestina, respetaron la basílica constantiniana de la Natividad en Belén, porque, al ver el mosaico del frontispicio que representaba la Adoración de los Magos, los creyeron por la indumentaria compatriotas suyos. 

La estrella de los magos 

Eugenio Cajés, siglo XVII
En el relato de san Mateo, la estrella juega un papel importante. Es una estrella que los magos vieron en Oriente, pero que luego no volvieron a ver hasta que salieron de Jerusalén camino de Belén; entonces se mueve delante de ellos en dirección norte-sur y, finalmente, se para sobre la casa donde estaba el Niño
Los magos dicen haberla reconocido como la estrella de Jesús Hemos visto su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle»; Mt 2,2). Supuesto el carácter preternatural de la estrella, que al parecer sólo habría sido visible para los magos, quedaría por explicar por qué entendieron ellos que era la estrella de Jesús y se sintieron obligados a desplazarse para adorarle. Nada tendría, en ese supuesto, de extraño que persas piadosos se hubieran ido interesando por las Escrituras de los judíos y participaran de algún modo en su esperanza en un Mesías Rey, de manera que, al percibir un fenómeno estelar, lo relacionaran con él. 
Dios los movió a ponerse en camino y dirigirse a Israel en espera de un gran rey. 

La celebración de la fiesta de la Epifanía del Señor 

Desde tiempos muy remotos la Iglesia celebró el 6 de enero como la Epifanía (del griego epi-faneia: manifestación) es la primera manifestación al mundo pagano del Hijo de Dios hecho hombre, que tuvo lugar con la adoración de los Magos referida por S. Mateo 2,1-12.

El siglo II se encuentran referencias acerca de una conmemoración del bautismo de Jesús, por parte de algunas sectas gnósticas. De todos modos, habrá que esperar hasta la segunda mitad del siglo IV para recoger los primeros testimonios procedentes de ámbitos ortodoxos. El origen de la solemnidad de Epifanía es bastante oscuro, si bien parece que la fiesta surgió dentro del proceso de inculturación de la fe, como cristianización de una celebración pagana del Sol naciente, de gran arraigo en la región oriental del Imperio.

Leonaert Bramer: El viaje de los Reyes Magos, 1640

Muy pronto, en Occidente, la fiesta de Epifanía revistió un triple contenido teológico:
- como celebración de la manifestación a los gentiles del Dios encarnado –adoración de los Reyes Magos–,
- manifestación de la filiación divina de Jesús –bautismo en el Jordán
- y manifestación del poder divino del Señor – milagro de las bodas de Caná–.

En Oriente, con la introducción de la fiesta de la Navidad, el 25 de diciembre, la solemnidad de Epifanía perdió su carácter de celebración del nacimiento de Cristo, y se centró en la conmemoración del Bautismo en el Jordán.
En la Iglesia romana, la celebración litúrgica de la Epifanía gira hoy día en torno a la universalidad del designio salvífico divino. Así, las lecturas refieren la vocación salvífica de los gentiles, ya anunciada por los profetas (IS 60: 1-6) y realizada plenamente en Cristo (Ef 3: 2-3. 5-6 y Mt 2: 1-12). Esta misma perspectiva puede advertirse en los textos eucológicos. 



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BIBLIOGRAFÍA: J. ENCISO VIANA, La estrella de Jesús, en Por los senderos de la Biblia, t. II, Madrid-Buenos Aires 1957, 155-160; J, RACETTE, L'Évangile de 1'Enfance selon S. Matthieu, «Sciences Ecclésiastiques» 9 (1957) 77-82; S. MUÑOZ IGLESIAS, El género literario del Evang. de la Infancia en S. Mateo, «Estudios Bíblicos» 17 (1958) 245-273, especialmente 264-268; ÍD, Venez, adorons-le, en Assemblés du Seigneur, 13,31-44; A. M. DENIS, L'adoration des Mages vue par Saint Matthieu, «Nouvelle Revue Théologique» 82 (1960) 32-39; G. D. GORDINI, A. M. RAGGI, Magi, en Bibl. Sanct. 8,494-528.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Apenas se le ve, pero está

A José no se le oye; apenas se le ve, pero está.
Deja esculpir su alma por Yavé, del mismo modo que él trabaja la madera con sus manos de artesano.  En silencio, se deja hacer por el Creador.  Y Dios premia su docilidad eligiéndolo desde antes de la creación del mundo para que sea en la tierra el padre de su Hijo.

José no lo sabe. Vive prendado de María, la adolescente hija de Ana y Joaquín, y pasa los días trabajando y proyectando su futuro junto a ella. La joven que va a desposar  es diferente. 
María también ama el silencio, pero dice mucho con sus ojos, unos ojos que traslucen un corazón fiel, desprendido y generoso. Se diría que se sabe en todo momento mirada por Yavé y que deja traspasar la luz del Creador. 

Agnolo Bronzino
Desde hace unos meses, María está más bella, si cabe. José no podría explicarlo con palabras, pero cuando va a visitarla a su casa, o cuando pasean bajo la mirada atenta de Ana, siente una felicidad extraordinaria, y piensa que el paraíso de su Dios, del Dios de Abraham, del Dios de David, a cuya estirpe pertenece, debe ser algo muy parecido a estar con María. Por eso no da crédito a algún comentario que escuchó hace unos días en el mercado. Ella, su María. ¿Cómo podría ser? José la contempla. Es imposible, en Ella no cabe la opción de ser infiel.

Y Yavé premia la confianza de José. El artesano sueña y cree. Lo imposible se hace posible. Y sólo podía ser en María.
Francisco Rizi: El sueño de José, 1665

José se fía. Son años de silencio, trabajando en diálogo con su Dios. Y ahora entiende que la tierra se haga Cielo en presencia de María. Las piezas encajan, el miedo se esfuma. 
No sabe cómo, pero como la de María, su vida se hace un Sí. Aunque se considera indigno, sigue dejándose hacer. El sentido de su existencia es proteger, educar, amar, servir, al Hijo de Dios y a su Madre. Él, un humilde artesano, desde un segundo plano, jugará después de Jesús y María el papel más importante en la historia de la Redención.

Fritz von Uhde, (1848-1911): Sagrada Familia

jueves, 27 de diciembre de 2012

No siempre es lo que parece

Un Joven universitario viajaba en el mismo asiento del transporte con un venerable anciano que iba rezando su rosario. 
El joven se atrevió a decirle: 
 - “¿Por qué en vez de rezar el rosario no se dedica a aprender e instruirse un poco más? Yo le puedo enviar algún libro para que se instruya”.

El anciano le dijo: 
- “Le agradecería que me enviara el libro a esta dirección".

Le entregó su tarjeta que decía: Luis Pasteur, Instituto de Ciencias de París. 

El universitario se quedó avergonzado. Había pretendido darle consejos al más famoso sabio de su tiempo, químico y bacterólogo, estimado en todo el mundo y devoto del rosario.

Albert Edelfelt, (1854-1905): Louis Pasteur (1822-1895) en su laboratorio.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Nace la esperanza


La Navidad está rodeada también de sencillez admirable: el Señor viene sin aparato, desconocido de todos. En la tierra sólo María y José participan en la aventura divina. Y luego aquellos pastores, a los que avisan los ángeles. Y más tarde aquellos sabios de Oriente. Así se verifica el hecho trascendental, con el que se unen el cielo y la tierra, Dios y el hombre.  
(San Josemaría, Es Cristo que pasa, 18,5).
¡Feliz Navidad a todos los amigos del blog!


domingo, 23 de diciembre de 2012

La Navidad de Norman Rockwell



El ilustrador americano Norman Rockwell (1894-1978) ofrece una visión alegre de la Navidad. Escenas costumbristas que nos acercan al pueblo americano de la primera mitad del siglo XX.
La mayoría de esas ilustraciones fueron portada de la revista Saturday Evening Post, para la que Rockwell trabajó desde 1916 a 1963.
Refleja como pocos la sorpresa y la ingenuidad de la infancia y la alegría de las celebraciones en familia.






sábado, 22 de diciembre de 2012

Ideas positivas

Los sentimientos positivos propiamente humanos como el amor, la alegría o el interés nos ayudan a llevar una conducta más creativa y emprendedora, y con mayor confianza en el futuro. 

Un video divulgativo de la Universidad de Navarra destaca que la calidad de nuestra vida personal depende de la capacidad de sentir y expresar las emociones de acuerdo con el valor real que las despierta, de regularlas y generar sentimientos que suplanten a los no deseables.

Cerebro emocional: equipados para la supervivencia y la felicidad” trata de analizar el papel de las emociones en la elaboración de la propia identidad, en el comportamiento, en la salud mental y cómo influyen en la toma de decisiones. 

Un sexto sentido 

Una de las ideas que quedan reflejadas es que las emociones y los sentimientos se aprenden, se recuerdan y se educan. “Por ello, nuestro mundo interior se modula por la educación y la cultura. Son como un sexto sentido que podemos hacer nuestro o rechazarlo”, señala la profesora Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular y directora del proyecto. 

Para esta experta, “la fuerza y el poder natural de los sentimientos de los adolescentes hacen que necesiten usar con más intensidad la corteza cingular anterior, que actúa como una alarma que se dispara si faltara equilibrio entre razón y emoción. Esta región y también el lóbulo frontal están aún madurando en esta etapa. Pero si los adolescentes tienen una fuerte motivación, son muy capaces de creatividad y autocontrol”. 

El vídeo es el sexto de la serie “Los secretos de tu cerebro”, que trata de difundir de forma divulgativa los últimos avances en neurociencia sobre el cerebro. En él participa, además de la profesora López Moratalla, Carlos Bernar, especialista en Comunicación Audiovisual de la Universidad de Navarra

“Las emociones básicas, como el miedo o el gozo por la belleza, son universales y se enraízan en los circuitos tanto innatos como aprendidos de la supervivencia animal”, afirma Natalia López Moratalla

El video destaca cómo el miedo ante un depredador produce el automatismo de huir. En el caso de la belleza hay algo diferente, la reacción no es inconsciente ni necesariamente automática, pero también tiene relación con la supervivencia de las especies. Asimismo, refleja cómo en los animales la falta de armonía en las extremidades, cabeza, etc. que, de hecho, es muestra de deficiencias o malformaciones, hace que ese individuo no despierte el instinto reproductor del congénere. Así la selección natural elimina imperfecciones. 

Por otra parte, los artistas desde siempre han tratado de encontrar las medidas y proporciones perfectas de lo bello. El cirujano plástico Dr. Stephen R. Marquardt, por ejemplo, lleva 25 años buscando las reglas que rigen la belleza de los rostros y afirma que hay algo en el concepto de belleza que va más allá de las culturas o costumbres.



viernes, 21 de diciembre de 2012

Se acabó por fin

... El otoño, dando paso al invierno. Y como en algunos sitios no lo parece con 20º de media, nos refrescamos con estas imágenes: 




Francesc Masriera: Invierno, 1882 
Francois Kavel: Joven con estola de piel.
Giuseppe de Nittis: Paseo de invierno.
George Henry Boughton: Mujer en la nieve, 1896.
Vernon: Dama elegante con bolas de nieve.