martes, 17 de mayo de 2011
Tal día como hoy...
¡La Cruz y el Icono de la JMJ han llegado a Almería!

domingo, 15 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
El cardenal Dziwisz habla de Juan Pablo II

domingo, 1 de mayo de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
viernes, 8 de abril de 2011
Via Crucis
“El Vía Crucis no es un ejercicio triste. Muchas veces enseñó Mons. Escrivá de Balaguer que la alegría cristiana tiene sus raíces en forma de cruz. Si la Pasión de Cristo es camino de dolor, también es la ruta de la esperanza y de la victoria segura”.(Mons. Alvaro del Portillo, Prólogo del libro Via Crucis , de san Josemaría.)

«nosotros amamos —debemos amar— sinceramente la Cruz, porque donde está la Cruz está Cristo con su Amor, con su presencia que lo llena todo... Por eso, hijos, con el espíritu de la Obra, jamás podemos huir de la Cruz, de esta Cruz Santa en la que se encuentra la paz, la alegría, la serenidad, la fortaleza... En este relicario que conservamos aquí, se venera un trozo del Lignum Crucis que se guarda en Santo Toribio de Liébana. Me lo regaló hace muchísimos años el Obispo de León. A mí me molesta que se hable de Cruz como sinónimo de contradicción, de mortificación. La Cruz es algo positivo, desde que Dios quiso entregarnos la verdadera vida por medio de la Cruz... Después de que nos den la bendición, vamos a besar la Cruz, pero diciendo sinceramente que la amamos, porque ya no vemos en la Cruz lo que nos cuesta o lo que nos pueda costar, sino la alegría de poder darnos, despojándonos de todo para encontrar todo el amor de Dios... Debajo de este relicario hice poner: iudaeis quidem scandalum, gentibus autem stultitiam! ["para los judíos, escándalo; para los gentiles, locura": 1 Corintios 1,23], porque para los incapacitados, la Cruz es escandalosa e incomprensible».
«sólo si nos unimos continuamente a la Pasión de Jesucristo, sabremos ser instrumentos útiles en la tierra, aunque estemos llenos de miserias».
«la Pasión del Señor: de ahí nos viene toda la fuerza. Cuando pienso en la Pasión de Jesucristo, me viene enseguida a la cabeza lo que he hecho yo en estos cuarenta y dos años de mi vida en el Opus Dei, y en aquellos otros en los que Él me preparaba antes de comenzar. Y me veo nada, y menos que nada: sólo he sido un estorbo. Por eso, cada día siento la necesidad de hacerme pequeño, muy pequeño en las manos de Dios. De este modo me consuelo con lo que he escrito tantas veces: ¿qué hace un pequeño? Entrega a su padre un soldado descabezado, un carrete viejo, una bola de cristal de botella. Pues yo lo mismo: lo poco que tengo quiero darlo enteramente y de verdad. Así, mi poquedad, fundida con la Pasión de Cristo, tiene toda la eficacia redentora y salvadora: ¡nada se pierde!»
miércoles, 30 de marzo de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
Habla el asesor de Encontrarás Dragones

El padre John Wauck es sacerdote de la prelatura del Opus Dei. Nació en Chicago, estudió Historia de la Literatura en la Universidad de Harvard y trabaja como profesor de literatura y comunicación de la fe en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma.
Pero de junio a octubre de 2009 pudo vivir una experiencia inusual: fue asesor en Argentina del rodaje de Encontrarás Dragones, la película de Roland Joffé ambientada en la Guerra Civil española en torno a la figura de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
- ¿Cómo es que Roland Joffé le reclutó para el rodaje?
- Cuando filmó La Misión tuvo dos asesores jesuitas y le fue bien. Creo que incluso se llevaron a Jeremy Irons de retiro. Para esta película necesitaba alguien del Opus Dei. Después de escribir el guión, Roland pasó por Roma, nos conocimos, me invitó a ayudarle en el rodaje en Argentina, y allí estuve todas mis vacaciones de verano.
- ¿Cuál era su función?
- En la película aparecen bastantes sacerdotes: un oficial vaticano, un obispo de los años 30, curas... Interpretar una misa requiere hacer una serie de gestos concretos, no vale cualquier gesto. También confesar lo requiere. El guión sólo recoge diálogos, no describe los gestos. Eso es lo que yo explicaba. Los decorados, poner una Virgen del Pilar, por ejemplo, no era cosa mía. Pero sí las palabras, los gestos del clero, la forma de ser... Por ejemplo, pasé una semana viviendo con Charlie Cox, que interpreta a San Josemaría. Es algo que Roland ya probó con éxito con Jeremy Irons en La Misión, ponerlo a vivir con los jesuitas.
- ¿Sabía Charlie Cox de cosas de la fe?
- Charlie es católico, aunque él mismo se define como "no especialmente practicante". Es una persona muy abierta. Es curioso que se le da muy bien llevar una sotana, le salió bien a la primera. ¡No es tan fácil!
- ¿Presidió alguna misa en el set de rodaje?
- Sí, algunas, en los camiones, esos que se ven en la película, cuando rodábamos en zonas de campo remotas, lejos de todo. Una vez vino Wes Bentley, que es hijo de ministros protestantes, con curiosidad, muy abierto. Y nuestro experto en acentos, que es judío. También fuimos a misa al Santuario de Luján, importantísimo en Argentina. Para mí era raro estar en un rodaje, y para ellos era inusual tener un cura alrededor.
- ¿No le parece curioso que con 7.000 mártires españoles de esa época, la primera película sobre la persecución de los años 30 la protagonice un cura que no fue martirizado?
- Bueno, no es una película sobre los mártires de la época. Es una historia moral sobre los dragones, los de nuestro interior, que quizá son los peores, pero también los exteriores. Hay una apuesta: ¿tiene el dolor, el mal, un significado? Pero lo curioso es que esta película la haga un inglés ex-trostkysta, no creyente y de izquierdas como Roland Joffé.
- Y judío.
- No es judío. Ya sé que alguna prensa española lo ha dicho. Creció en la familia de Jakob Epstein, que era judío, pero era su abuelo adoptivo, no de sangre. Roland no tuvo ninguna formación en la fe cristiana ni tampoco en la judía.
- Así que el tema clave ¿es el misterio del mal?
- Fijémonos en cómo empieza: con la muerte en las familias, las hermanas de Josemaría, su padre, el padre de Manolo... La reacción de ambos huérfanos ante la pérdida es distinta. El niño Josemaría cobra conciencia de Dios con las huellas del monje descalzo en la nieve. Otro tema es cómo gestionar la culpa. ¿Cómo enfrentan sus culpas la revolucionaria húngara Íldiko y el anarquista Oriol? Fuertes, generosos... pero acaban mal, pierden el sentido de la vida ante el dolor, no saben gestionar el reto del mal. San Josemaría, en cambio, puede responder al reto, mediante la penitencia, por ejemplo.
- ¿Y esa escena del anciano judío moribundo en Barbastro? El joven cura Josemaría ¿ni siquiera intenta predicarle a Cristo?
- Esa escena no es histórica. La película no pretende ser un documental histórico. Y si nos fijamos, San Josemaría empieza a hablarle de Cristo pero el anciano le interrumpe. Dice: "Dios no me rechazará, ¿no?" Y luego rezan juntos. Es una escena imaginaria, aunque, claro, queda la pregunta de cómo un santo debe tratar a un judío agonizante. Es un tema delicado y aún no me habían preguntado por él. El actor es Derek Jacobi, el que protagonizó, Yo Claudio, un gran actor shakespeariano.
- ¿Habló de cosas espirituales con Olga Kurylenko, la guapa protagonista?
- No mucho. Ella es ucraniana y creo que ortodoxa, pero no practicante. Me contó que el cura católico de su pueblo, en Ucrania, cuando supo que iba a rodar la película, le regaló un ejemplar en polaco de Camino, el libro de San Josemaría.
- ¿Cree que alguien creció espiritualmente en el rodaje?
- Sin duda. Charlie Cox y Wes Bentley ya lo han dicho públicamente. Charlie ya afirmó en agosto de 2009, al acabar el rodaje, que le acercó a la fe y a la Iglesia. Y Wes dirá que vino en un momento duro de su vida. Si lees el New York Times verás sus años de problemas con las drogas. Ha explicado que el guión, la historia que cuenta y la gente que ha tratado han impactado positivamente en su vida. El rodaje le ha ido muy bien.
- Al final, la película es una historia de un padre y un hijo distanciados. Como sacerdote, ¿diría que es un problema de nuestra época?
- Sí, muy común. Hasta el cine lo recoge: en El Origen, la película de Chris Nolan y De Caprio, esa de sueños dentro de sueños, todo es un asunto de padre-hijo. Me pareció muy relacionada con Encontrarás Dragones. Padres ausentes... Mi padre es psicólogo. Hay muchos casos. Un amigo mío escribió un libro titulado El dios de los sin padre. Explica que en una sociedad de padres ausentes, sin padres, se genera un tipo de ateos a los que lo que les cuesta es concebir a Dios como Padre. ¿Cuántas veces se usa la palabra "padre" y en cuantos sentidos en esta película? En ella se ve cómo uno de los primeros miembros del Opus Dei, Isidoro Zorzano, que había sido compañero de clase de Josemaría, de su misma edad, joven, le llamaba "padre", no sólo como sacerdote, sino como fundador, padre espiritual. Y tanto Josemaría como el otro protagonista, Manolo, han tenido padres ausentes o distantes, y serán padres, ellos mismos, de distinta forma.
- ¿Qué reacciones ha suscitado la película?
- En Roma la gente dice: "no es lo que yo esperaba". No es que pensaran en una película como las italianas de LuxVide, pero les sorprende. Mucha gente dice que quiere verla otra vez para entenderla mejor, porque hasta el final no sabes adónde va. Eso es saludable.Es un film muy rico, con muchas ideas y personajes.
viernes, 25 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
Encontrarás dragones. Una crítica
domingo, 20 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
Siervo bueno y fiel

San José, Padre y Señor nuestro, castísimo, limpísimo, que has merecido llevar a Jesús Niño en tus brazos, y lavarle y abrazarle: enséñanos a tratar a nuestro Dios, a ser limpios, dignos de ser otros Cristos.Y ayúdanos a hacer y a enseñar, como Cristo, los caminos divinos —ocultos y luminosos—, diciendo a los hombres que pueden, en la tierra, tener de continuo una eficacia espiritual extraordinaria.(San Josemaría, Forja, 553)
jueves, 17 de marzo de 2011
Faceta provida de Jane Russell

jueves, 10 de marzo de 2011
martes, 8 de marzo de 2011
Mujer
sábado, 5 de marzo de 2011
De dioses y hombres recibe el César

jueves, 17 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
Aborto "de saldo", prostitución y menores de edad
jueves, 10 de febrero de 2011
YOUCAT

miércoles, 9 de febrero de 2011
¿Niña o mujer?

lunes, 7 de febrero de 2011
El legado

Economista, profesor del IESE, analista financiero
Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que «Dios les coja confesados».
Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.
En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?» Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya está crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?»
Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: «¡y a mí, ¿qué me importa?!» Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.
Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.
Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz…y me exigieron mucho.
Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización
Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!
Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.
Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.
A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales, …Lo que por ahí se llama «buena gente».
Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)
Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos… En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.
Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.
Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.
P.S.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.
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viernes, 4 de febrero de 2011
miércoles, 26 de enero de 2011
lunes, 24 de enero de 2011
Cominicador católico

Por Samuel Gutiérrez // Catalunya Cristiana
Con apenas 17 años, Jack Valero (Barcelona, 1959) se fue a estudiar Ingeniería a Inglaterra, país en el que acabaría estableciendo su residencia definitiva. Hoy es una de las voces católicas más representativas del país. Desde el año 2006 es el director de Comunicación del Opus Dei en el Reino Unido. También ha sido recientemente el responsable de prensa de la beatificación del cardenal Newman y uno de los impulsores del proyecto «Catholic Voices», un atrevido programa de formación de laicos católicos para su intervención sin complejos en los medios de comunicación.
¿Cómo surgió la idea de «Catholic Voices» y cuáles eran sus pretensiones?
Poco antes de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido, en una conversación informal entre amigos, surgió el tema de la pobre imagen comunicativa que ofrece muchas veces la Iglesia a pesar de contar con el mejor de los mensajes posible.
Esta constatación nos llevó a concebir la posibilidad de lanzar «Catholic Voices». Se trataba de una iniciativa cuyo principal objetivo era la formación de laicos, gente de a pie, con sus trabajos y sus familias, que con motivo de la visita papal pudieran hacerse presente en los medios y explicar la postura católica.
Pese al ambiente enrarecido que se estaba viviendo, a causa sobre todo de los casos de abusos sexuales en todo el mundo, estábamos convencidos de que la presencia histórica de Benedicto XVI en nuestro país era una oportunidad única para poner a la Iglesia en el foro público y poder ofrecer una imagen distinta a la que generalmente se daba de ella, vinculada básicamente a cuestiones negativas.
¿Se lograron los objetivos?
En apenas una semana, coincidiendo con la visita del Papa al Reino Unido en septiembre de 2010, se produjeron casi cien intervenciones de miembros de «Catholic Voices» en los medios de comunicación británicos. Desde entonces hemos entrado en la agenda de los medios y cada vez que se producen noticias importantes vinculadas a la Iglesia nos llaman para intervenir y explicar de manera positiva, con respeto pero sin complejos, la postura católica.
Hoy podemos decir que la aparición de «Catholic Voices» en la escena pública ha significado un gran éxito y los obispos en el Reino Unido han quedado realmente contentos. Cabe decir, sin embargo, que se trata de un proyecto privado, no vinculado jurídicamente a los obispos ni a la diócesis, porque hemos creído que así puede tener más fuerza y credibilidad ante la opinión pública.
Ahora el objetivo es seguir formando gente e incluso apoyar proyectos como éste en otros países. Ya me he reunido con gente interesada en Irlanda, Holanda y España. Nuestro sueño es crear el movimiento mundial de Catholic Voices, cuya misión principal sería la promoción de la vocación del comunicador católico.
¿Cuáles son las claves del éxito de esta iniciativa?
Hay básicamente tres:
- la formación de alta calidad, tanto en lo que se refiere a contenidos como a la forma de expresarlos, porque esto te permite tener una gran confianza;
- la actitud positiva respecto a los medios y respecto al mundo,
- y finalmente, los contactos con los medios que te permiten entrar en ellos y poder explicar la razonabilidad, a pesar de que no siempre se entienda, del mensaje de la Iglesia.
¿Qué quiere decir cuando habla de actitud positiva ante los medios?
Sobre todo que los medios no son nuestros enemigos, sino una oportunidad. Son un campo abierto en el que tenemos la oportunidad de expresar nuestras convicciones, aunque eso sí, es importante tener muy claro qué quieres decir y cómo lo quieres decir.
Los medios tienen sus reglas y hay que aprender a jugar con ellas. De ahí la importancia de aprender a comunicar bien, de manera clara y directa. La comunicación en la Iglesia no es un extra, sino que forma parte de su misma esencia, de su misión.
Lo que hay que evitar a toda costa es el enfrentamiento o el sentirse ofendido por la negatividad que pueda existir. No se trata de ganar ninguna batalla, simplemente de ofrecer nuestra postura. Nuestro lema era: «Light, not heat.» Tenemos que dar mucha luz, y menos calor. En torno a la Iglesia hay muchos temas polémicos, que generan mucho calor, mucho apasionamiento, y por eso nuestro objetivo es bajar la temperatura como consecuencia de una mayor luz, es decir, de una mejor comprensión de la postura de la Iglesia.
sábado, 22 de enero de 2011
De dioses y hombres

jueves, 20 de enero de 2011
martes, 18 de enero de 2011
There be dragons se estrena en primavera
