
sábado, 25 de junio de 2011
Justicia social

lunes, 20 de junio de 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Sensatez

«Querido hijo:Me pides un justificativo que te exima de cursar la religión, un poco por tener la gloria de proceder de distinta manera que la mayor parte de tus condiscípulos, y temo que también un poco para parecer digno hijo de un hombre que no tiene convicciones religiosas. Este justificativo, querido hijo, no te lo envío ni te lo enviaré jamás.Te parecerá extraño este lenguaje después de haber oído tan bellas declaraciones sobre la libertad religiosa pero, ¿cómo sería completa tu instrucción sin un conocimiento suficiente de las cuestiones religiosas sobre las que todo el mundo discute?¿Quisieras tú, por ignorancia voluntaria, no poder decir una palabra sobre estos asuntos sin exponerte a soltar un disparate?No es porque desee que seas clerical, a pesar de que no hay en esto ningún peligro, ni lo hay tampoco en que profeses las creencias que te expondrá el profesor.Cuando tengas la edad suficiente para juzgar, serás completamente libre; pero, tengo empeño decidido en que tu instrucción y tu educación sean completas, y no lo serían sin un estudio serio de la religión.Dejemos a un lado la política y las discusiones, y veamos lo que se refiere a los conocimientos indispensables que debe tener un hombre de cierta posición.Estudias mitología para comprender la historia y la civilización de los griegos y de los romanos, y ¿qué comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero después de Jesucristo, sin conocer la religión, que cambió la faz del mundo y produjo una nueva civilización?En el arte, ¿qué serán para ti las obras maestras de la Edad Media y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y las ideas religiosas que ellas contienen?En las letras, ¿puedes dejar de conocer no sólo a Bossuet, Fenelón, Lacordaire, De Maistre, Veuillot y tantos otros que se ocuparon exclusivamente en cuestiones religiosas, sino también a Corneille, Racine, Hugo, en una palabra a todos estos grandes maestros que debieron al cristianismo sus más bellas inspiraciones?Si se trata de derecho, de filosofía o de moral, ¿puedes ignorar la expresión más clara del Derecho Natural, la filosofía más extendida, la moral más sabia y más universal? —éste es el pensamiento de Rousseau.Hasta en las ciencias naturales y matemáticas encontrarás la religión: Pascal y Newton eran cristianos fervientes; Ampère era piadoso; Pasteur probaba la existencia de Dios y decía haber recobrado por la ciencia la fe de un bretón; Flammarion se entrega a fantasías teológicas. ¿Querrás tú condenarte a saltar páginas en todas tus lecturas y en todos tus estudios?Hay que confesarlo: la religión está íntimamente unida a todas las manifestaciones de la inteligencia humana; está en la base de la civilización, y es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una manifiesta inferioridad el no querer conocer una ciencia que han estudiado y que poseen en nuestros días tantas inteligencias preclaras.Ya que hablo de educación: para ser un joven bien educado, ¿es preciso conocer y practicar las leyes de la Iglesia?Sólo te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las practican fielmente, y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las toman en cuenta.No fijándome sino en la cortesía, hay que convenir en la necesidad de conocer las convicciones y los sentimientos de las personas religiosas.Si no estamos obligados a imitarlas, debemos, por lo menos, comprenderlas, para poder guardarles el respeto, las consideraciones y la tolerancia que les son debidas. Nadie será jamás delicado, fino, ni siquiera presentable sin nociones religiosas.Además, no es preciso ser un genio para comprender que sólo son verdaderamente libres de no ser cristianos los que tienen facultad para serlo, pues, en caso contrario, la ignorancia les obliga a la irreligión. La cosa es muy clara: la libertad, exige la facultad de poder obrar en sentido contrario.Querido hijo: convéncete de lo que te digo: muchos tienen interés en que los demás desconozcan la religión, pero todo el mundo desea conocerla. En cuanto a la libertad de conciencia y otras cosas análogas, eso es vana palabrería que rechazan los hechos y el sentido común. Muchos anti-católicos conocen por lo menos medianamente la religión; otros han recibido educación religiosa; su conducta prueba que han conservado toda su libertad.Te sorprenderá esta carta, pero precisa, hijo mío, que un padre diga siempre la verdad a su hijo. Ningún compromiso podría excusarme de esa obligación”
domingo, 29 de mayo de 2011
Una nueva voz en defensa de la vida familiar

martes, 17 de mayo de 2011
Tal día como hoy...
¡La Cruz y el Icono de la JMJ han llegado a Almería!

domingo, 15 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
El cardenal Dziwisz habla de Juan Pablo II

domingo, 1 de mayo de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
viernes, 8 de abril de 2011
Via Crucis
“El Vía Crucis no es un ejercicio triste. Muchas veces enseñó Mons. Escrivá de Balaguer que la alegría cristiana tiene sus raíces en forma de cruz. Si la Pasión de Cristo es camino de dolor, también es la ruta de la esperanza y de la victoria segura”.(Mons. Alvaro del Portillo, Prólogo del libro Via Crucis , de san Josemaría.)

«nosotros amamos —debemos amar— sinceramente la Cruz, porque donde está la Cruz está Cristo con su Amor, con su presencia que lo llena todo... Por eso, hijos, con el espíritu de la Obra, jamás podemos huir de la Cruz, de esta Cruz Santa en la que se encuentra la paz, la alegría, la serenidad, la fortaleza... En este relicario que conservamos aquí, se venera un trozo del Lignum Crucis que se guarda en Santo Toribio de Liébana. Me lo regaló hace muchísimos años el Obispo de León. A mí me molesta que se hable de Cruz como sinónimo de contradicción, de mortificación. La Cruz es algo positivo, desde que Dios quiso entregarnos la verdadera vida por medio de la Cruz... Después de que nos den la bendición, vamos a besar la Cruz, pero diciendo sinceramente que la amamos, porque ya no vemos en la Cruz lo que nos cuesta o lo que nos pueda costar, sino la alegría de poder darnos, despojándonos de todo para encontrar todo el amor de Dios... Debajo de este relicario hice poner: iudaeis quidem scandalum, gentibus autem stultitiam! ["para los judíos, escándalo; para los gentiles, locura": 1 Corintios 1,23], porque para los incapacitados, la Cruz es escandalosa e incomprensible».
«sólo si nos unimos continuamente a la Pasión de Jesucristo, sabremos ser instrumentos útiles en la tierra, aunque estemos llenos de miserias».
«la Pasión del Señor: de ahí nos viene toda la fuerza. Cuando pienso en la Pasión de Jesucristo, me viene enseguida a la cabeza lo que he hecho yo en estos cuarenta y dos años de mi vida en el Opus Dei, y en aquellos otros en los que Él me preparaba antes de comenzar. Y me veo nada, y menos que nada: sólo he sido un estorbo. Por eso, cada día siento la necesidad de hacerme pequeño, muy pequeño en las manos de Dios. De este modo me consuelo con lo que he escrito tantas veces: ¿qué hace un pequeño? Entrega a su padre un soldado descabezado, un carrete viejo, una bola de cristal de botella. Pues yo lo mismo: lo poco que tengo quiero darlo enteramente y de verdad. Así, mi poquedad, fundida con la Pasión de Cristo, tiene toda la eficacia redentora y salvadora: ¡nada se pierde!»
miércoles, 30 de marzo de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
Habla el asesor de Encontrarás Dragones

El padre John Wauck es sacerdote de la prelatura del Opus Dei. Nació en Chicago, estudió Historia de la Literatura en la Universidad de Harvard y trabaja como profesor de literatura y comunicación de la fe en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma.
Pero de junio a octubre de 2009 pudo vivir una experiencia inusual: fue asesor en Argentina del rodaje de Encontrarás Dragones, la película de Roland Joffé ambientada en la Guerra Civil española en torno a la figura de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
- ¿Cómo es que Roland Joffé le reclutó para el rodaje?
- Cuando filmó La Misión tuvo dos asesores jesuitas y le fue bien. Creo que incluso se llevaron a Jeremy Irons de retiro. Para esta película necesitaba alguien del Opus Dei. Después de escribir el guión, Roland pasó por Roma, nos conocimos, me invitó a ayudarle en el rodaje en Argentina, y allí estuve todas mis vacaciones de verano.
- ¿Cuál era su función?
- En la película aparecen bastantes sacerdotes: un oficial vaticano, un obispo de los años 30, curas... Interpretar una misa requiere hacer una serie de gestos concretos, no vale cualquier gesto. También confesar lo requiere. El guión sólo recoge diálogos, no describe los gestos. Eso es lo que yo explicaba. Los decorados, poner una Virgen del Pilar, por ejemplo, no era cosa mía. Pero sí las palabras, los gestos del clero, la forma de ser... Por ejemplo, pasé una semana viviendo con Charlie Cox, que interpreta a San Josemaría. Es algo que Roland ya probó con éxito con Jeremy Irons en La Misión, ponerlo a vivir con los jesuitas.
- ¿Sabía Charlie Cox de cosas de la fe?
- Charlie es católico, aunque él mismo se define como "no especialmente practicante". Es una persona muy abierta. Es curioso que se le da muy bien llevar una sotana, le salió bien a la primera. ¡No es tan fácil!
- ¿Presidió alguna misa en el set de rodaje?
- Sí, algunas, en los camiones, esos que se ven en la película, cuando rodábamos en zonas de campo remotas, lejos de todo. Una vez vino Wes Bentley, que es hijo de ministros protestantes, con curiosidad, muy abierto. Y nuestro experto en acentos, que es judío. También fuimos a misa al Santuario de Luján, importantísimo en Argentina. Para mí era raro estar en un rodaje, y para ellos era inusual tener un cura alrededor.
- ¿No le parece curioso que con 7.000 mártires españoles de esa época, la primera película sobre la persecución de los años 30 la protagonice un cura que no fue martirizado?
- Bueno, no es una película sobre los mártires de la época. Es una historia moral sobre los dragones, los de nuestro interior, que quizá son los peores, pero también los exteriores. Hay una apuesta: ¿tiene el dolor, el mal, un significado? Pero lo curioso es que esta película la haga un inglés ex-trostkysta, no creyente y de izquierdas como Roland Joffé.
- Y judío.
- No es judío. Ya sé que alguna prensa española lo ha dicho. Creció en la familia de Jakob Epstein, que era judío, pero era su abuelo adoptivo, no de sangre. Roland no tuvo ninguna formación en la fe cristiana ni tampoco en la judía.
- Así que el tema clave ¿es el misterio del mal?
- Fijémonos en cómo empieza: con la muerte en las familias, las hermanas de Josemaría, su padre, el padre de Manolo... La reacción de ambos huérfanos ante la pérdida es distinta. El niño Josemaría cobra conciencia de Dios con las huellas del monje descalzo en la nieve. Otro tema es cómo gestionar la culpa. ¿Cómo enfrentan sus culpas la revolucionaria húngara Íldiko y el anarquista Oriol? Fuertes, generosos... pero acaban mal, pierden el sentido de la vida ante el dolor, no saben gestionar el reto del mal. San Josemaría, en cambio, puede responder al reto, mediante la penitencia, por ejemplo.
- ¿Y esa escena del anciano judío moribundo en Barbastro? El joven cura Josemaría ¿ni siquiera intenta predicarle a Cristo?
- Esa escena no es histórica. La película no pretende ser un documental histórico. Y si nos fijamos, San Josemaría empieza a hablarle de Cristo pero el anciano le interrumpe. Dice: "Dios no me rechazará, ¿no?" Y luego rezan juntos. Es una escena imaginaria, aunque, claro, queda la pregunta de cómo un santo debe tratar a un judío agonizante. Es un tema delicado y aún no me habían preguntado por él. El actor es Derek Jacobi, el que protagonizó, Yo Claudio, un gran actor shakespeariano.
- ¿Habló de cosas espirituales con Olga Kurylenko, la guapa protagonista?
- No mucho. Ella es ucraniana y creo que ortodoxa, pero no practicante. Me contó que el cura católico de su pueblo, en Ucrania, cuando supo que iba a rodar la película, le regaló un ejemplar en polaco de Camino, el libro de San Josemaría.
- ¿Cree que alguien creció espiritualmente en el rodaje?
- Sin duda. Charlie Cox y Wes Bentley ya lo han dicho públicamente. Charlie ya afirmó en agosto de 2009, al acabar el rodaje, que le acercó a la fe y a la Iglesia. Y Wes dirá que vino en un momento duro de su vida. Si lees el New York Times verás sus años de problemas con las drogas. Ha explicado que el guión, la historia que cuenta y la gente que ha tratado han impactado positivamente en su vida. El rodaje le ha ido muy bien.
- Al final, la película es una historia de un padre y un hijo distanciados. Como sacerdote, ¿diría que es un problema de nuestra época?
- Sí, muy común. Hasta el cine lo recoge: en El Origen, la película de Chris Nolan y De Caprio, esa de sueños dentro de sueños, todo es un asunto de padre-hijo. Me pareció muy relacionada con Encontrarás Dragones. Padres ausentes... Mi padre es psicólogo. Hay muchos casos. Un amigo mío escribió un libro titulado El dios de los sin padre. Explica que en una sociedad de padres ausentes, sin padres, se genera un tipo de ateos a los que lo que les cuesta es concebir a Dios como Padre. ¿Cuántas veces se usa la palabra "padre" y en cuantos sentidos en esta película? En ella se ve cómo uno de los primeros miembros del Opus Dei, Isidoro Zorzano, que había sido compañero de clase de Josemaría, de su misma edad, joven, le llamaba "padre", no sólo como sacerdote, sino como fundador, padre espiritual. Y tanto Josemaría como el otro protagonista, Manolo, han tenido padres ausentes o distantes, y serán padres, ellos mismos, de distinta forma.
- ¿Qué reacciones ha suscitado la película?
- En Roma la gente dice: "no es lo que yo esperaba". No es que pensaran en una película como las italianas de LuxVide, pero les sorprende. Mucha gente dice que quiere verla otra vez para entenderla mejor, porque hasta el final no sabes adónde va. Eso es saludable.Es un film muy rico, con muchas ideas y personajes.
viernes, 25 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
Encontrarás dragones. Una crítica
domingo, 20 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
Siervo bueno y fiel

San José, Padre y Señor nuestro, castísimo, limpísimo, que has merecido llevar a Jesús Niño en tus brazos, y lavarle y abrazarle: enséñanos a tratar a nuestro Dios, a ser limpios, dignos de ser otros Cristos.Y ayúdanos a hacer y a enseñar, como Cristo, los caminos divinos —ocultos y luminosos—, diciendo a los hombres que pueden, en la tierra, tener de continuo una eficacia espiritual extraordinaria.(San Josemaría, Forja, 553)
jueves, 17 de marzo de 2011
Faceta provida de Jane Russell

jueves, 10 de marzo de 2011
martes, 8 de marzo de 2011
Mujer
sábado, 5 de marzo de 2011
De dioses y hombres recibe el César

jueves, 17 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
Aborto "de saldo", prostitución y menores de edad
jueves, 10 de febrero de 2011
YOUCAT

miércoles, 9 de febrero de 2011
¿Niña o mujer?

lunes, 7 de febrero de 2011
El legado

Economista, profesor del IESE, analista financiero
Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que «Dios les coja confesados».
Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.
En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?» Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya está crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir «¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?»
Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: «¡y a mí, ¿qué me importa?!» Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.
Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.
Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz…y me exigieron mucho.
Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización
Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!
Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.
Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.
A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales, …Lo que por ahí se llama «buena gente».
Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)
Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos… En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.
Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.
Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.
P.S.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.
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